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El sacerdote Francisco de Roux es una de las voces más autorizadas para hablar de paz, moral y perdón en Colombia. | Foto: Fotomontaje SEMANA

ENTREVISTA

‘Unámonos por la vida, dejemos el odio’: Francisco de Roux

SEMANA habló con el padre jesuita sobre las heridas que deja en la sociedad el acto terrorista que cobró la vida de tres personas. El sacerdote comparó la reacción de los ciudadanos tras el atentado en Mánchester con la de los colombianos.

18 de junio de 2017

Julie Hyunh, Paola Jaimes Ovalle y Ana María Gutiérrez son los nombres de las tres mujeres que perdieron la vida tras el atentado terrorista en el Centro Comercial Andino de Bogotá. Un artefacto explosivo, del cual no se conocen muchos detalles, estalló en un baño de mujeres ubicado en el segundo piso del lugar. Al principio todo era confusión entre las personas que se encontraban en el centro comercial, pero después se fue confirmando que se trataba de un vil atentado.

Colombia, que tanta sangre ha visto correr producto de la violencia, volvió a horrorizarse por un atentado, justo ahora que se adelantan procesos de paz. El padre jesuita Francisco de Roux reflexiona sobre lo que como sociedad debemos hacer tras un ataque como este.

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SEMANA: ¿Qué sabor le deja el atentado en el Centro Comercial Andino?

Francisco de Roux: Es un acto doloroso perpetrado contra mujeres en la intimidad de su mundo, de su espacio y deja descargar todo el odio y la animadversión contra la vida humana. Muestra las fracturas hondas que tenemos como sociedad que tenemos que superar juntos.

SEMANA: En otros países un atentado de este tipo despierta gran solidaridad y une a todo los sectores, ¿qué pasa en Colombia?

F. R.: A mí me impresionó hondísimamente en días pasados cuando después del atentado en Mánchester toda Inglaterra se paralizó a las 11 de la mañana del día siguiente, tocaron las campanas en todas las iglesias y durante un minuto absolutamente todo se quedó quieto, era la reacción de una nación entera diciendo: “Esto nunca más puede volver a pasar entre nosotros, acá estamos todos unidos cuando se toca la vida”. Por eso la importancia de que entendamos que hay grandes cosas que tienen que unirnos a todos que son no negociables entre nosotros, que son las que nos hacen crecer como seres humanos y como nación: la protección de la vida entre todos, del respeto a la dignidad de unos y de otros, la seguridad mutua que nos damos confiando los unos en los otros.

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SEMANA: ¿Qué debería pasar en Colombia cuando se afecta así la vida?

F. R.: Un acto como estos debería conmovernos a todos. En una situación de estas llamar a señalamientos políticos, otorgar culpabilidades a uno u otro grupo de los que están en la división del país o en la oposición, no nos sirve. Este es un momento en el que tenemos que decir: Aquí estamos todos. Es la vida en Colombia, la posibilidad de que podamos vivir como seres humanos la que tenemos que proteger.

SEMANA: ¿Usted cree que después de tantos años de violencia los colombianos hemos perdido la capacidad de conmovernos?

F. R.: Yo siempre he pensado que en Colombia hemos llegado a una crisis espiritual muy profunda -no es religiosa sino espiritual- es justamente eso una desaparición de la compasión, una fractura del reconocimiento de la grandeza de cada ser humano, un abandono del cuidado que nos debemos dar los unos a los otros. Eso nos afecta a todos, uno no puede dejar de lado el sufrimiento de los otros sin dejar de lado su propia dignidad. Yo espero que estos pasos dados en la búsqueda de la reconciliación y la paz nos saque a nosotros de esa oscuridad tan profunda en que nos vimos sumidos y que este mismo acto nos haga reaccionar rápidamente para que los silencios que no tienen sentido, la falta de solidaridad o las personas que quieren hacer camorra con una cosa tan delicada se queden en silencio y hagamos solidaridad entre todos.

SEMANA: Aunque todavía no se conocen los responsables del acto terrorista se puede ver una intención de sembrar el terror y hasta dividir la sociedad…

F. R.: Evidentemente que es una bomba para causar terror, es un atentado espantoso en el corazón del pueblo colombiano que trata de emerger con enormes dificultades de los tiempos más difíciles.

SEMANA: ¿Qué mensaje les daría a los colombianos?

F. R.: Por favor que todo esto nos haga reaccionar a fondo, unidos, con una determinación total de proteger la vida por encima de todas las cosas, de dejar de lado odios y animadversiones que nos dividieron, de aceptar por supuesto la controversia y la discusión sobre puntos de vista distintos pero sobre el presupuesto de que la vida la vamos a respetar entre todos y vamos a respetar la dignidad de unos y de otros. Qué bueno que en este momento nos levantáramos juntos para afirmar estas realidades más hondas.