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Bruce Mac Master, director del Departamento para la Prosperidad Social, y César Jerez, vocero de la Asociación Campesina del Catatumbo, son dos de los 12 negociadores que están en Cúcuta.

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Avanzan las conversaciones en Catatumbo

En el segundo día de negociación, el Gobierno y los campesinos hablan de las garantías para dialogar.

9 de agosto de 2013

El pasado jueves se sentaron por primera vez la delegación del Gobierno y los voceros de los campesinos de la zona del Catatumbo para intentar llegar a un pacto respecto a la zona de reserva campesina, la erradicación de cultivo de coca y la situación social de esta región del país. 

En las conversaciones iniciales, realizadas en el edificio de la gobernación de Norte de Santander en Cúcuta, se estimó que este período de negociación podría tardar aproximadamente un mes, con reuniones los martes, miércoles y jueves de las próximas cuatro semanas. 

Antes de esta reunión, los campesinos del Catatumbo habían presentado un pliego con 10 peticiones al Ejecutivo para levantar el bloqueo en las vías. Ahora, cuando el paro de 53 días terminó, la delegación del Gobierno sumó otras seis propuestas, para un total de 16 puntos que serán tratados durante el próximo mes. 

De estos, el más importante es la creación de las zonas de reserva campesina. En días anteriores, el presidente Juan Manuel Santos expresó tajantemente que no pondrá en juego la autoridad del Estado bajo la presión del bloqueo de vías mientras que la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat) insiste en la declaración inmediata de estas zonas, contempladas en el artículo 81 de la Ley 160 de 1994 y en el Decreto 1777 de 1996. 

Además, los campesinos apuntan a una solución en la sustitución de cultivos para poder tener un sustento luego de la erradicación de coca. A esto se suma una petición de subsidio para el agro, un plan de inversión y garantías judiciales. 

En cuanto a los seis temas propuestos por el Gobierno, resaltan la construcción de un ‘laboratorio de paz’ para el Catatumbo, la superación de la pobreza y el diseño de un plan de desarrollo especial para la región.

El grupo enviado por Juan Manuel Santos está conformado por los directores del Departamento para la Prosperidad Social, Bruce Mac Master; del Departamento Nacional de Planeación, Mauricio Santamaría, y el Alto Consejero para las Regiones, Juan Carlos Mira Pontón. También forman parte de la comisión los viceministros de Defensa, Jorge Bedoya; Interior, Carlos Eduardo Géchem; Agricultura, Andrés Felipe García, y de Trabajo, José Noé Ríos.

Los voceros de Ascamcat son Juan Carlos Quintero, José del Carmen Abril, César Jerez, Olga Lucía Quintero y Elizabeth Pabón. Además, el representante a la Cámara Iván Cepeda actuará como garante.

La preocupación del Gobierno

Uno de los propósitos de Juan Manuel Santos es evitar que los campesinos del Catatumbo se sumen a las protestas que comenzarán el 19 de agosto, día en el que piensan parar sus actividades los agricultores, especialmente del sector cafetero. Hasta el momento, se ha hablado sobre el posible apoyo que le darían a este paro los camioneros y un sector de la minería.

A pesar del objetivo del Gobierno, Ascamcat ya se ha pronunciado sobre el paro agrario, en el medio Prensa Rural. “Al iniciarse el gran paro nacional agrario, el Catatumbo será un símbolo de la protesta y huelga agraria que ya ha formalizado ante el Ministerio de Agricultura su pliego principal, consistente en la instrumentación de medidas frente a la crisis de la producción agropecuaria”, aseguró esta asociación en una publicación del pasado jueves. 

La asociación campesina agregó que “la negociación no será fácil sabiendo cuál es la estrategia del señor Santos de dilatar y eludir los asuntos primordiales”, y que creen que el mandatario intentará construir un escenario de “fingida tolerancia” para evitar la unión del Catatumbo al paro del 19 de agosto. 

En este panorama, se reanudaron este viernes las conversaciones entre el gobierno y los campesinos del Catatumbo. En esta reunión inicial, revisarán las garantías para el diálogo, específicamente el proceso de erradicación manual de las plantaciones de coca.