La rebelión de las ruanas

La ruana ha marcado la historia política del país. En 1854, los artesanos –‘los de ruana’– hicieron la revolución contra los ‘cachacos’ y pusieron presidente. Luego, en 1937, el alcalde  de Bogotá prohibió usar la ruana a los taxistas y provocó tal indignación que le costó su cargo. Y ahora en 2013, los cultivadores de papa y café y los productores de leche, de Boyacá, Cauca y Catatumbo pusieron la ruana en la ruta de los movimientos de indignados que han sacudido al mundo. Lo que comenzó como un reclamo porque cuesta más producir una papa que lo que pagan por ella en el mercado, se convirtió en una protesta de ruanas y cacerolas, ciudades fuera de control y vías bloqueadas. Y nació un movimiento de ‘dignidades’ campesinas que abrió un interrogante sobre el poder de los gremios.