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BATEMAN HABLA

27 de diciembre de 1982

El jefe máximo del M-19, comandante Jaime Bateman Cayón (comandante Pablo), invitó al periodista Juan Guillermo Ríos y al productor de TV, Julio Sánchez Cristo, para concederles su primera entrevista de radio y TV, desde cuando se fundó el Movimiento M-19 de abril, hace 10 años.
La entrevista, realizada en las selvas del sur del país, se transmitió en forma parcial por Caracol, y aún no se ha difundido por la TV. Se trata de un documento que revela la posición del M-19 sobre la recientemente aprobada ley de amnistía, expone las bases principales del programa del M-19, en especial del campo económico, y muestra diferentes facetas de la personalidad del comandante Bateman. De un diálogo de dos horas entre Bateman y Juan Guillermo Ríos, estamos presentando en esta primera parte los aspectos relacionados con la actualidad nacional y en particular con el tema de la amnistía. En el proximo número de SEMANA publicaremos la parte que hace referencia a los aspectos humanos y personales de Bateman.
SEMANA: ¿Ahora que se ha aprobado la ley de amnistía, ¿qué va a pasar con el M-19 y el slogan "¡por el pueblo, con las armas al poder!"?
JAIME BATEMAN: Nada va a cambiar. Que sea con las armas depende del enemigo, no depende de nosotros. Tener o no tener las armas no es un problema de principios, es un problema de necesidad. Si este proceso que ha abierto el presidente Betancur continúa y llega hasta sus últimas consecuencias, pues las armas no serán necesarias. En ese sentido cambiará la consigna del M-19. Eso está claro.
S.: ¿Qué piensa concretamente el M-19 de la ley de amnistía?
J.B.: En primer lugar la amnistía es un acto unilateral del gobierno --no fue pactado con la guerrilla--. Lo lógico es que se hubiera llamado a la guerrilla a conversar directamente con el gobierno. No creemos que la amnistía sea la solución del país. Nosotros creemos que es un primer paso que se ha dado en la política, que favorece a las clases populares. La amnistía es un paso hacia la paz, pero no es la paz.
S.: ¿Acepta la amnistía y entra a la legalidad o sigue luchando en el monte y en la clandestinidad?
J.B.: El M-19 acepta la amnistía, pero la amnistía no es la paz. Tenemos que continuar, continuar en la búsqueda de la paz. Que no se engañe a la gente, que no se le diga que ya llegó la paz, porque eso es demagogia. Yo le dije al senador Bula: "mire, no se hagan ilusiones de que con esta ley de amnistía van a lograr pacificar al país".
El presidente de la CTC hace poco decía: "La paz es el salario". Eso mismo dicen los indígenas: la paz es que les devuelvan sus tierras. La paz es que les den el 30, el 40, el 50% de aumento salarial a los trabajadores de este país. La guerra es que el Congreso de la República se aumente de 100 mil a 150 mil pesos las dietas. Esa es la guerra.
S.: ¿Cómo es eso de que aceptan la amnistía, pero que la amnistía no es la paz?
J.B.: Nosotros no nos acogemos a la amnistía. Aceptamos la amnistía como un triunfo del pueblo, como un triunfo del presidente, un triunfo de la democracia. Ese es un primer paso. Ahora tenemos que seguir al segundo paso: paremos de echar tiros. Nosotros le proponemos al presidente de la República que hagamos un cese del fuego. Le proponemos al presidente un armisticio.
S.: ¿No está pidiendo un imposible? Recuerde qué es el Ejército Nacional. Ya el general Matamoros dijo que el Ejército no se retirará de ninguna parte del territorio colombiano.
J.B.: Nosotros en la propuesta que le hacemos al presidente no hablamos de retiro. Nosotros pedimos un cese del fuego, de las operaciones ofensivas contra el movimiento guerrillero, que no nos persigan, porque si nos persiguen nosostros les damos bala. Nosotros no estamos pidiendo que el Ejército se retire de ninguna parte, lo que queremos ha sido aceptado por el país: que no haya una guerra. Pero la amnistía no acaba con las guerras nunca. En Colombia ha habido 30 amnistías y no han servido absolutamente para nada.
S.: ¿De cuánto tiempo piden el armisticio?
