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Esta es la zona del proyecto al lado de la pista norte del Aeropuerto El Dorado. | Foto: Archivo Particular

BOGOTÁ

¿Bodegas o humedal?: La pelea por los terrenos cerca de El Dorado

Una resolución de la Secretaría de Ambiente ordenó medidas preventivas a un sitio cercano a la pista norte de la terminal aérea.

1 de septiembre de 2015

La construcción de una terminal de carga en un lote de 120 hectáreas aledaño al aeropuerto El Dorado quedó suspendida luego de que la Secretaria de Ambiente emitió a finales de julio del 2015 la Resolución 1097, en la que determinó establecer como área de protección ambiental esa zona, que colinda con el humedal Jaboque.

No se trata de cualquier propiedad. Está ubicada en la parte noroccidental de la pista de esa terminal aérea y está conformada por tres fincas cercanas a la ronda del río Bogotá.

Este es el único espacio que queda para expandir los servicios del aeropuerto más importante del país, pero a la vez, según el Distrito, se trata de un sitio clave que ayuda a mitigar inundaciones en época invernal.

La historia es esta: La propuesta por Ospinas & Cía es construir la terminal de carga denominada Puerto Logístico de las Américas (Porta). El proyecto también establece ampliar la avenida 63 o José Celestino Mutis, que conectaría en minutos Bogotá con municipios como Funza, Mosquera y Siberia. De paso, permitiría descongestionar otras avenidas como la calle 26, la calle 80 e, incluso, la calle 13.

Pero la edificación de las bodegas y la avenida quedaron en vilo luego de que la Secretaría de Ambiente emitió la medida de protección, en la que prohíbe procesos de desarrollo urbano y, por ende, la construcción de cualquier edificación.

En otras palabras, se deshabilitó el terreno y quedó en veremos la construcción de un centro de acopio de productos perecederos, zona para maquila de tecnología especializada, una zona industrial y un parque tecnológico. También funcionaría un centro de mantenimiento y reparación de aviones y, por supuesto, instalaciones para el cargue y descargue de 500.000 toneladas de productos por año.

Mitigación

Todo el proyecto quedó en vilo ya que el alcalde Gustavo Petro incorporó estas tierras en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para la expansión de humedal y de esta manera mitigar las inundaciones.

Pero ante la suspensión del POT por parte del Consejo de Estado, la Administración resolvió emitir la resolución para proteger esta zona. En la misma se puede leer que la medida es preventiva para que allí no haya edificaciones. 

Pero la resolución va más allá. Solicita que el Concejo de Bogotá tome una medida definitiva, es decir, que se apruebe un proyecto de acuerdo para que el predio quede incorporado de manera definitiva dentro del sistema de áreas protegidas del Distrito y sea anexado al humedal Jaboque.

La secretaria de Ambiente, Susana Muhamad, le dijo a Semana.com que el constructor conoce que los predios están definidos como zona de protección y que estos son importantes porque permiten que no se inunde la pista del aeropuerto El Dorado, “con las consecuencias para el tráfico aéreo que eso tiene”. 

“Hay una medida preventiva ambiental y debemos ir a un proceso de declaratoria de reserva del humedal Jaboque”, dijo la funcionaria. Lo cierto es que esta zona no hace parte del plan maestro expansión del terminal aéreo formulado por la Aeronáutica Civil.  

Argumentos

Para tomar tal determinación, el Distrito entregó un informe con datos de varias entidades. Entre ellas, el Departamento de Prevención y Atención de Emergencias, que en el 2010 recomendó no llevar a cabo ningún tipo de construcciones, ya que “ante un evento sísmico podrían ocurrir desastres” por cuenta de sus condiciones del suelo anegable.

También tuvieron en cuenta los estudios del Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (Fopae, actual Idiger), entidad que encontró que estos terrenos amortiguaron las inundaciones extremas en el 2010 y parte del 2011. 

A la polémica entre el Distrito y los constructores se suma que el Consejo de Estado falló una acción popular a favor de la comunidad, en la que prohíbe la expansión de la vía desde la carrera 127 y el río Bogotá. La polémica está servida.