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Hinchas de Nacional acusan a policías de dispararles a quemarropa

Niegan que haya habido enfrentamientos con otros hinchas y aseguran que uniformados dispararon a quemarropa contra ellos. Uno de sus integrantes se debate entre la vida y la muerte.

5 de agosto de 2016

Hinchas del Atlético Nacional que se vieron envueltos en disturbios que se registraron este miércoles en el centro de Bogotá niegan haber protagonizado la pelea que les endilga la Policía y acusan a uniformados de ser los responsables de la herida con arma de fuego que tiene debatiéndose entre la vida y la muerte a un integrante de la barra Los del Sur.

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Se trata de Alberto Benavides, menor de edad, quien recibió un disparo en el rostro que alcanzó comprometer su médula espinal. El adolescente, quien se encuentra recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San José, está pendiente de una cirugía que podría dejarlo sin movilidad en las extremidades inferiores e incluso causarle la muerte.

El miércoles 3 de agosto los vecinos de la Plaza de La Rebeca, en el centro de Bogotá, vieron alterada su tranquilidad, debido a una confrontación en la que se vieron envueltos hinchas de Nacional y efectivos de la Policía.

El resultado: dos personas heridas, una de ellas con un proyectil y seis fanáticos verdolagas detenidos. Las versiones iniciales de la institución castrense apuntaban a que sus miembros habían llegado a la zona por llamadas que recibieron de los vecinos de la zona que se sentían inseguros por la presencia de los fanáticos; supuestamente, el uso de la fuerza obedecía a la necesidad de poner fin a una confrontación que protagonizaban los mismos hinchas del equipo antioqueño.

Sin embargo, la versión oficial de la barra y la de algunas personas que dicen haber presenciado parte de los acontecimientos señala que no hubo ninguna confrontación entre hinchas. Al parecer, la Policía estaba presente desde antes del arribo de barristas y demás seguidores verdes. Según dicen, el altercado se inició por actos de provocación de algunos uniformados que, sin necesidad, aplicaron la fuerza.

Integrantes del grupo de aficionados al fútbol hablaron con Semana.com e indicaron que su único interés ese día era asistir a la reunión semanal de la barra que, desde hace nueve años, tiene lugar en La Rebeca. Ese día el encuentro tenía un tinte especial, aseveran ellos, porque la hinchada de Nacional estaba celebrando la conquista de la Copa Libertadores.

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La fuente consultada por este portal señala que cuando el grupo empezó a aglutinarse en la plazoleta los uniformados les indicaron que no podrían reunirse esa noche, como lo hacían de costumbre. Como no valieron las razones para perseverar en la realización del encuentro, los líderes de la barra intentaron persuadir a los suyos de que se fueran para sus casas.

Mientras los barristas intentaban controlar a los suyos para evacuar el lugar y evitar las confrontaciones, dicen, una mujer policía empezó a golpear a un grupo de hinchas, lo que generó la dispersión de todos y el consecuente enfrentamiento, en el cual los fanáticos lanzaron piedras a los agentes de la fuerza pública.

En medio de la destrucción y el caos se produjeron los disparos y los heridos. Los integrantes de ese grupo de simpatizantes del equipo verde en la capital dicen que el proyectil provino del arma de dotación de uno de los uniformados, versión que no ha sido corroborada aún ni desmentida por el estamento castrense.

Según el coronel Daniel Waldrón, oficial de Inspección de la Policía metropolitana de Bogotá, sus hombres solo acudieron al lugar por los llamados de los vecinos que se encontraban alarmados por una supuesta riña entre los seguidores. Sin embargo, la barra Los del Sur publicó un comunicado en el cual desmiente esa afirmación y ratifica que sus integrantes fueron blanco de disparos a quemarropa que efectuaron los agentes contra gente desarmada.

Además, aun cuando el oficial dijo a los medios de comunicación que los lesionados se encontraban fuera de peligro lo cierto es que el menor de edad que recibió el balazo en su rostro sigue debatiéndose entre la vida y la muerte.