J. B.: Nosotros proponemos seis meses.
S.: ¿Cómo operaría el armisticio? ¿Quién supervisaría?
J. B.: Paremos el fuego, que el Ejército colombiano deje de disparar contra el puebló, que cesen los allanamientos, que cesen las torturas, que cesen los salvoconductos a los campesinos, que cesen las medidas de propaganda negra que tiene el Ejército en las zonas campesinas del país. Comencemos por ahí y hablemos. Dialoguemos. Pero que hable la CTC, que hable la UTC, que hable la CSTC que representan miles de obreros en este país, que hable FANAL, que hable la ANUC, que los indígenas, el CRIC tiene mucho qué decir en este país, que hablen los intelectuales, que hablen ustedes los periodistas. ¿O es que ustedes no tienen nada qué decir? Y que sea la Cruz Roja Internacional, que sea la procuraduría de la nación las entidades que supervisen.
S.: ¿Usted cree en el procurador?
J.B.: No es que crea en él, creo que puede hacer cosas. Creemos que la Iglesia debe ser garante, los sindicatos, la clase obrera. Aún más, creemos que quien se debe encargar del orden público en este período es la Policía Nacional que, además, constitucionalmente debe hacerlo: No el Ejército colombiano.
S.: ¿Por qué hubo una serie de golpes del M-19 cuando se firmaba la amnistía?
J. B.: Porque la paz no ha sido firmada en el país. Ese es el problema del poder de la oligarquía: poder de comunicación, poder de la televisión, poder de la radio. Intenta crear un ambiente de que la amnistía es la paz y nosotros con esas acciones, especialmente con la de Chía, quisimos demostrarle al país que la amnistía no es la paz, porque se está engañando a la gente, se está haciendo show publicitario con la amnistía. La amnistía es un paso para la paz, la amnistía es la apertura para la paz, pero nadie ha firmado aquí la paz. En este país hay una guerra, entremos a negociar, entremos a discutir. Pero no el M-19 y el gobierno, sino el pueblo y el gobierno, porque el gobierno tiene responsabilidades en la miseria, en la falta de educación, en la falta de salud, y tiene responsabilidades en la crisis económica que vive la nación .
S.: El presidente dice que la amnistía abre las puertas más anchas que se podían abrir para que todos los colombianos se incorporen sin excepción a la empresa de la paz. ¿No es un mensaje para usted?
J.B.: Es un mensaje para nosotros y nosotros lo acogemos como tal y por eso le proponemos al presidente un armisticio. Por eso.
S.: El presidente dice que quedarse por fuera de esa hermosa guerra por la paz y por su desarrollo económico y social sería abdicar de toda voluntad de dirección en el momento histórico que les corresponde. ¿Ustedes se van a quedar por fuera de ese momento?
J.B.: No sólo no nos vamos a quedar por fuera, sino que nosotros somos los artífices de este proceso de la paz. Los promotores. Y hay que aceptarlo como un hecho histórico. Es el M-19, exactamente en febrero, marzo y abril de 1979, el que propone al país un diálogo para resolver los problemas de la Embajada. Nadie nos hizo caso. Después volvimos a reiterar la invitación para evitar que el país cayera en una guerra civil, pero tampoco fuimos oídos. Fuimos oídos cuando sonaron los tiros en el palacio de gobierno. Ahí sí fuimos oídos.
S.: ¿Seguirá en la clandestinidad o se considera amnistiado?
J. B.: Me considero un ciudadano de la República. Amnistiado o no, ese derecho no me lo va a quitar nadie.
S.: ¿Usted se va a presentar en algún cuartel, en algún lugar? ¿Va a decir "soy Jaime Bateman Cayón, aquí vengo a presentarme"? J.B.: Eso sería traición. Eso sería cobardía. Insisto en eso, nosotros no nos vamos a rendir, a nosotros no nos van a humillar, nosotros somos los representantes, y somos una vanguardia del pueblo colombiano y el pueblo colombiano nunca nos va a perdonar que ante la oligarquía demos una muestra de debilidad y que nos humillemos ante esta cosa. Si de lo que se trata con la aprobación de la ley de amnistía es de humillar al movimiento guerrillero volvemos al principio.
S.: ¿Qué significa eso de "no nos van a humillar"? El país, el presidente, han hecho un esfuerzo muy grande para aprobar la ley de amnistía...
