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| Foto: SEMANA

JUICIO

Los testigos que culpan al coronel (r) Plazas

Jefes paramilitares, un exguerrillero y familiares del humorista evidenciarían la responsabilidad del oficial en la muerte de Jaime Garzón.

1 de agosto de 2014

El pasado 22 de junio, la Fiscalía llamó a juicio al coronel retirado Jorge Eliécer Plazas Acevedo, alias ‘don Diego’, por el homicidio del periodista y humorista Jaime Garzón. Aunque estaba prófugo de la justicia, el ente investigador ya tenía todas las pruebas en su contra. 

El juicio continuará ahora que el Gaula de la Policía y la Fiscalía en San Martín (Meta) lo capturaron el pasado jueves. Una de las pruebas más contundentes contra quien fungía como Jefe de la Sección de Inteligencia en la Brigada XIII con sede en Bogotá es Jesús Emiro Pereira, alias ‘Huevo pisca’. El hombre cercano al extinto jefe paramilitar Carlos Castaño aseguró que conoció Plazas a través del coronel Rito Alejo del Río en 1998, porque los dos simpatizaban con las autodefensas. 
 
Del vínculo que formó con el coronel Plazas aseguró que “la relación era de colaboración mutua; los dos éramos bandidos, siendo él más porque supuestamente era el encargado de cuidar las personas honestas de este país”. 

Por su parte, en 2009 Diego Fernando Murillo Bejarano, ‘Don Berna’, señaló ante el fiscal 30 delegado ante la Unidad Nacional de Derechos Humanos cómo se habría tramado la muerte del humorista, a quien los paramilitares vinculaban con las FARC. 

“En el año 1999 Carlos (Castaño) ordena asesinar al humorista Jaime Garzón. Para este acto ordena a una banda llamada La Terraza y ellos efectúan dicha acción”, puntualizó. 

‘Don Berna’ relata que en la época en que asesinaron al periodista, todas las acciones que se cometían en Bogotá y otras partes del país “siempre contaban con el apoyo de miembros del Ejército Nacional o del departamento administrativo de seguridad DAS”. Es por esa razón que la Fiscalía investiga a miembros de esas dos instituciones, como es el caso del ex subdirector del DAS José Miguel Narváez. 

“En Bogotá había un hombre de apellido Plazas, de seudónimo ‘Don Diego’, que fue director de inteligencia. Él estuvo vinculado al secuestro de un industrial de ascendencia judía quien posteriormente fue encontrado muerto. El coronel fue detenido y acusado del crimen”. Esto en referencia a la condena de 40 años que tiene el coronel Plazas por la muerte Bejamín Khoudari y la cual purgaba en el momento de su fuga hace 11 años. 

‘Don Berna’ supo que el uniformado se escapó de su lugar de reclusión y que desconocía en qué sitio se escondía. Explicó que por la cercanía que tenía con Castaño, el jefe paramilitar siempre tuvo interés en sacarlo de la cárcel. Las autoridades no descartan que hubiera hecho algo en el plan de escape del oficial. 

Otra de las piezas claves es el testimonio de Iván Roberto Duque Gaviria, alias ‘Ernesto Báez’, quien fue asesor de Carlos Castaño para la época en que mataron a Garzón. El exparamilitar dijo que Castaño se enfurecía con solo ver al humorista en la televisión. “Lanzaba palabras de mayor calibre, lo trataba de secuestrador y guerrillero. Decía que tenía en sus manos la prueba que ‘Betún’ (como le decía a Garzón) era guerrillero”, expresó.

Dijo que en agosto de 1999, estando en un campamento con Carlos Castaño, escuchó que su jefe por radio daba la orden de preparar el ferry para pasar unos amigos con los que tendría una reunión. Luego entendió que eran los sicarios de Garzón. 

“Media hora más tarde llegaron tres señores y se sentaron en las poltronas del vestíbulo del salón de comunicaciones donde yo me encontraba trabajando. Se trataba de nadie menos que el ‘Negro Elkin’, ‘Lotar el tatuado”.- jefes de la famosa banda de la Terraza de Medellín- y un tercero que yo no conocía, luego supe que se trataba de un tal Alex Sampedro. Instantes más tarde, llegó Castaño. Se advertía visiblemente alicorado. El saludo fue tan efusivo y emocionado para los visitantes… Servido el licor, Castaño levantó la copa y exultante de gozo les dijo: felicitaciones, felicitaciones, felicitaciones muchachos, actuaron con gran patriotismo y profesionalismo”, aseguró Duque al narrar lo que vio. Sin embargo, dijo que desconocía hasta ese momento por qué celebraban. 

Finalmente, escuchó a Castaño preguntar quién le había “cascado a ‘Betún’”, por lo que entendió que se trataba de la muerte del humorista, pues el jefe paramilitar llamaba así a Garzón cuando lo veía en la televisión interpretando su papel de embolador. 

