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Los policías que no tenían chalecos antibalas recibieron disparos en el tronco, entre otras partes del cuerpo. Las fotografías y la necropsia demuestran que aquellos que sí los portaban recibieron los disparos de fusil en el cuello o la cabeza, zonas que no estaban protegidas

judicial

¡Así los masacraron!

SEMANA tuvo acceso a las 250 fotos y grabaciones que prueban cómo los policías de Jamundí fueron asesinados a sangre fría y en estado de indefensión. Los argumentos de la Fiscalía y la Procuraduría son contundentes.

2 de septiembre de 2006

El lunes 22 de mayo de 2006 es una fecha que ha quedado marcada en la historia de Colombia. Ese día un pelotón de militares del Batallón de Alta Montaña se vio involucrado en la muerte de 10 miembros de un escuadrón antidrogas de la Policía Nacional y de un civil en Jamundí, Valle. Durante los siguientes tres meses, el caso no ha dejado de estar en los titulares de prensa y ha generado gran interés incluso en el Congreso de Estados Unidos. Aunque desde los primeros días la Fiscalía habló de una masacre, los debates sobre cual jurisdicción -la justicia penal militar o la ordinaria- debería adelantar el caso generaron demoras.

La semana pasada quedó claro que la responsabilidad recae en la justicia ordinaria y se espera que en las próximas semanas la Fiscalía presente sus pruebas. SEMANA obtuvo más de 250 fotos de los cuerpos de los policías asesinados, que forman parte del expediente. Para la Fiscalía, las pruebas forenses practicadas a los cadáveres son, además de contundentes, la columna vertebral del caso contra los militares. Las imágenes evidencian que los militares usaron una fuerza desmedida. También que han mentido en sus versiones ante la justicia y los medios de comunicación. Han dicho que, por ejemplo, los policías no estaban plenamente identificados. Las fotos demuestran todo lo contrario. Han dicho que existió un combate, pero los cuerpos de la mayoría de los policías tienen múltiples impactos de bala por la espalda.

Las fotos forenses también demuestran que los policías, a diferencia de lo que han dicho los militares, fueron acribillados a corta distancia. Y lo más grave, la mayoría de los cuerpos presentan tiros de gracia. Las fotos son excesivamente crudas y por eso SEMANA ha decidido publicar, en blanco y negro, sólo cinco de las 250 imágenes del caso como una prueba de la masacre.

Fueron esas las pruebas que motivaron al fiscal general, Mario Iguarán, a decir sin equívocos: "No fue un error. Fue un crimen". Hasta ahora no se conocían los argumentos que sustentan la acusación de la Fiscalía. SEMANA tuvo acceso a la trascripción textual de la acusación del fiscal Daniel González y el procurador Eduardo Castillo (ver recuadro) el jueves 25 de mayo, tres días después del crimen). Estos son los apartes más relevantes de ese documento oficial:?

Fusilados

"... Estos 11 ciudadanos murieron todos como consecuencia de heridas por arma de fuego, proyectil, y algunos de ellos con heridas adicionales por granadas de fragmentación... Ocho o nueve de las víctimas, recibieron los impactos que finalmente acabaron con sus vidas en una trayectoria atrás-adelante. La trayectoria atrás-adelante significa que el tirador estaba a la espalda de la víctima. También en un gran número de víctimas los impactos recibidos afectaron su cabeza.

"La Fiscalía ha podido determinar que algunos de estos policiales, a pesar de llevar su armamento, no tuvieron oportunidad alguna de utilizar las armas que llevaban como dotación porque fueron sorprendidos con disparos que les segaron la vida. Puede ser el caso del señor mayor Elkin Leonardo Molina, a quien las fotografías tomadas por los investigadores que asumieron la escena de los hechos muestran con su fusil y su pistola al cinto. Esas armas del mayor nunca fueron disparadas. Él presenta heridas en abdomen de atrás a adelante y adicionalmente presenta esquirlas.... Lo que se quiso presentar ante la opinión pública como un mal llamado fuego amigo fue algo que no se presentó".

"...Refirámonos al señor teniente (Harrison) Castro, comandante del grupo, quien rindió un informe de los hechos en el batallón de Alta Montaña. En dicho informe señala lo siguiente: que el objetivo de la presencia militar en Potreritos, Jamundí, era porque se habían informado de la realización de un secuestro. A lo largo de su informe manifiesta que el 21 de mayo de 2006 a las 19 horas se recibe la orden de operaciones y procede a cumplirla...

