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| Foto: Emanuel Zerbos

MEDELLÍN

La premiada megabiblioteca que se cae a pedazos

La emblemática Biblioteca España permanece cerrada, ha tenido que ser parcialmente demolida y aún no se sabe cuándo reabrirá sus puertas. ¿Quién responde por estos problemas?

7 de enero de 2017

Los turistas que en estas vacaciones suben al metrocable nororiental de Medellín creen, cuando ven dos moles negras y un despojo de construcción, que la obra recién empezó, que es una futura megaobra de las que distinguen a la ciudad. Pero es la sombra de una de las joyas del gobierno de Sergio Fajardo a la que, por falta de cálculo en la construcción, tuvieron que quitarle la fachada y el techo diez años después.

Los habitantes del barrio Santo Domingo Savio, que disfrutaron por tantos años del Parque Biblioteca España, comentan que faltó profundidad en los cimientos e impermeabilización en la fachada. Los que más lamentan el cierre de la biblioteca, que hace unos años asemejaba tres zafiros negros, son los niños, que han escrito peticiones en los murales que ahora encierran las obras de recuperación: “A mí me gusta de la biblioteca España las salas de juego, las esculturas, los computadores, etcétera”, se lee en la pared. Hoy nada de eso está.

El 15 octubre de 2015 la Administración de Aníbal Gaviria empezó a reparar las fachadas del Parque Biblioteca España, luego de que unos estudios de patología y vulnerabilidad, realizados por la Universidad Nacional, demostraron que había que cambiarlas y solo se podía conservar la estructura metálica de soporte, según “lo que se encuentre cuando se remueva el resto de la estructura de las fachadas”, se leía.

Pero como ya habían advertido los vecinos, que vieron cómo se resquebrajaba el andén, los problemas no están solo en la fachada. Así que la Alcaldía de Federico Gutiérrez tuvo que realizar estudios de vulnerabilidad sísmica y de “patología de los diferentes componentes que conforman el sistema estructural y de fachadas, que complementan el estudio inicial realizado por la Universidad Nacional”, dice Juan Martín Salazar, secretario para el Parque Biblioteca.

Se espera que los estudios terminen en marzo o abril  y que esos resultados definan el cronograma de la intervención “para luego determinar la fecha de entrega final del espacio a la comunidad”, asegura Salazar.

Desde octubre de 2015 comenzaron los trabajos para reforzar las estructuras metálicas de las cajas uno y dos, y reconstruir del todo la estructura metálica de la caja tres —hoy totalmente demolida—. Y aunque no se sabe cómo quedará la fachada, la Universidad Nacional propuso en su momento unos diseños específicos para el sistema de enchape de fachadas, que corregían algunos de los problemas encontrados en su estudio de patología, tales como la falta de impermeabilización.

En el documental Biblioteca España sí… pero no así, varios habitantes del sector dicen que la construcción nunca fue consultada con ellos, y que nunca nadie escuchó sus observaciones. Allí mismo, el arquitecto y docente de la Universidad Nacional Luis Fernando González dice: “(…) figurará bien en los registros fotográficos, sobresale en ese paisaje, y por eso mismo una la ve desde cualquier parte pese a su color negro. Pero la pregunta es si ese hecho de espacio funcional para la biblioteca cumple su finalidad”.
Desde que la fachada empezó a venirse abajo, se inició toda una discusión sobre la pertinencia de muchas de estas grandes obras en barrios populares, algo que empezó con Sergio Fajardo y continuó con los alcaldes siguientes, que han dejado en ellas su firma con rimbombancia: megabibliotecas, megacolegios, megapreescolares, megaparques.

SEMANA habló con el arquitecto Giancarlo Mazzanti, diseñador de la biblioteca, quien afirma que según el estudio de la Universidad Nacional, “el proyecto construido no corresponde a los planos entregados”. El caso sigue sin resolverse, y hay quienes insinúan que Fajardo quiso correr el riesgo con la construcción para que estuviera lista para la visita del rey de España. Que por su afán, la ciudad paga el cansancio. Otros culpan a la falta de mantenimiento posterior al gobierno de Fajardo. Mientras tanto, los entes de control siguen buscando un culpable.