J. B.: Pongámonos de acuerdo . En primer lugar, el esfuerzo no es tan grande, no hay que exagerar. También el M-19 ha hecho esfuerzo, yo creo que el país es el gran triunfador de esta cosa, las fuerzas democráticas, los sindicatos, las orgamzaciones populares. En segundo lugar, reconozco que ha sido el presidente de la República.
S.: ¿Le reconoce entonces, el valor a Betancur?
J.B.: Obviamente, pero no hay que exagerar diciendo que el presidente es quien ha hecho todo. Acuérdese del inmenso esfuerzo que ha tenido que hacer el movimiento guerrillero para hacerle ver a la oligarquía que el camino que traían no es un camino correcto. Se lo hicimos ver a punta de muchas vidas.

S.: ¿Cuál es la propuesta que usted le hace al presidente, fuera de la de dialogar para que haya una tregua?
J B.: No, al revés. Hagamos una tregua para dialogar. ¡Obvio!
S.: ¿Y después qué?
J B.: Yo creo que si el presidente, si los políticos, si el país ejercen suficiente presión, resolveremos los problemas reales de la guerra y de la paz. Los problemas económicos, los problemas sociales, los problemas políticos. No es la guerrilla el problema fundamental del país. Que no se engañe al país. Los problemas reales del país son el millón y medio de desocupados. Ese es un problema de guerra terrible. Porque aquí todo el mundo habla de violencia si hablan de 3, 4, 15 soldados o 3, 4, 15 guerrilleros que se mueren. ¿Y por qué no hablamos de los 400 niños que diariamente se mueren en Colombia? ¿Por qué? Esa es la violencia económica. La violencia de la cual nadie quiere hablar. Hablemos de la gente que no puede. Este año 200 o 300 mil estudiantes de bachillerato tienen que quedar frustrados, porque no pueden entrar a la universidad. En Medellín, una de las ciudades más industrializadas del país, el 70% de la población está desnutrida. ¿Quién entiende esto?
S.: ¿Y de los acontecimientos en el mundo financiero.. . ?
J.B.: Oiga, cómo es posible que el gobierno actual esté subsidiando la vagabundería de los financieros de este país. Una emisión de 13.000 millones de pesos para que los oligarcas estos sigan existiendo. Si es que se han robado suficiente dinero de los usuarios colombianos. Por qué no se hace un subsidio de este mismo tipo para los trabajadores de este país. Para los obreros que están pidiendo... ni siquiera están pidiendo el 50%. Ni siquiera eso. Están pidiendo que su nivel de vida no llegue al límite de la desesperación. Porque en ese nivel es que están los obreros, la clase obrera de este país. Los campesinos y los empleados. Este es el problema de la democracia, este es el problema de la paz.
S.: Si algunas de las personas que pertenecen al M-19 y están aquí con usted quieren volver a la legalidad, ¿usted lo permitiría?
J. B.: Bueno, estos son movimientos de conciencia. Aquí la disciplina militar es una disciplina basada en la conciencia política. El que quiera dejarse rendir tiene toda la libertad para hacerlo.
S.:¿El que quiera dejarse rendir?
J. B.: Sí, claro. Yo creo que el que se deja rendir se está dejando humillar y el que se deja humillar no es un patriota.
S.: ¿Van a continuar los combates?
