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Nelson Cantillo espera llegar a un acuerdo con el Gobierno. | Foto: Germán Encizo/Colprensa

PERFIL

Así es el secretario que paraliza una parte de la justicia

Nelson Cantillo es uno de los protagonistas del paro judicial y el hombre que no permitió que la totalidad de funcionarios llegara a un acuerdo con el Gobierno. Quién es el hombre detrás del megáfono.

16 de noviembre de 2012

Su nombre es Nelson Cantillo. Quienes lo conocen se extrañan al verlo en la televisión cuando muestra un carácter fuerte, pues dicen que es un costeño introvertido. Lo cierto es que él ha sido la piedra en el zapato para que un sector de Asonal rechazara el acuerdo que se firmó con el Gobierno.
 
En la escena sindical, Cantillo no es un aparecido, aunque su nombre sólo haya empezado a sonar cuando inició el paro judicial el 11 de octubre. Fue este barranquillero, quien con micrófono en mano, cuestionó la firma del acuerdo que un grupo del sindicato judicial firmó el 7 de noviembre. "Soy un sindicalista gremialero", aseguró para justificar la decisión de mantener el paro.

La pelea con el Gobierno no es la única que mantiene Cantillo, pues se enfrentó a otra tendencia moderada de Asonal en cabeza de Fernando Otálvaro. Con él se disputa la presidencia del sindicato. Este tema no es claro, pues los dos figuran como presidentes. "Soy el presidente legítimo de Asonal Judicial elegido por la base", advirtió Cantillo.
 
Pero desde la otra orilla se dice que Cantillo es un "irresponsable" con el país. Fernando Otálvaro consideró que el líder sindical ha mostrado ser inconsecuente. Dijo que en un primer momento Cantillo rechazó el paro en un comunicado, luego se sumó a este ocho días después. Además, tras la firma de los acuerdos, él salió a los medios de comunicación a decir que estaba listo y luego se echó para atrás.

"Él cree que estamos jugando como si se tratara esto de un tema de niños". Para Otálvaro no es cierto, como se ha especulado, que el 96 por ciento de los despachos está en cese de actividades. En ese sentido, calculan que tan sólo un 20 por ciento lo está. "Qué pregunten en las ciudades".  

Gato

Mientras saluda a algunos miembros de Asonal Judicial con el clásico "compañero", Cantillo se niega a decir su edad y para salir del paso dice que pongan más de 25 años. Lo cierto es que por ahí pasó hace rato y así lo revela su pelo blanco y sus más de 20 años en el sindicato de empleados de la rama judicial, en el cual ha ocupado todos los cargos.

El expresidente de Asonal Judicial Fabio Hernández lo describe como un hombre "aconductado y juicioso" que no está dispuesto a ceder, ya que la nivelación se acordó hace 20 años y el empeño es sacarla adelante.

Quienes han querido describir a Cantillo han tenido que observar a su gato 'Coco', pues, según las palabras de este sindicalista sin acento costeño, él se parece a su amado felino. "Es un animal que no es sumiso, los gatos tienen una gran personalidad, contrario a la de los perros que viven arrodillados esperando a que les den la comida", afirma.

Tal vez por eso no ha cedido en los acuerdos con el Gobierno y se mantienen en que la nivelación salarial sea bajo las condiciones de algunos de los empleados judiciales que todavía protestan en las afueras de varios de los despachos judiciales.

En el calor de Barranquilla, Cantillo divide su tiempo en dos. A su labor como dirigente sindical le suma el trabajo de secretario de un juzgado penal del distrito con función de conocimiento. Allí, en medio de arrumes de procesos judiciales hace el acompañamiento de las audiencias y se encarga de vigilar el estado de los procesos.

En la capital de Atlántico vive en un apartamento propio en un barrio de clase media, Alto Prado. La vivienda se la compró a su suegra. Su esposa y su gato son su única compañía, pues su hija se marchó hace varios años para estudiar ingeniería industrial en la Universidad de los Andes. Aunque ella es su orgullo pues sacó adelante su carrera y hoy ejerce su profesión, una deuda y el reporte negativo financiero todavía lo persiguen.

Su estadía en Bogotá no ha sido fácil por lo duro de las jornadas más aún cuando Asonal está dividida. Desde cuando empezó el paro, Cantillo se aloja en un hotel del centro de la ciudad. Este sitio le permite estar cerca de los juzgados y del complejo Judicial de Paloquemao, para así estar al tanto de los pormenores del paro y presidir las reuniones.

En la mañana y desde un taxi, Cantillo pasa revista a los compañeros apostados en los despachos, quienes esperan que se llegue finalmente a un arreglo, algo que por ahora no se ve claro para el hombre fuerte para algunos e inconsecuente para otros.