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| Foto: Álvaro Tavera

TRAGEDIA

Juvencio y Nelly, los adoloridos padres de Yuliana

La familia Samboní pide que la justicia actúe pronto y castigue al responsable de la muerte de su niña. Esta es su historia de vida.

6 de diciembre de 2016

El martes en la mañana, el país se despertó en medio de la indignación por la muerte de Yuliana, una niña de siete años que fue secuestrada, abusada y asesinada. El Barrio Bosque Calderón, donde vive la familia, estaba todo de luto. Más de 300 personas se agolpaban fuera de la casa de Juvencio y Nelly una joven pareja que llegó a Bogotá hace cuatro años en busca de oportunidades y que hoy simbolizan la peor de las tragedias que puedan vivir unos padres de familia.

Juvencio salió entre esa multitud, que lo acompañaba con bombas blancas y pancartas, y atendió algunas llamadas de radio. El hombre estaba tan afectado por la tragedia que apenas pudo decir algunas palabras. “(A Rafael Uribe) le diría que por qué fue tan desalmado de hacerle eso a mi hija”, dijo entre sollozos antes de dirigirse a Medicina Legal a reconocer el cuerpo de Yuliana.

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Nelly, la mamá de la niña, no se ha podido recuperar de la noticia. Desde el momento en que los vecinos alertaron que habían raptado a su hija, la mujer quedó en estado de shock. A la Policía le sorprendió que en un comienzo ella no quiso hablar con las autoridades. La familia decía que solo lloraba en el cuarto y que se había desmayado varias veces.

Al final de la tarde, la mujer decidió hablar con una de las oficiales. Recordó que antes de salir le había dado de comer a la niña y estalló de nuevo en llanto. Al final de la noche, cuando las autoridades les confirmaron que la niña había muerto, tuvieron que llevarla a un hospital donde permanece hospitalizada. “Ella está muy mal. Está sedada”, cuenta el papá de la niña.

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Juvencio y Nelly son oriundos del Cauca, de un pequeño municipio llamado Bolívar, en las faldas de la cordilla central, en el Macizo Colombiano. Hace cuatro años cuando ninguno de los dos superaba los 30 años decidieron emprender camino a la capital del país para buscar un mejor futuro para Yuliana. En Bogotá nació la hermanita, quien hoy tiene dos años de edad y ahora esperan la llegada de un tercer miembro de la familia. Nelly tiene cinco meses de embarazo.

Yuliana no pudo venir al comienzo con ellos. La pareja no sabía las condiciones en las que viviría en la capital y la niña se quedó en el Cauca. La visitaban en las vacaciones y a veces ella venía a visitarlos. Hace un año, toda la familia se había unido nuevamente.

Los Samboní viven todos en un mismo cuarto, en una humilde casa en Bosque Calderón, un barrio que se ha hecho improvisadamente sobre los cerros orientales de Bogotá y que es vecino de los más exclusivos sectores de la capital. A pesar de estar ubicado a unas pocas cuadras de la circunvalar las calles están sin pavimentar y los carros entran con esfuerzo.

Nelly y Juvencio pagaban 300 mil por el arriendo de la modesta casa. La ropa cuelga en la acera del frente y una pequeña escalera de madera lo lleva a la entrada principal. De frente se ven dos ventanas sin vidrio con unas cortinas hechas de tela y una silla de oficina que reposa al lado de una puerta pintada de azul.

La casa tiene tres habitaciones. En una vive Nelly, Juvencio y sus niñas. Todos dormían en la misma cama. En la de al lado vivía el hermano de Juvencio con su hijo, el niño de siete años que estaba con Yuliana en el momento del rapto. Y en la otra habitación otra hermana con su esposo.

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El domingo, esa humilde familia recibió la noticia de que a Yuliana un hombre la había montado en una camioneta y se la había llevado. Los vecinos cuentan que la mamá salió corriendo detrás buscando el carro, sin éxito. El primo pequeño no pudo dar muchos detalles de lo que sucedió. Pero luego una vecina de la misma edad de Yuliana aseguró que era la tercera vez que había visto esa camioneta y que en oportunidades pasadas el hombre le había dado billetes a la niña. Las autoridades estudian esos hechos.

El papá de Yuliana, la familia y las autoridades comenzaron a andar por las trochas aledañas al barrio para buscar a la niña. El Gaula encontró los videos que permiten identificar la camioneta y ahí comienza la investigación. Toda la Policía Metropolitana de Bogotá se une en la misión de encontrarla y en tiempo record dan con el propietario del vehículo, y posteriormente con el cuerpo de la menor.

Las autoridades y la Alcaldía han acompañado a la familia de Yuliana desde entonces. Un grupo de psicólogos se ha encargado de atenderlos. A las seis de la tarde se espera que el cuerpo de la niña llegue a la funeraria Los Olivos en la avenida Caracas con 45.

En imágenes: Ola de indignación por la muerte de Yuliana

Posteriormente, la Policía ha dispuesto que un avión lleve a la familia a Bolívar (Cauca) en donde se espera que a las honras fúnebres asistan cientos de personas. A las ocho de la mañana del miércoles ya está programado un plantón que recibirá a la familia en el aeropuerto de Popayán con camisetas blancas y flores.

La tragedia de los Samboní seguirá conmoviendo a Colombia.