Home

Nación

Artículo

| Foto: Wikimedia

SALUD

Asbesto: Un asesino a largo plazo

En Colombia existe un subregistro del número de pacientes que mueren por enfermedades generadas por la inhalación de asbesto. Según el Instituto Nacional de Cancerología muchos de ellos terminan sus días sin ser diagnosticados.

24 de agosto de 2017

Pasar por un edificio en construcción, vivir con alguien que trabaje en este tipo de obras, o simplemente estar en el momento de una demolición, parece a simple vista algo inofensivo, sin embargo, lo que muy poca gente sabe es que algunas mezclas de cemento utilizado en albañilería, contiene unas partículas minerales llamadas asbesto, que al ser inhaladas por el ser humano pueden desencadenar enfermedades mortales, que comienzan a manifestarse 20 años después de la exposición al mineral.

Entre las principales afectaciones producidas por el asbesto, está el mesotelioma, un tumor maligno que ataca en su mayoría la pleura (pulmón), el peritoneo (abdomen), el pericardio (corazón), la túnica vaginal (ovarios) o los testículos.

La oncóloga Hedy Lee Kindler, directora del programa de mesotelioma de la Universidad de Chicago, explicó que “mientras en Estados Unidos, país en el que está prohibido el uso de elementos con asbesto, se registran entre 2.500 y 3.000 casos de mesotelioma al año, en Europa se tienen cifras anuales de 5.000 pacientes con esta enfermedad. En el caso de Colombia no existen cifras exactas, lo que hace pensar que es una enfermedad muy nueva en este país”.

Puede leer: Así era la vida de Ana Cecilia, la mujer que murió víctima de asbesto

Sin embargo, la especialista explicó que urge que se implemente una reglamentación en la que desde el Gobierno nacional se prohíba el uso de elementos con asbesto, o de lo contrario, los registros de muertes por esta enfermedad podrían crecer considerablemente en los próximos años.

En Estados Unidos la regulación sucedió a mediados de los años setenta, y se pensó que la incidencia había sido pico en el año 2000, mientras que en Europa va a ser el pico en 2018”, dijo. La oncóloga señaló que al mirar la exposición ocupacional de los pacientes diagnosticados con mesotelioma, los hombres están cuatro veces más expuestos que las mujeres.  Además, el 70 por ciento de los pacientes inhaló directamente el asbesto, mientras que otros pacientes tuvieron contacto indirecto con el mineral, es decir, la señora que lava la ropa, o el hijo que llega a sentarse en las piernas de su padre, y él tiene todavía puesta su indumentaria de trabajo.

Gianna Hernández, subdirectora de investigaciones del Instituto Nacional de Cancerología, asegura que a pesar de que en Colombia no se usa asbesto para la industria textil desde 1994, otros sectores como el de la construcción y la fabricación de pastillas de frenos para los vehículos, siguen implementando este mineral, por lo que de la mano de la Fundación Colombia sin Asbesto, han liderado una campaña para lograr que se prohíba la manipulación de este material.

Le recomendamos: Murió la mujer que buscó una Colombia libre de asbesto

Existe un temor muy grande en el sector de la construcción, porque se dice de manera equivocada que la sustitución del asbesto va a generar desempleo. Sin embargo, debemos mirar casos exitosos en Europa y Estados Unidos, en los que se ha tenido una evolución satisfactoria en este tema y se evita que a futuro el número de pacientes con mesotelioma sea mayor”, señala.

En cuanto a la gravedad de la enfermedad, Hernández señaló que mientras en los casos de cáncer de tiroides, la supervivencia en cinco años es de un 90 por ciento, en los pacientes diagnosticados con mesotelioma, la expectativa de supervivencia en el mismo periodo, es del 1 por ciento.

La subdirectora de investigaciones del Instituto Nacional de Cancerología insistió en la importancia de que en Colombia se regule el uso del asbesto, destacando que es necesario la implementación de un proceso de sustitución que sea progresivo, de manera tal que no se afecte la dinámica del sector de la construcción, pero con el cual se pueda garantizar un menor riesgo a las generaciones futuras.