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Alias ‘Botija’, detenido en Tolima, encabeza un grupo de subversivos que pretendía llegar a Cundinamarca. | Foto: Cortesía Ejército

ORDEN PÚBLICO

'Botija', el hombre de las FARC que tenía orden de meter a la guerrilla a Cundinamarca

Tras la detención de 'Botija' se presentaron varias desmovilizaciones, por lo que el Frente 25 de las FARC ya no tiene mandos, asegura el Ejército.

11 de octubre de 2012

Un grupo de los mejores hombres de la Fuerza de Tarea de Sumapaz, adscritos a la brigada 13 del Ejército, fueron los escogidos para realizar una misión en inmediaciones de la vereda Altamira, jurisdicción de Prado, Tolima, y cuyo fin era capturar a uno de los guerrilleros que tenía, entre otras, la orden de incursionar en Cundinamarca.
 
Buscaban a Freyman Gámez Prieto, alias 'Botija', el segundo al mando del frente 25 de esa guerrilla que, de acuerdo con los informes de inteligencia, había llegado en diciembre de 2011 con un grupo de subversivos a aguardar que se dieran las condiciones para llegar al departamento.
 
¿Por qué ir por el segundo y no por el cabecilla? Los mismos reportes dan cuenta de que la estructura contaba con 38 guerrilleros al mando de Germán Amado Porras, 'Cipriano', quien está en las selvas de Meta, junto a su esquema de seguridad que no supera los siete hombres.
 
Así las cosas, el operativo se centró en 'Botija' de quien se sabía que se movía en las poblaciones tolimenses de Villarrica, Dolores y Prado. "Era el encargado de las extorsiones porque así se lo había encargado 'Cipriano' para buscar recursos y que ese frente pudiera sostenerse económicamente", explicó el general Gabriel Pinilla Franco, comandante de la brigada 13 del Ejército.
 
'Botija', de 30 años, ingresó hace quince a las filas del frente 40 de las FARC. Se inició como guerrillero raso y fue escalando posiciones hasta que en 2010 fue designado como segundo del frente 25. Uno de sus constantes cambios estaba relacionado con su barba. Por temporadas se la dejaba crecer y luego se la rasuraba por completo para que no fuera fácilmente detectado.
 
"Otra característica que identificamos daba cuenta de que cuando exigía las extorsiones lo hacía de manera personal y no por vía telefónica", agregó Pinilla.
 
La operación que terminó en su arresto se planeó y ejecutó en cinco días. La información que les llegó precisaba que estaba en la vereda Altamira. Cuando la tropa arribó, ubicaron tres casas semidestruidas, con grietas en sus paredes y techos. Predios que por su abandono daban la sensación de estar abandonados, pero las fuentes insistían en que 'Botija' estaba ahí.
 
Una paciente labor de observación tuvo frutos varias horas después cuando desde una de las viviendas salieron cuatro personas que hicieron una caminata de no más de doce metros a la redonda y volvieron a ingresar. No se les vio más.
 
El aguacero
 
Uno de los análisis que hicieron los uniformados fue la forma en la que llegarían hasta la casa donde estaban los sujetos. Mientras establecían la manera la tropa recibió una 'ayuda' del cielo. La tarde despejada dio paso a la presencia de varias nubes negras que desencadenaron una tormenta eléctrica la cual fue aprovechada por el grupo militar.
 
El sonido de los truenos fue un aliado porque los moradores de la vivienda no se percataron de la avanzada militar que rodeó la casa, realizaron el asalto y redujeron a los cuatro sujetos entre quienes se encontraba 'Botija', a quien ya se le había proferido orden de captura por los delitos de rebelión y extorsión.
 
Al momento de su detención, efectuada a finales de septiembre, las autoridades hallaron una pistola calibre 7.65 milímetros, un proveedor, cinco cartuchos, un radio de comunicaciones, siete memorias micro, una USB, seis celulares gama baja, un BlackBerry, tres millones de pesos en efectivo y un cuaderno con información de valor que está siendo valorada por los organismos de inteligencia.
 
Tras la detención de 'Botija' se presentaron varias desmovilizaciones entre las que se cuenta la de la mujer encargada de las comunicaciones entre los cabecillas del frente con el grupo que pretendía llegar a Cundinamarca. Otra guerrillera que se entregó a las autoridades fue la compañera sentimental del capturado.
 
En total fueron nueve las personas que se presentaron ante las tropas, sostiene Pinilla Franco, quien agrega que tras la operación contra el frente obligó a que el grupo de subversivos que llegó a diez tuviera que regresar al Meta.
 
"Sabemos que 'Wálter 17', el tercer cabecilla, lo mandaron a recoger. El cuarto (cabecilla) que pasaba a reemplazar a 'Wálter' fue uno de los desmovilizados. El frente ahora no tiene mandos", asegura el oficial.