J. B.: Pues yo creo que eso depende de muchas cosas. Depende de si el presidente de la República sabe estas cosas. Porque una de dos: o el presidente sabe y está engañando al país o el presidente no sabe y los militares están engañando al presidente. Porque se supone que las órdenes de combate, de persecución y de cerco que tiene el Ejército colombiano, las da una autoridad suprema. No las puede dar un comandante de una brigada. Son órdenes superiores. Mire, yo le cuento una cosa, a partir de la finalización de la octava conferencia en septiembre, se inició un operativo inmenso en el Putumayo y en el Caquetá. Allí por donde usted trotó. Esa zona fue absolutamente militarizada, para impedir que la guerrilla se desplazara a sus sitios de origen. Nosotros hemos perdido compañeros en este período. Esa operación no ha terminado. Hay un clima de paz en los medios políticos, pero la población sigue viviendo el terror. La población sigue viviendo el miedo, no sabe a qué horas le llega una patrulla militar a llevarse a sus hijos, o a llevarse las gallinas. A nosotros nos asalta la duda de muchos actos del presidente de la República. El estuvo aquí en el Caquetá, hace un mes más o menos inaugurando un proyecto de acción cívico-militar del Ejército. A nosostros eso nos llama la atención, porque aquí sabemos lo que significa la acción cívico-militar: es la palomita blanca con la que llegan los militares para atropellar a los campesinos. Entonces a nosotros a veces nos asalta la duda: o el presidente nos está haciendo trampa, o lo están engañando a él. Vayan al Magdalena medio. En el Magdalena medio hay una persecucion impresionante contra los campesinos. Vayan al Sinú y a Antioquia. Vayan a las partes de conflicto armado en el país. Pero no vayan muy lejos. Váyanse al sur de Bogotá, a los barrios noroccidentales, suroccidentales de Bogotá. Vayan a ver la miseria que se vive allí. Vayan a ver la angustia de esa gente. Vayan a ver el terror en que vive esa población por falta de comida, por falta de salud, por falta de lo más elemental. Entonces yo pregunto, cuál paz, ¡por Dios! No engañemos; busquemos los caminos que conduzcan a la paz, busquemos las medidas que conduzcan a la paz. Nosotros sí creemos que eso es posible. Estamos absolutamente convencidos de que no sólo es posible sino de que es necesario. En Colombia existen recursos económicos y humanos suficientes para convertir a este paisen un gran país.
S.: Ahora hablemos de otros aspectos de este gobierno. ¿Qué piensa del programa de vivienda sin cuota inicial ?
J.B.: Creo que María Eugenia tiene buenas intenciones en el Instituto de Crédito Territorial. El problema es que tiene que ser muy valiente.
S.: ¿Cómo así que tiene que ser muy valiente?
J. B.: Si, porque las dificultades que va a encontrar o que tiene en este momento son dificultades muy grandes y para eso se necesita mucha valentía porque los recursos existen.
S. :¿En dónde están?
J. B.: El gobierno de BB le ha prometido al país 400 mil viviendas en cuatro años. Eso vale dos mil millones de dólares. Nosotros le proponemos al señor BB que no se compren las armas que va a comprar el Ejército colombiano que valen dos mil cuatrocientos millones de dólares. Proponemos que esos recursos se inviertan en habitación no sólo de $500.000.00. Porque con esos recursos se le puede dar habitación gratuita a mucha gente que vive en casas de cartón en Cali, Medellín, Bogotá y Barranquilla.
S.: ¿Entonces ustedes consideran que si el gobierno no invierte ese dinero en armamentismo se puede con ese dinero solucionar el déficit habitacional?
J. B.: Absolutamente cierto.
S.: ¿Pero no es una propuesta casi que irrealizable teniendo en cuenta los problemas que hay con Venezuela; con Nicaragua? En fin.
J. B.: Esos son sofismas de distracción. No va a haber guerra con nadie. La guerra está aquí en este país. Resolvamos los problemas de este país y después miremos hacia afuera. Nadie nos va a agredir.
S.: ¿Qué opina del déficit fiscal?
J.B.: Me llamó mucho la atención la intervención donde el presidente dice que hablar del déficit fiscal es un acto subversivo. Yo estoy de acuerdo con el presidente. Se calcula que el déficit oficialmente es de 90 mil millones de pesos, pero la cifra real y que el presidente de la República no ha querido dar es de más o menos unos 210 mil millones de pesos y eso es terriblemente dramático porque es más de la mitad del presupuesto nacional.
Estamos debiendo la mitad de lo que el país produce. Figúrese. Nosotros creemos que ese déficit fiscal es producto de esa política de que los ricos no le pagan al Estado los impuestos que deben pagar. Los únicos que están pagando impuesto en este país son los pobres de siempre; pequeños y medianos industriales, la clase media colombiana y los obreros y empleados. Los grandes ricos cada día pagan menos impuestos.
S.: ¿Por qué sabe usted esa cifra?
J. B.: Porque nosotros tenemos amigos muy buenos amigos en las entidades que se encargan de las estadísticas del país.
S.:De producirse las condiciones para la legalidad después de la tregua después dél diálogo que ustedes proponen, ¿cómo sería ese ingreso a la legalidad? ¿Sería como partido de oposición; como apoyo al gobierno actual, en coalición con alguien ?
