Ataques de las FARC en Norte de Santander y Huila

Una semana después de que una familia perdió la vida luego de la explosión de unos cilindros bomba dejados por las FARC en Norte de Santander, ocurre una nueva arremetida sobre la población civil por parte de la guerrilla.
 
Aunque no hubo heridos, un ataque les quitó la tranquilidad a los habitantes de este mismo departamento. Dos cargas explosivas detonaron contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas en la zona del Catatumbo.
 
De otra parte, este miércoles, una detonación controlada de una camioneta cargada por la guerrilla de las FARC con unos 120 kilos de explosivos causó enormes destrozos en Vegalarga (Huila).
 
Fuentes policiales precisaron que el vehículo fue robado y abandonado a unos metros de la estación de Policía de esa zona rural de Neiva.
 
La camioneta, en la que viajaban tres hombres, pertenecía a la Empresa Electrificadora del Huila. Aunque no causó heridos ni víctimas mortales, sí produjo grandes daños materiales.
 
La iglesia, la escuela y tres casas de Vegalarga resultaron destruidas y unas 17 viviendas más quedaron dañadas por la onda explosiva, señalaron las fuentes.
 
Los tres contratistas de la electrificadora fueron liberados por los presuntos guerrilleros.
 
En el mismo lugar estalló el año pasado otro vehículo de servicio público, en un atentado que dejó dos muertos, varios heridos y también cuantiosos daños materiales, recordaron las fuentes.
 
Antes de que la carga fuera activada de manera controlada, la zona fue evacuada por las autoridades.