El ente investigador fundamentó su determinación de llevar a juicio al coronel Plazas en lo dicho por Iván Roberto Duque Gaviria, alias ‘Ernesto Báez’; Jesús Emiro Pereira Rivera ‘Huevo Pisca’ y Diego Fernando Bejarano Murillo, ‘Don Berna’. Los testimonios corroborarían que detrás del crimen de Garzón hubo diferentes intereses, entre ellos el de algunos militares que estaban al presuntamente aliados con los paramilitares. Uno de ellos sería Plazas. 

De los anteriores testimonios, el ente investigar señaló que “ofrecen un alto grado de credibilidad para este operador judicial; no sólo por lo coherente de sus dichos y su proximidad al comandante máximo de las AUC; sino porque provienen de personas, cuyo compromiso u obligación es precisamente la de colaborar con la administración de justicia, manifestando la verdad de lo ocurrido, con el propósito de cumplir con el derecho que les asiste a las víctimas: la verdad, la justicia y la reparación”.

Guerrillero corrobora lo dicho por paramilitares 

Lo dicho por los exjefes paramilitares fue fortalecido por un prueba traslada de otro proceso. Se trata lo dicho por un exguerrillero desertor identificado como Darwin Lisimaco Betancourt Muñoz. Contó cómo en 1999 lo enviaron junto con el sargento Guillermo Lozano Guerrero, su custodio, y Vladimir exguerrillero e informante del Ejército, a Casanare para que se presentaran en la Brigada e hicieran una operación militar. Allí se dio cuenta de la relación que tendrían los paramilitares con el Ejército en esa región. Luego, estos vínculos se trasladarían hasta las entrañas de la Brigada XIII, en Bogotá.

Dijo que un mayor del Ejército que estaba en los Llanos Orientales los llevó a una población de nombre La Chapa en Casanare, donde funcionaba una base de paramilitares. Señaló que durante mes y medio entrenaron a miembros de las autodefensas en ese lugar. 

Todo lo anterior lo utilizará la Fiscalía para intentar demostrar la cercanía entre los militares presuntamente implicados en la muerte de Garzón con las autodefensas. Del coronel Plazas, aseguró que sabía que lo llamaban ‘Don Diego’ porque en inteligencia siempre se ponen un seudónimo. También contó quiénes eran los supuestos miembros de las autodefensas que trabajaban en esa dependencia de la Brigada XIII. Según afirmó, había hombres cercanos a Carlos Castaño y que incluso Miguel Arroyave estuvo en las oficinas donde laboraban.

“Agregó que el general Rito Alejo del Río, comandante de la Brigada entre 1998 y 1999, era el jefe del coronel Plazas Acevedo y luego pasó a ser el jefe de la División; afirmando que el General Rito Alejo del Río siempre los llamaba a reunión con el coronel Plazas y todos los del B-2 y ahí fue donde él vio a todos los jefes paramilitares que llegaban a la brigada y a algunos políticos”, señala la Fiscalía respecto al testimonio del exguerrillero. 

Indicó que en la Brigada había un mayor de nombre Mario quien era el encargado de hacer todos los seguimientos a Jaime Garzón y quien seguía al humorista día y noche. “Una vez el mayor Mario me citó a la oficina y me mostró unos videos del seguimientos que le hacían a Jaime Garzón. Él estaba saliendo de Nazaret. Me llamaron Mario y el coronel Plazas para que yo ayudara a judicializar al humorista… Querían que yo aportara pruebas contra Jaime Garzón y declarara en la Fiscalía que él tenía vínculos con las FARC”, explicó. Supuestamente le darían dinero a cambio.

Él dice que se negó a los ofrecimientos del mayor Mario Duarte de la XX Brigada y del coronel Plazas. Manifestó que Del Río sabía de los seguimientos al periodista porque era el jefe de Plazas, y en la oficina de este último era donde planeaban todos los seguimientos a Garzón.

Respecto a lo dicho por el exguerrillero, la Fiscalía concluyó que “es evidente que Jaime Garzón Forero fue señalado objetivo militar por parte del extinto comandante paramilitar Carlos Castaño”. Además de que queda acreditada la supuesta relación entre el jefe de las autodefensas y el coronel Plazas. 

En la acusación contra el oficial también se tiene en cuenta lo dicho por un miembro del CTI encargado de la investigación. Luego de sus indagaciones, habló de los seguimientos que le hacían a Garzón. El funcionario incluyó las declaraciones de familiares y amigos del humorista asesinado.  

“Se ratifica que el periodista Jaime Garzón estaba fuertemente amenazado por el máximo comandante paramilitar Carlos Castaño Gil, debido a su gestión como intermediario entre los familiares de los secuestrados y miembros de la guerrilla. Lo tildaba de guerrillero”, asegura el funcionario del CTI.

Con estas pruebas testimoniales y algunas documentales, la Fiscalía dice tener todas las evidencias para comprobar los nexos del coronel Plazas con los grupos paramilitares y además que fue pieza clave en la muerte de Jaime Garzón. 

Por ahora el oficial en retiro, quien habría estado los últimos años al servicio de las bandas criminales en la región de los Llano Orientales, será recluido en la cárcel La Picota. Deberá cumplir la sentencia de 40 años que tiene pendiente por la autoría intelectual del secuestro y posterior muerte del industrial de origen judío Bejamín Khoudari.