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Protestas en Catatumbo, Norte de Santander | Foto: Daniel Reina

CRISIS

Campesinos insisten en constituir Zona de Reserva

Dicen que rechazan por “unanimidad” los puntos de la propuesta de Santos y que el paro no se levanta.

16 de julio de 2013

Una inmensa brecha se abrió entre las posiciones de los campesinos que lideran la protesta en el Catatumbo y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. El presidente cambió este martes el tono y se mostró enfático: “Lo que nunca, nunca voy a permitir, es que me impongan las zonas de reserva campesina a la fuerza, por ningún motivo”.

Los labriegos, por su parte, también se mostraron severos: se levantan los bloqueos “con la condición de que el gobierno se comprometa a llegar inicialmente a dos acuerdos, sobre una ruta de declaratoria de la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo y sobre el subsidio para las víctimas de la erradicación violenta de los cultivos de coca”.

Así, las cosas el panorama que se divisa es incierto. El presidente está en un dilema, según fuentes de la Casa de Nariño, quiere pagar la deuda histórica con los habitantes del Catatumbo que han estado sometidos al olvido pero también debe velar para que los pobladores puedan circular libremente y accedan con normalidad a sus alimentos y medicinas.

Los campesinos no ceden, según varias personas que han comentado con ellos, porque no tienen confianza en el Gobierno ya que en el pasado se han mostrado engañados.

Varios críticos, especialmente del uribismo, exigen que el gobierno actúe con mano firme y utilice la fuerza pública para despejar las vías. Esa es una posibilidad que los campesinos saben y por eso afirman: “En caso de que el gobierno opte nuevamente por la salida violenta y la represión, reiteramos que la vida e integridad de los campesinos es responsabilidad del presidente Santos y de su gobierno”, según expresó un comunicado de la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat).

Añadió la declaración que “el presidente debe prohibir de manera expresa a la fuerza pública disparar armas de fuego contra la población civil que protesta, como ya ocurrió con el asesinato de 4 campesinos a manos del ejército y la policía en Ocaña”.

En el texto, Ascamcat reitera su propuesta “de distensionar los bloqueos con caravanas alimentarias, humanitarias y comerciales, a partir del día martes, con la condición de que el gobierno se comprometa a llegar inicialmente” a los acuerdos de la zona de reserva y al subsidio para “las víctimas de la erradicación” de la coca.

En este también explican que “el campesinado se mantendrá en la mesa a la espera de un gobierno con respuestas. Las protestas se mantendrán hasta que el gobierno llegue a acuerdos reales y efectivos que solucionen la emergencia social y económica del Catatumbo”.

“Lo que nunca, nunca, voy a permitir es que me impongan las zonas de reserva campesina a la fuerza, por ningún motivo y se lo dijimos claramente -dijo-. Yo hago una nueva exhortación a que levanten el paro porque no hay ningún motivo para continuarlo”, recalcó.

Indicó que si bien es un reclamo válido por parte de los campesinos, el gobierno nacional ha venido realizando esfuerzos para solucionar las dificultades, entre las que se destaca la firma del Contrato Plan por 1,8 billones de pesos para el desarrollo de esa región.

Para completar el confuso panorama, en las últimas horas el vicepresidente Angelino Garzón puso sobre la mesa una controvertida propuesta: que el tema de los bloqueos vaya a un plebiscito para establecer si la gente los quiere o no.

Por eso, Semana.com informó que esto era lo que faltaba. “A la crítica situación de la parálisis en el Catatumbo en las últimas horas quedó abierta una fisura entre Juan Manuel Santos y Angelino Garzón por una insólita propuesta: hacer un plebiscito en la región para que sea la gente la que decida si está de acuerdo los bloqueos en las carreteras”.

La iniciativa, según fuentes de la Casa de Nariño no fue bien recibida. De esta manera la difícil situación no se solucionó y Angelino Garzón falló en el intento de llegar a un acuerdo y lo que es peor: el alto Gobierno ahora se muestra con posiciones muy contrarias para solucionar el problema.