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CAPAS ROJAS Y LEON RAMPANTE

Bajo la inspiración de la Virgen de Fátima... y de Mussolini

19 de julio de 1982

¿Qué es la TFP? ¿Cuáles son sus nexos con los sectores más conservadores del país? ¿Tiene la TFP algo que ver con organismos paramilitares que han surgido en algunos países de América Latina? ¿Cómo se financia esta organización? ¿Que objetivos políticos se propone? Estos interrogantes le fueron planteados por SEMANA a la dirección colombiana de Tradición, Familia y Propiedad pero se negaron a responderlos. Para ilustración de nuestros lectores, les presentamos una interpretación global de este fenómeno político-religioso que no deja de ser inquietante pero que muchos desconocen.
Llámense logias, sectas, capillas, "underground movements", clubes, masonerías, carbonarios o como sea, lo cierto es que toda sociedad secreta, semisecreta, o simplemente discreta corre un velo sobre sí misma que, a la vez, atrae y repele.
Decirle "discreta" a la Sociedad Colombiana de Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad (TFP) sería demasiado poco, pero es una exageración pensar que se trata de una sociedad secreta o algo así.
En realidad TFP es una organización legal, pero cerrada; nacional pero perteneciente a una solida "multinacional católica"; laica, pero firmemente ligada a los sectores más conservadores de la jerarquía. Se trata pues de algo difícil de definir, pero no por ello menos tangible. Tanto que usted puede verlos en las avenidas de las grandes ciudades, cuando salen en plan de propaganda con sus capas rojas, sus boínas de medio lado, sus estandartes con el León Rampante, que son los signos externos que caracterizan a la TFP.
EL INTEGRISMO CATOLICO
Ciertamente los de la TFP son "ultras". ¿Ultras de qué y contra qué? Ante todo su acción está encaminada a enfrentar el comunismo. Pero su anticomunismo obedece a una visión expansiva que envuelve toda suerte de materialismo, desde el bolchevismo hasta el capitalismo.
Si por Integrismo se entiende todo movimiento que se fundamenta en la conservación de la tradición en su forma más pura, tenemos que concluír que la TFP es la expresión más aguda de Integrismo en las huestes católicas, a la manera como lo son los fundamentalistas de Komeini respecto del Islam.
No basta, sin embargo, el enfoque religioso para dar una idea precisa de lo que es esta organización. Hay que extender el análisis hasta encontrar los hilos que va de la religión a la política, a la lucha política para ser más exactos.
Pero para llegar hasta la política, vale darle algunas vueltas al sentido básico de la acción de la TFP en el plano religioso. Plinio Correa de Oliveira -laico, brasileño, sesentón- es el ideólogo máximo a escala internacional, aunque funge como secretario general de la Sociedad Brasileña de Defensa de la Tradición, la familia y la Propiedad. Ha escrito infinidad de cosas, pero un libro suyo se destaca entre todos. Es el "Transbordo Ideológico", una larga reflexión sobre los métodos del comunismo para introducir la doctrina materialista en los cerebros católicos y a la vez una diatriba contra todas las formas de modernismo, de renovación, de cambio.
Críticos a ultranza de la gestión pontificia, reconocen no obstante la investidura, la infalibilidad y la autoridad del Papa. Pero no soportan la menor convivencia con el comunismo, ni la benevolencia del Vaticano con la Teología de la Liberación. Un Helder Cámara, un Gerardo Valencia, Golconda y hasta el CINEP les parecen exactamente las "cabezas de puente" del transbordo ideológico y los idiotas útiles de la penetración comunista.
Pero no bastaría con decir que la TFP es integrista si no se explica que su postura comporta un ingrediente especial que es el "Fatimismo", esto es, el culto irreductible a Nuestra Señora de Fátima. Aquella que se apareció a tres pastorcitos. Esa predilección por la advocación fatimista obedece a que los famosos "Secretos" que entregó María a Bernardita, Jacinta y José, están orientados precisamente contra el comunismo que acababa de triunfar en la Rusia Zarista y Cristiana y según los cuales el mundo entero terminará por abrazar la única religión verdadera: la Católica.
EL SALTO A LA POLITICA
En su afán de cruzados del Siglo XX para la reconquista de la tradición, de la familia y de la propiedad, bordean continua e irremediablemente los fangales de la acción política. Su militancia pasa así, imperceptiblemente, de los versículos de la Biblia y de los Padres de la Iglesia, a los manifiestos políticos, a los mítines y, ¿por qué no?, a la lucha callejera.
En los años anteriores al ascenso de Allende a la presidencia de Chile, la organización local desató una amplia campaña contra la debilidad del gobierno democristiano y editó millones de ejemplares de un libro: "Frei, el Kerensky chileno". Como el título tenía gancho fué ampliamente leído en los círculos izquierdistas colombianos.
Pues bien, los integristas de Chile hicieron todo lo que estuvo a su alcance para impedir que la Unidad Popular llegara al poder y después fueron la punta de lanza de la oposición contra Allende. Muchos de ellos, los más jóvenes, salieron al Brasil para prepararse y volver a la lucha. Allí, en campos especiales, se readoctrinaron, aprendieron karate dó, paracaidismo, tácticas de lucha en las calles, en fin, todo lo que se necesitaba para contribuir a la caída de un gobierno.
Ellos eran los archiconocidos militantes de "Patria y Libertad" nombre chileno de la TFP que, a decir verdad, cumplió un papel de primera fila en los acontecimientos que desembocaron en aquel septiembre terrible para la democracia.
En Colombia, también, por supuesto, hacen política los muchachos de la TFP, porque el comunismo anda rodando "como un fantasma" por todo el mundo. Aunque por épocas desaparecen de la escena como si no existieran, de pronto sacan un remitido de página entera en alguno de los diarios de gran circulación. La última vez fué con motivo de la Guerra del Atlántico Sur para dar a conocer el punto de vista de Plinio Correa de Oliveira sobre el conflicto y de paso señalar el inminente peligro de que Argentina y la Unión Soviética hagan causa común contra Inglaterra.
En eso están ahora. Reparten octavillas al pie de los semáforos, entablan una discusión a propósito, con todo aquel que esté dispuesto a escucharlos, y así como llegan con sus vistosos atavíos medievales, desaparecen otra vez para continuar su formación, porque el enemigo acecha.
Antonio Restrepo