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El Ministerio de Cultura, a cargo de Mariana Garcés, aportó 1.400 millones de pesos para la nueva Bienal de Danza de Cali, creada por su cercana amiga Amparo Sinisterra, que le pone competencia al Festival Internacional de Ballet, realizado con éxito desde hace siete años por Gloria Castro, de Incolballet. | Foto: Andrés Piscov

POLÉMICA

Pulso de damas por Bienal de Danza

El apoyo del Ministerio de Cultura a este evento desató una tormenta en Valle. ¿Por qué?

19 de octubre de 2013

Quienes han sido ministros de Cultura en Colombia saben que el gran reto no es solo administrar una de las carteras más estrechas en materia presupuestal, sino también mantener la armonía con un gremio lleno de estrellas, de intrigas y de celos, donde cualquier acción puede llevar a una reacción. 

Eso es lo que le ocurrió a la ministra de Cultura, Mariana Garcés. Lo que comenzó como una crítica en un blog a una decisión de esa cartera se convirtió en una bola de nieve que llevó a la ministra a denunciar por injuria y calumnia a dos de sus contradictores, el director de cine Carlos Palau y el polémico poeta Harold Alvarado Tenorio.

Desde el 27 de septiembre, cuando se conoció la denuncia, se han publicado decenas de columnas de opinión al respecto y varias coinciden en criticar la reacción de la ministra con títulos como ‘Contra poetas, cárcel’.

Sin embargo, más allá del pleito, en Cali ha quedado planteado un debate de fondo. La discusión se centra en que la ministra destinó 1.400 millones de pesos para apoyar la primera Bienal de Danza en Cali, que se llevará a cabo del 4 al 11 de noviembre de este año.

Esa decisión, que por lo demás está muy bien, pues el ministerio está para promover este tipo de eventos culturales, en la práctica fue mal recibida en algunos sectores por dos razones. Primero porque la bienal, que apenas nace, es organizada por la gestora cultural Amparo Sinisterra, amiga cercana de la ministra, y por Proartes, la organización que dirigía Garcés antes de convertirse en ministra. 

Y en segundo lugar, las críticas han llovido porque la bienal es una competencia para el Festival Internacional de Ballet, liderado por otra fundación, Incolballet, que ya lleva siete ediciones, y no recibió este tipo de apoyo del ministerio. A Incolballet lo maneja Gloria Castro, una prestigiosa bailarina que, según ha trascendido en los medios de Cali, no es de los afectos de Sinisterra. 

Es cierto que la ministra Garcés ha tenido una estrecha relación laboral y personal con Sinisterra. De hecho, la primera fue asistente de la segunda cuando se desempeñó como directora de Colcultura. Pero la ministra tiene dos fuertes argumentos a favor. 

Por un lado, ella misma reveló las actas de las juntas donde se detalla la manera en que se llegó al nombre de Proartes como operador de la bienal. En los documentos se aprecia que ella no hizo la propuesta sino Armando Garrido, director de Comfandi. Y por el otro, por cuenta de una supuesta rivalidad personal sería injusto privar a Cali de la oportunidad de ser sede de un evento cultural de alto calado, así como Bogotá tiene su Festival Internacional de Teatro y Cartagena el Hay Festival.
 
La ministra Mariana Garcés, que se ha ganado un importante liderazgo en el sector cultural por su conocimiento y carácter, en este caso terminó contra las cuerdas. Nadie es profeta en su tierra.