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Bové, Colombia y la globalización

14 de agosto de 2000

SEMANA. ¿ Que pasó en el juicio que le organizaron a finales de junio por la destrucción del McDonald’s de Millau?

JOSÉ BOVÉ. Tuvimos que presentarnos ante la justicia los cinco que fuimos detenidos y los cinco que fueron inculpados, pero no encarcelados. Decidimos transformar este juicio no en el nuestro si no en el proceso de la globalización. Por eso citamos 15 testigos de todo el mundo, representantes de asociaciones de campesinos de los continentes, pero también de esas organizaciones que luchan a su nivel contra la mundialización. Mientras el juicio se estaba desarrollando, las calles de Millau estaban totalmente bloqueadas. Se abrieron una serie de foros temáticos sobre la mundialización. Cantantes de fama nacional e internacional vinieron de manera espontánea a a hacer una gran fiesta. Esto era importante porque así no era sólo un problema de agricultura, era un problema cultural y todo el mundo estaba implicado en esto.



SEMANA. ¿Desde cuándo viene el interés de ustedes por Colombia?

JOSÉ BOVÉ. Venimos por invitación de las asociaciones colombianas, con la idea de que Colombia representa muy claramente lo que las instituciones internacionales quieren imponer. En estos últimos años es una obligación para nosotros denunciar estas situaciones.



SEMANA. De su visita a Colombia, en concreto, ¿qué evaluación hace del país, de la situación nacional?

JOSÉ BOVÉ. (Colombia) Podría ser la caricatura de lo que sería el mundo si se aplicaran las reglas de la OMC. Un estado disminuido, con multinacionales muy fuertes que ofrecen sus propias reglas. La supresión de todo tipo de protección para los campesinos, se impone una desaparición de los campesinos locales y la pérdida definitiva de la soberanía alimentaria del país.



SEMANA. Usted visitó la zona de los u’wa, ¿qué piensa del conflicto de los indígenas con la OXY?

JOSÉ BOVÉ. Lo que vimos en los territorios u’wa es la ejemplificación perfecta de lo que estaba comentando, es decir, que se sacrifica una cultura por los intereses de una compañía, que no va a aportar nada a la economía del país. Además, es terrible el papel que desarrolla el ejército: que está aquí no para proteger la población de un peligro que podría venir del exterior o del interior, sino para proteger las multinacionales. Parece que el ejército esta al servicio exclusivo de las multinacionales. Como prueba de eso, cuando queríamos subir a las obras, el ejército nos impidió pasar alegando que la carretera era privada y que no teníamos ningún derecho a estar allí. Aunque nosotros no vimos en ningún lugar, ningún papel, ni ninguna señal que nos dijera que la carretera fuera prohibida. Fue muy claro porque seguimos en Cubará la sesión de negociación entre el ministro del Interior y los delegados u’wa y era evidente que el gobierno colombiano no tiene margen de maniobras.



SEMANA. ¿Qué alternativa proponen ustedes frente a la globalización? ¿Cómo van a hacer para que su movimiento no aparezca como un chavinismo nacionalista, como volver a un pasado ideal?

JOSÉ BOVÉ. Queremos reglas internacionales de comercio y de convivencia fuertes, pero queremos que en lugar de imponerlas desde arriba, se construyan sobre la voluntad de los pueblos para proteger la biodiversidad, proteger sus culturas y todo eso. Hay reglas del trabajo en todo el mundo que protegen a la gente y sus derechos humanos. El comercio tiene que tener en cuenta esta realidad, cada pueblo tiene que manejar su propio desarrollo. Ahora los países más pobres todavía son más pobres e incluso en los países más ricos hay más pobres.



SEMANA. ¿Cómo logran que mucha gente los apoye en Europa, que se conviertan en un movimiento social? ¿Por qué en Colombia eso es tan difícil?

JOSÉ BOVÉ. La primera diferencia fundamental es que Europa tiene una tradición democrática más antigua que Colombia y que no hubo genocidio político de la oposición como lo hubo en este país. Lo que es evidente es que siguen habiendo unas fuerzas políticas y sindicales muy vivas, de resistencia.