J.B.. Mire, eso depende de muchas cosas. Yo creo que si en el país se cumplen las condiciones políticas, sociales, económicas, las reformas que está planteando el país, no sólo el M-19, porque las está planteando el país a gritos, si un gobierno se compromete con todas estas reformas, nosotros apoyaríamos ese gobierno.
S.: ¿Así fuera a este gobierno?
J.B.: Así fuera a este gobierno. Si se comprometiera a esta reforma a fondo. No vamos a apoyar a un gobierno que hace una emisión de 13.000 millones de pesos para que los señores financieros no se quiebren. ¿Cómo es eso? Por eso nosotros le decimos al país. Mire, acabemos con esta vagabundería, nacionalicemos la banca. Ese es un servicio público, es un servicio del Estado para la sociedad, no al revés. No es un servicio para que los banqueros se enriquezcan a costillas de la sociedad.
S.: Usted dijo hace poco que era consciente de los problemas que tenía el país y que por eso el M-19 no hacía peticiones absurdas. Desde ese punto de vista, ¿cuál puede ser una plataforma económica del M-19?
J. B.: Mire, nosotros tenemos la plataforma económica que es la plataforma económica de mucha gente en este país. No es la del M-19. Es la del señor Galán, incluso algunas cosas que plantea el señor López Michelsen, otras que plantea el doctor Carlos Lleras Restrepo. El M-19 tiene su propia plataforma, pero coincide con todas esas propuestas.

S.: ¿Cuál es la plataforma?
J:B:.: Primero, nosotros partimos del hecho de que el sector financiero, por ejemplo, es un sector que debe entrar al control absoluto del Estado. Nosotros creemos que la banca debe ser nacionalizada y que se deben crear mecanismos para un funcionamiento mixto, para un funcionamiento de una economía que esté al servicio de la sociedad, no al servicio de unos particulares. No se trata de estatizar la economía, se trata de que los recursos del Estado, de la nación, sirvan para desarrollar no sólo las empresas del Estado, sino también las empresas particulares. De las economías mixtas a los campesinos pobres, a los campesinos medios y a los campesinos.que están dispuestos a producir alimentos para el país. Creemos que a la industria hay que crearle unos mecanismos de desarrollo, que el país tiene que garantizarle a los industriales la posibilidad de un desarrollo real. No es que comencemos a exportar y encontremos un mercado totalmente copado, que es lo que sucedió con el pasado período cuando la industria quedó realmente huérfana de mercado y se nos acabó la industria. Las empresas mixtas en Colombia han dado muy buen resultado. Entonces nosotros creemos que el Estado debe promover las empresas mixtas, debe subsidiar las empresas del Estado y debe darle las garantías a la empresa privada para que pueda dar el salto de calidad que necesita el país.
S.: En materia de contratos de hidrocarburos, de petróleos, ¿usted qué tipo de contratos prefiere?
J:B:.: Preferimos los contratos de servicios.
S.: ¿Y qué son los contratos de servicios?
J:B:.: Pues que nosotros hagamos contratos limitados, que las transnacionales nos sirvan a nosotros, no que nosotros les sirvamos a ellas. Eso es todo. Que nosotros les digamos, abran ese pozo y les pagamos por eso. Saquen ese carbón y les pagamos por sacar ese carbón. Pero no hacer un contrato donde ellos se llevan la mejor parte.
S.: ¿ Y usted cree que hay compañías internacionales que acepten eso?
J.B.: Absolutamente cierto. Si lo están haciendo con Argelia, lo están haciendo con Libia, lo están haciendo en todo el mundo. Con Bolivia lo hicieron.
S.: ¿En materia de transporte ustedes qué proponen?
J:B:.: Es de los más graves problemas, sobre todo en las grandes ciudades, donde el transporte se ha convertido en un pulpo de las empresas privadas, de los monopolios. Proponemos la nacionalización del servicio público. La prueba de que sí se puede es que el subsidio que se les da a las empresas en Bogotá equivale al costo de los buses si tuviéramos que comprarlos. Son quince mil millones de pesos. Es el mismo valor que se les está dando a las empresas. Entonces nadie se explica por qué no acabamos con este pulpo que tanto daño le hace al país.
S.: ¿En nutrición qué proponen ?
