La variada lista de aspirantes al Concejo de Bogotá

Si algo ha caracterizado al Concejo de Bogotá en los últimos años es su mala imagen. El fantasma del carrusel de la contratación, que le costó 2,2 billones de pesos a la ciudad, todavía ronda por los pasillos de ese edificio. Hacerle control político al alcalde y presentar propuestas para mejorar la ciudad son un propósito esencial y, por eso, es tan importante saber elegir una buena junta directiva para la ciudad.

La imagen del Concejo ha caído tan bajo como la del Congreso. Un informe de Concejo Cómo Vamos lo probó con cifras. El 63 por ciento de los bogotanos tiene una mala imagen y el 25 por ciento ni siquiera entiende para qué sirve. Son tantos los candidatos (541) y tan poca información, que la gente define su voto a última hora en las urnas, a veces sin saber por quién votó. Lo que todo bogotano debería saber es que por los escritorios de los 45 personajes que lleguen al Concejo pasarán asuntos tan relevantes como el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), la ampliación de TransMilenio, el presupuesto del metro, la ALO y otros cambios no solo de cemento.

Devolverles la confianza a los ciudadanos no solo depende del alcalde. También de quienes puedan hacerle contrapeso y vigilarlo. El problema es que, históricamente, la gente tiende a concentrar su decisión de voto en los cargos ejecutivos, cuando apenas son una parte del rompecabezas. Para que la ciudad funcione, se ejecuten los presupuestos y se tomen mejores decisiones se necesitan concejales preparados, de calle, que conozcan la ciudad, defiendan las finanzas públicas y hagan un control político serio. SEMANA presenta una lista de candidatos para todos los gustos.

Diego Molano: es la cabeza de lista de Centro Democrático. Propone un sistema multimodal que tenga metro, TransMilenio, cable, tren de cercanía, carro, moto y financiar bicicletas eléctricas.

Ángela Garzón: la hija del exvicepresidente Angelino Garzón dice que nunca se ha peleado con su papá por política. Hoy son candidatos en orillas opuestas y ella quiere ser la vocera del uribismo en el tema de cohesión y diálogo social.

Daniel Palacios: es el abanderado de la seguridad en la lista cerrada uribista. Como Pacho Santos, propone más policía en TransMilenio, colegios y parques y más cámaras de vigilancia en las calles.

María fernanda Rojas (Alianza Verde): cuenta con 17 años de experiencia como servidora pública y propone proyectos para mejorar la infraestructura vial, el Sitp, la seguridad ciudadana, regular la comida chatarra y fomentar la bicicleta como medio de transporte alternativo.

Diego Laserna (Alianza Verde): propone recuperar la cultura ciudadana del exalcalde Antanas Mockus, crear un portal web de infractores de tránsito, proteger los cerros con un corredor ecológico y construir más ciclorrutas para bajar a la gente del carro.

Diego Cancino (Alianza Verde): el Man de la Cámara, como se hace llamar, es carta de Mockus y propone vigilar las finanzas públicas y cuidar cada centavo de los impuestos de la ciudad.

Fernando Rojas (ASI): Rojas es un experto en movilidad y seguridad en Bogotá. Fue el pupilo del concejal Juan Carlos Flórez y quiere hacerle un duro control político al alcalde que llegue, sobre todo en el presupuesto para el metro.

Aída Avella (UP): luego de varios años en el exilio y de ser la fórmula vicepresidencial de Clara López, Aída regresa a la política como cabeza de lista de la UP. Fue concejal entre 1992 y 1996.

Javier Suárez (Polo): es economista con especialización en Políticas Urbanas y quiere llegar al Concejo a defender el uso de la bicicleta, el medioambiente y lo que él llama: “La ecología política”.

Xinia Navarro (Polo): fue la gerente de la campaña presidencial de Clara López y tuvo la idea del primer hospital veterinario de la ciudad. Es muy cercana a la hoy candidata a la Alcaldía.

Hollman Morris (Movimiento Progresistas): renunció el año pasado al Canal Capital para lanzarse a la Alcaldía. Aunque es más periodista que político, busca un puesto en el Concejo para continuar con el modelo de ciudad del alcalde Gustavo Petro.

Juan Carlos Flórez (ASI): es experto en gestión urbana y en educación. Aunque no le fue tan bien en la calificación de Concejo Cómo Vamos, Flórez es reconocido por ser la piedra en el zapato del alcalde Gustavo Petro y hacerle duros debates de control político a su administración.

Lucía Bastidas (Alianza Verde): es de las mejores calificadas según el último informe de Concejo Cómo Vamos. Defiende temas de género, movilidad y malla vial, y de llegar seguirá haciéndole control político a la administración entrante.

Olga Victoria Rubio (Mira): desde el Concejo, esta abogada ha sido la abanderada de su movimiento por el tema de las mujeres y la población discapacitada. Es una de las mejor calificadas según el ranking de Concejo Cómo Vamos.

Celio Nieves (Polo): le fue bien en la calificación de Concejo Cómo Vamos. Durante el segundo semestre de 2014 hizo 11 proposiciones para debates de control político y ha vigilado el manejo de los recursos y las políticas públicas.

José David Castellanos (Cambio Radical): es la cuota joven de ese partido. Trabajó con el padre Javier de Nicoló con habitantes de la calle y ha sido un vocero de las juventudes desde distintas organizaciones.

Rodrigo Lozano (Cambio Radical): aliado del candidato a la Alcaldía Enrique Peñalosa. Es un abogado de 43 años que, de llegar al Concejo, le pondría lupa a los temas de seguridad, espacio público y cultura ciudadana.

María Fernanda Valencia (Cambio Radical): es abogada y quiere llegar al Concejo a cambiarle la cara al espacio público de la ciudad. Propone andenes más amables y espacios amigables para los ciudadanos.

Silverio Gómez (Partido de la U): trabajó como director de medios de economía y negocios como Portafolio y Poder durante muchos años. Si es elegido, quiere ponerle especial énfasis a vigilar las finanzas públicas y lograr que el predial deje de ser una pesadilla para los bogotanos.

Germán Ricaurte (Partido Liberal): fue edil de Chapinero a los 19 años. Es uno de los candidatos más jóvenes y propone una reforma al Fondo de Vigilancia y Seguridad, CAI ampliados y control político a las grandes obras de infraestructura.