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Camilo Torres falleció en combate el 16 de febrero de 1966. | Foto: Archivo particular

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Sigue el misterio sobre paradero de los restos de Camilo Torres

La Fiscalía informó que el cuerpo que había sido exhumado el pasado 25 de enero no corresponde al del cura guerrillero. Se tienen indicios de que su cadáver está en el Cementerio Municipal de Bucaramanga.

25 de abril de 2016

El pasado 15 de febrero se cumplió medio siglo de la muerte del cura Camilo Torres, que para el momento de su muerte militaba en el ELN. El religioso y sociólogo cayó en 1966, en combate con el Ejército en Patio Cemento (Santander), pero durante todo este tiempo el paradero de sus restos ha sido un misterio.

Hace algunos meses la familia de Torres le solicitó a la Fiscalía General de la Nación realizar el hallazgo de los restos y el Instituto Nacional de Medicina Legal asignó una comisión para poder encontrar el cuerpo.

Fue así que el pasado 25 de enero se realizó una diligencia de exhumación en el Cementerio Municipal de Bucaramanga, donde se presumía estaba el cuerpo del cura, para llevar a cabo la identificación del cadáver que se encontraba la bóveda en la que se creía que yacía.

Desde ese momento Medicina Legal comenzó a hacer los cotejos y los estudios requeridos para poder determinar si se trataba del cura que perteneció a las filas del ELN o no. Ahora, después de tres meses se conoció la respuesta.

Según el fiscal (e) Jorge Fernando Perdomo, que habló desde Washington, se logró establecer que no se trata de los restos de Camilo Torres.

“Después de haber hecho todos los cotejos de ADN se logó establecer que no se trata de los restos de Camilo Torres la persona allí inhumada, sino que se trata de Mario Belarmino Cáceres Dueñas, como lo decía la bóveda”, aseguró Perdomo. Agregó, además, que los estudios llevados a cabo por Medicina Legal tienen una precisión del 99,99 %.

El fiscal (e) precisó que la única persona que tenía la información sobre el lugar en el que fueron enterrados los restos del cura era el general Álvaro Valencia Tovar, fallecido en 2014, que sería quien escondió los restos para evitar que la tumba se convirtiera en sitio de homenaje.

Sin embargo, según Perdomo, la Fiscalía y Medicina Legal tienen evidencias de la posibilidad de que el cuerpo sí se encuentra inhumado en ese cementerio de Santander.

El ente acusador señaló que la búsqueda continuará y, de tener suerte, por fin se conocerá dónde fueron enterrados los restos del cura que perteneció al ELN por no más de cuatro meses.