"Dice que el 22 de mayo a las 18 horas escucha ruidos de varios carros, lo que no es normal, porque al lugar donde llegan es una calle destapada y ciega. Que a las 18:05 horas da la orden al cabo tercero Osorio para que baje a revisar, que se escuchan cargas de diferentes tipos de armas, que todo el personal estaba alertado y él (teniente Castro) le da la orden al sargento Palacios y al cabo Gutiérrez de que lo siguieran. A Montenegro, que se quedara asumiendo la seguridad en la parte alta de Potreritos, el lugar en donde supuestamente estaban. Dice (el teniente Castro) en la narración que cuando él sale a un claro, empiezan los disparos y que provienen del sitio en donde estaban los vehículos. Que el combate duró aproximadamente 20 minutos, que ellos se identifican de viva voz como miembros de Alta Montaña y que en respuesta reciben un ataque que dura aproximadamente 10 minutos, que es cuando se escucha la explosión de una granada de mano y cesan los disparos. Es en ese momento, dice el teniente Castro, que ingresa a la fuerza la Policía, la Emcar (Escuadrón Móvil de Carabineros).

"Cuando el señor Harrison acude a rendir su versión ante la Procuraduría, menciona que entre las 17:45 y 17:50 se escuchó el ruido de un carro y que con cinco soldados de su equipo de combate, a una distancia de 80-100 metros, vio a unas personas que estaban bajando de un vehículo. Observamos ya en este relato dos contradicciones esenciales. Primero, que en el informe de operaciones (el teniente Castro) menciona las 18 horas cuando escucha los ruidos de los carros y en la versión que da ante la Procuraduría ya habla de 17:45 a 17:50 horas.

¿Buena puntería?

"Pero nos dice otra cosa. Nos dice que él ve a 80 metros bajarse a unos individuos de unos vehículos y que escuchan cuando golpean a la puerta de un hogar que se llama Mi Casita y de manera brusca tratan mal a una persona que los atiende, y que estaban sin ninguna identificación... Como lo podrá ver su señoría, en las fotografías que se han tomado de cómo quedaron los cadáveres con sus chaquetas de Policía Nacional-Dijín y sus cachuchas de igual forma. Sí estaban plenamente identificados. Pero dice (el teniente Castro) que fue en ese momento cuando esos hombres vieron al cabo Osorio y empezaron a disparar y se tiraron al piso y perdimos toda visibilidad con los sujetos y los vehículos que se encontraban a su alrededor.

"Esta afirmación, en primer término, nos pone a pensar de la gran habilidad de estos hombres (los militares) para que sin ninguna visibilidad pudieran asestar los proyectiles de sus armas de fuego en las cabezas de sus víctimas. Eso no tiene ninguna explicación que vaya con la lógica ni con el sentido común. Como tampoco puede tenerla, que estas personas (los policías) sean quienes inician el ataque, y el comandante de ellos, el señor mayor (Molina) ni siquiera alcanza a utilizar su arma de fuego para protegerse porque cae ultimado al lado de la camioneta en la que se transportaba.

"Después dice (el teniente Castro), que a las 18:40 horas, en esa misma versión, recibe el ofrecimiento de apoyo por el capitán Cañón, a lo que le dijo que no y que 10 minutos más tarde lo llamó el coronel Carvajal. Reconoce, eso sí, dentro de esa versión, que en ese operativo se disparó fusil, ametralladora y seis granadas de mano...

"Pero en el primer informe que él (teniente Castro) realiza cuando llega al lugar de los hechos, la Policía judicial anota como hora en que se inician los hechos las 18:20. Ya tenemos tres horas distintas de una sola persona. ¿Cuál es el objeto, su señoría? decir que hubo una confusión y que se presentó un fuego amigo....".

Pena de muerte? "En la misión táctica, con la que se pretende justificar la presencia de los miembros del Ejército en el lugar, se lee que la misión era someter mediante el empleo legítimo de la fuerza a un grupo de narcoterroristas del frente 30 de las Farc, las cuales mediante las informaciones irían a realizar un secuestro en el sector de Potrerito. Vale la pena resaltar dos cosas. Que el fin era el de capturar o el de someter mediante el empleo legítimo de la fuerza a un grupo de narcoterroristas. Pero no hay tal grupo de narcoterroristas. Hay funcionarios que estaban cumpliendo con su deber. Y tampoco hay un uso legítimo de la fuerza porque muchos policiales ni siquiera pudieron utilizar sus armas.

