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El presidente Juan Manuel Santos se reunió el pasado 9 de abril con sus homólogos, de Venezuela, Hugo Chávez, y de Honduras, Porfirio Lobo.

POLÍTICA EXTERIOR

Así fue como Colombia y Venezuela dieron la mano a Honduras en la OEA

El presidente Santos fue clave en el regreso de Honduras al organismo. En criterio de los analistas, su mediación es muestra de que la política exterior sí tiene un enfoque especial en América Latina.

23 de mayo de 2011

El expresidente de Honduras Manuel Zelaya, depuesto del gobierno por las fuerzas militares de su país, podrá volver a Tegucigalpa, y ese país podrá reintegrarse a la OEA luego de que este domingo en Cartagena el expresidente y el actual mandatario, Porfirio Lobo, firmaran un acuerdo.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, fue testigo de la firma del acuerdo. Y la participación de su gobierno y el de Venezuela fueron clave para conseguirlo.

Por eso, para algunos analistas la diplomacia colombiana se anotó un punto, pues Colombia pasó de sostener conflictos con sus vecinos a fungir de mediador.

Tras la firma del acuerdo entre Zelaya y Lobo, Santos dijo, destacando el carácter histórico del acuerdo: “Creo que toda la región, toda América Latina, toda América, puede sentirse muy satisfecha por lo que acabamos de presenciar el día de hoy”.

Desde hace varios meses comenzaron las conversaciones entre mandatarios con el fin de que Honduras pueda regresar a la Organización de Estados Americanos. Fue un trabajo diplomático discreto entre las Cancillerías de los diferentes países.

Santos logró que Lobo y Chávez, quien fue el más enconado crítico contra el golpe de Estado y la legitimidad del gobierno de Lobo, se sentarán a hablar el pasado 9 de abril. El encuentro no fue publicitado en Honduras, sino que se conoció después de celebrarse. En la reunión en Cartagena, los mandatarios de Honduras y Venezuela estrecharon las manos, y ahí se dieron los primeros pasos para el acuerdo que se firmó este domingo.

El encuentro de abril fue bastante productivo, pues hasta ese momento, el mandatario venezolano había calificado en varias ocasiones a Lobo como el “presidente de facto”, luego de que éste asumió el poder el 27 de enero del 2010.

En criterio de algunos analistas internacionales, la firma del acuerdo es un logro de Santos, que ratifica el nuevo enfoque de la política exterior colombiana.
Para el experto en seguridad Jairo Libreros, “Santos ha demostrado no solo que tiene una política exterior, sino que esta tiene un enfoque especial en América Latina”.

Se refería al hecho de que Santos ha procurado jugar un papel especial en UNASUR, en donde Colombia comparte la secretaría con Venezuela y ha dado muestras de interés en mejorar las relaciones con todos los países de la región. Para el analista, los dos escenarios de proyección de esa política son UNASUR y la OEA.

Para Andrés Molano, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, “el presidente Santos fue muy hábil en vincular la reinserción de Honduras a la institucionalidad internacional, con el restablecimiento de las relaciones con Venezuela”.

En su criterio, tarde o temprano Honduras tenía que recuperar su legitimidad y restablecer las relaciones con los organismos de la región. Sin embargo, Santos aprovechó el buen momento de sus relaciones con Venezuela para hacer efectivo ese propósito.

El Ministro del Interior de Ecuador, Alfredo Vera, dijo tras la primera reunión entre Chávez y Lobo: “Mire el milagro que acaba de hacer: ha juntado a Chávez con Lobo, eso no lo hace cualquiera, lo hace una persona con inteligencia, con neutralidad, con transparencia”.

Sus gestiones, en criterio de Vera, son la “demostración de que Santos no obedece a caprichos ni voluntades externas, sobre todo esas voluntades impositivas de los gobiernos que acostumbran a dominar el mundo”, añadió.

El papel de la OEA

La OEA ha visto disminuida su capacidad de influencia en la región, lo que ha quedado demostrado en conflictos recientes.

Por eso para el analista Raúl Pineda, de Honduras, el hecho de que hayan sido dos países los que lograron la firma del acuerdo es muestra de la ineficacia de la OEA. En su criterio, “este acuerdo termina lavándole la cara sucia al organismo”, dijo al diario la Prensa de Honduras.

Molano, por el contrario, considera que si bien la OEA ha perdido relevancia, su importancia está demostrada en el hecho de que se tenga que hacer un acuerdo para el reingreso de un país a su seno. “El indicador de la normalidad y legitimidad de Honduras como Estado precisamente es su reingreso a la OEA”, destacó Molano.

Libreros considera que la OEA ha perdido protagonismo, pero que no por eso ha dejado de ser importante. En su criterio, la experiencia del organismo y los acuerdos que se han firmado son la base para que siga siendo importante. No obstante, Libreros anotó que las funciones del secretario del organismo y el perfil del mismo, “se deberían evaluar”.

La tensión

Con el acuerdo se comenzó una nueva era para el país centroamericano que vivió una gran tensión política desde junio del 2009, cuando los militares y fuerzas de oposición en el Congreso sacaron a Zelaya de la presidencia.

Desde entonces, el expresidente se vio obligado a permanecer fuera de su país y sin garantías procesales, tras ser acusado por haber intentado modificar la Carta Política de Honduras.

No obstante, tras la firma del acuerdo, el presidente Lobo garantizó a Zelaya la seguridad de residir en el país, “en condiciones de seguridad y libertad”, y la participación en política de cerca de 200 de sus exfuncionarios.

El Frente Nacional de Resistencia Popular, que agrupa a los simpatizantes del ex mandatario, ha mostrado interés en constituirse en partido político. Es por eso que el acuerdo incluyó una cláusula para el restablecimiento “pleno de sus derechos”.

Para Lobo, se trata del cumplimiento del mandato que le dieron los hondureños en las pasadas elecciones, según lo indicó la Presidencia de Honduras en un comunicado: “El presidente Lobo cumple con el mandato expresado por el pueblo hondureño en las urnas en noviembre del 2009 en el sentido de lograr la unidad y la reconciliación nacional, y vivir en paz y tranquilidad”.

Para Zelaya, es la oportunidad de volver a hacer política en su país y de fortalecer su movimiento. El exmandatario anunció que presentará un “plan de reconciliación” que incluye el reconocimiento internacional de la elección de Lobo.

No obstante, hay quienes creen que las tensiones no han terminado, pues hay sectores que piden el sometimiento de Zelaya a la justicia. La tensión se dirimirá en a escala local, mientras que en el nivel internacional se da por terminado el conflicto. Mientras tanto, una comisión integrada por las Cancillerías de Colombia y Venezuela hará seguimiento al cumplimiento del acuerdo.