J:B:.: Este es uno de los campos más delicados de la política colombiana por lo que afecta a una inmensa cantidad de colombianos. Millones de colombianos padecen de desnutrición.
Nosotros proponemos una medida que ha sido aplicada en otros países. Que se comience por la niñez, que el gobierno le dé un litro de leche obligatorio a cada niño colombiano como se ha hecho en otros países subdesarrollados como el nuestro.-
ACLARACION FINAL
El Movimiento 19 de Abril M-19 no ha rechazado la Amnistía. Por el contrario la ha aceptado como el primer paso hacia la paz. Pero el M-19 ha sido enfático al afirmar que la Amnistía no es la paz y en esta afirmación han coincidido el presidente Belisario Betancur y el ministro de Gobierno y el ponente del proyecto ante el Congreso y diferentes sectores de la opinión.
La ley de Amnistía no ha terminado con los problemas sociales, económicos y políticos que aquejan al país.
La ley de Amnistía no ha erradicado la desigualdad, la injusticia, ni el desempleo, la insalubridad, el analfabetismo, la corrupción, la falta de vivienda, la entrega de los recursos naturales, la dependencia, etc. etc.
La ley de Amnistía no ha acabado con los males que han determinado la existencia de la guerrilla en Colombia. ¿Por qué pretenden algunos sectores del gobierno, de la gran prensa, que la guerrilla se acabe con la ley de Amnistía? En ningún momento el movimiento guerrillero, y dentro de él el M-19 prometió finalizar su existencia con la aprobación de la ley de Amnistía. ¿Qué pretendía la reacción?
Que el M-19 se entregara sólo porque el Congreso aprobó una ley de olvido por delitos cometidos dentro de la guerra política y militar que existe en Colombia? Pero el M-19 sí quiere la paz. Y la quiere de verdad. Sin trampas ni zancadillas y por eso propone la tregua, es decir el alto al fuego.
La prensa ha manipulado las declaraciones de Jaime Bateman queriendo hacer ver que el M-19 ha jugado con trampas y esa tergiversación pretende restarle solidez y seriedad a la política del Movimiento. Restarle respaldo y simpatía. El pueblo sabe que el M-19 juega y pelea limpio.
Jaime Bateman dice en la carta al señor presidente que "... la Amnistía hoy promulgada ha sido una victoria del pueblo y de la democracia...". Las últimas declaraciones de Carlos Toledo Plata, dicen que el M-19 no ha rechazado la Amnistía. Algunos militantes del Movimiento 19 de Abril actúan en la legalidad. Esto significa que el M-19 no está dividido. Que el M-19 quiere la paz, pero la paz real y significa también que el M-19 no es pendejo y no se va a entregar porque fue promulgada una ley de olvido que no se discutió con los sectores involucrados en el conflicto. Por eso Jaime Bateman dice que és un acto unilateral del gobierno. La Amnistía no fué pactada. Fue ganada por el pueblo. Pero sólo fue una Amnistía política y el M-19 desde la Embajada de la República Dominicana habló de una Amnistía para los obreros, los campesinos,los desempleados, etc.etc.
El M-19 no pretende ponerle apéndices a la Amnistía. El M-19 acepta la Amnistía y se acogerá a ella cuando no quede un solo preso político en las cárceles. La propuesta de tregua es un paso más hacia la paz. Si el gobierno quiere la paz dará ese paso. Si el señor presidente quiere la paz dará ese paso. Si la oligarquía quiere la paz dará ese paso.
El camino de la paz está trazado. ¿Quiénes quieren y quiénes no quieren recorrerlo?
Las respuestas se están haciendo ver. Desde Camacho Leyva se le quiso crear al país la imagen de que el M-19 estaba acabado. Hace poco lo repetía Landazábal. Algunos de buena fe lo creyeron y vieron en la Amnistía la salvación del M-19. Y pensaron que tan pronto se aprobara, Jaime Bateman correría a entregarse. El M-19 no está vencido, no se deja humillar y no se va a entregar. Jaime Bateman no va a salir a la calle para que lo metan preso por delitos que no cobija la aprobada Amnistía o a que lo maten como lo hicieron con Guadalupe Salcedo. Jaime Bateman saldrá a discutir en el gran diálogo nacional cuando el señor presidente acepte la tregua.