"En cambio, los miembros del Ejército, según lo reconoce el teniente, utilizaron por lo menos seis granadas de fragmentación, lo que es excesivo. Y si dijéramos que el grupo de la Dijín era un grupo de narcoterroristas, ¿será posible que se pueda avalar el uso excesivo de la fuerza para reducir al enemigo?...

El coronel en su laberinto

"Dice el coronel Carvajal, ... en una versión que rindió ante la Procuraduría en la noche del 25 que en la noche del 20 de mayo se efectuó el movimiento del cuarto pelotón de la compañía C al mando del teniente Castro para atender las situaciones de voladuras de torres y del secuestro de una familia española en el sector de Potrerito.

"Obsérvese que el teniente mencionó que su movimiento fue en la noche del 21 de mayo. Y eso cobra importancia por lo siguiente: porque la misión táctica fue fechada el 21 a las 20 horas. Es decir que este documento suscrito por el teniente coronel Bayron Carvajal desmiente la versión del propio coronel dada ante la Procuraduría.

"Surge dentro de la versión que da el coronel ante la Procuraduría que sí conocían en el batallón de Alta Montaña al NN que falleció en el lugar de los hechos. Al NN que, valga decirlo, llegó al lugar de los hechos con un pasamontañas y fue encontrado en el lugar de los hechos a un lado del cadáver. Pero que contenía unos rasgos de violencia que a Medicina Legal le permitían demostrar que correspondían a pólvora... De acuerdo con los peritos, cuando un elemento aparece con rastros de pólvora, se puede estimar que la distancia a la que se sintió el disparo desde la boca del cañón del arma al objetivo no fue superior a los tres metros.

"Dice el coronel que a Eduardo (el NN, informante), le contó que iban a secuestrar para la primera semana de mayo a una familia de españoles en Potrerito. Que esa información la había dado el 2 o 3 de mayo. El 22 de mayo (día de la masacre) no son los primeros días de mayo y son 20 días desde cuando se dio la información, y son 18 días después de que el teniente Castro partió a evitar un secuestro que estaba programado para la primera semana de mayo...

"En esa versión ante la Procuraduría, dijo el coronel Carvajal: 'a las 4 de la tarde regresé a la Brigada y cuando me disponía a asistir a una cita médica, al dispensario, se presentaron los hechos materia de investigación y me dirigía a Potrerito'... El 31 de mayo nuevamente la Procuraduría le preguntó. Y el coronel Carvajal olvidó lo que dijo el 25 de mayo porque dijo que él no había salido de la tercera Brigada sino que salió de un centro médico estético y que se demoró 50 minutos en llegar entre Cali y Potrerito.

"La Fiscalía tiene elementos suficientes para considerar la responsabilidad de estos ciudadanos como autores de estos homicidios que, por el hecho de no haberse tratado de un combate entre dos fuerzas enemigas, escapa a los atentados contra el Derecho Internacional Humanitario, pero que bien se puede denominar como una masacre.

Las armas? "En relación con los otros ciudadanos, nuestros peritos han presentado un informe... De los fusiles y de las armas de la Policía Nacional se recuperaron en total 22 vainillas calibre 5.56. Y ahí vuelve a preguntar la Fiscalía si puede entrar dentro de la lógica, que siendo la Policía, en versión del teniente Castro, quien inicia el ataque, solamente hubiera empleado 22 vainillas mientras que ellos (los militares), que se suponía se estaban defendiendo y causaron las 11 bajas, utilizaron aproximadamente 118 vainillas más las seis granadas de fragmentación...

"...Existe la posibilidad de que alguna arma de fuego fue cambiada antes de ser entregada...

"...Llama también la atención que el sargento Montenegro que, según el teniente Harrison Castro, fue dejado en la parte superior de la montaña cubriendo la seguridad, aparezca con su arma disparada dentro de estos hechos cuando él dijo a la Procuraduría que no había disparado su arma.

"...Ante la gravedad de los hechos, también se da la obstrucción a la justicia. También tenemos elementos dentro de la inteligencia técnica que nos dicen cómo utilizando sus teléfonos celulares cuando los soldados están dando su versión ante la Procuraduría, la noche de los hechos, se mandaban mensajes para cuadrar lo que tenían que decir ante la Procuraduría. Esa es una clara obstrucción a la justicia. ...Es evidente que estamos hablando de 11 homicidios".