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Por las manifestaciones, fueron retenidos 68 adultos y 22 menores de edad. | Foto: Archivo particular

BOGOTÁ

Las cuatro medidas urgentes para mejorar a Transmilenio

Los desmanes y el vandalismo que este miércoles generaron pérdidas por $180 millones de pesos también obligan a la administración a hacer cambios para la prestación del servicio.

10 de febrero de 2016

Hace mucho tiempo que Transmilenio está colapsado y necesita medidas de choque para mejorar. Así quedó patente una vez más este 10 de febrero, cuando una protesta provocó uno de los mayores desmanes que se haya visto en este sistema de transporte que ya cumplió 15 años de funcionamiento.

Este miércoles, una lluvia de piedras, palos, agua y gases lacrimógenos se presentó la troncal de las Américas durante una manifestación de usuarios, a los que se sumó un grupo de “vándalos profesionales”, como los denominó el alcalde Enrique Peñalosa.

Los destrozos, que incluyeron la ruptura de vidrios de 63 buses articulados y averías en tres estaciones, recordaron viejos episodios de violencia en contra del sistema como el que ocurrió el 9 de marzo del 2012, cuando algunos manifestantes, incluso, se subieron a los techos de los articulados para reclamar por el mal servicio.

Por los violentos hechos, la Fiscalía reportó que fueron detenidos 68 adultos y 22 menores de edad. De ellos, 48 fueron llevados a la URI de Kennedy, donde las autoridades los estaban individualizando para buscar antecedentes judiciales.

Según el balance inicial del ente acusador, al menos a seis personas les podrían imputar los delitos de violencia contra servidor público, perturbación al transporte público y daño en bien ajeno.

Pero más allá de los desmanes, la realidad  advierte que los 1.940 articulados de Transmilenio no dan abasto para responder ante los 2,3 millones de viajes que se realizan en este sistema cada día. Los usuarios se quejan por la congestión de las estaciones y los buses y la baja frecuencia con la que pasan los articulados.

A esto se suma la falta de cultura ciudadana, pues el desorden en las entradas y salidas de las estaciones para montarse o bajarse los de vehículos también son asuntos críticos.

En resumen este es el diagnóstico, pero la gran cuestión es cuáles son las medidas para contrarrestar las deficiencias que tiene el sistema de transporte. Semana.com preguntó.

Cambio en las rutas

Uno de los mayores problemas es la poca frecuencia de los servicios. Eso lo saben los expertos en movilidad de Transmilenio que ya analizan la eficacia de las paradas de las rutas. Desde ahora están en la tarea de establecer cuáles son las estaciones de mayor tráfico para descongestionar los vagones con mayor eficacia.

Una de las medidas que ya se plantean es el aumento de los expresos más usados fuera de las horas pico y, con ello, optimizar el servicio con rutas de mayor demanda.  

Organización de flujo de usuarios

Otro de los grandes inconvenientes que a diario viven los usuarios es la entrada y salida de los pasajeros en los buses. Desde cuando el alcalde Peñalosa asumió el cargo, solicitó mejorar el servicio y organizar los flujos de personas.

En los próximos días en Transmilenio entrará a operar un plan piloto para que los usuarios estén más organizados dentro de las estaciones y no sea traumático esperar el bus. Inicialmente trabajarán en las estaciones de la Calle 39, Banderas, Zona Industrial, El Campín, Boyacá, Tercer Milenio, Virrey y Nieves.

Cambios en algunas rutas

La reestructuración de Transmilenio contempla el cambio de rutas, es decir, que se van a eliminar unos servicios y se podrán en marcha otros, con los que se va a priorizar la cantidad de usuarios. También estudian aumentar el número de buses de las rutas más usadas por los bogotanos en las horas valle.