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El líder de los desplazados Adán Quinto (izq). Ángel Antonio Palacio Ramos, alias ‘Kulilo’ presunto asesino (der). | Foto: SEMANA.

JUDICIAL

Capturan al presunto homicida de Adán Quinto

En menos de dos semanas, la Policía dio con el presunto responsable de la muerte del líder comunitario.

22 de abril de 2014

Adán Quinto dejó su casa y su municipio hace unos años para huir de la presencia del frente 57 de las FARC en Cacarica, Chocó. Y aunque se fue a vivir a Turbo (Antioquia) y pidió medidas de seguridad, no pudo escapar de las garras de sus asesinos.

Desde el 2009 y en varias oportunidades, Quinto denunció a ese frente de la agrupación guerrillera por los atropellos que este grupo cometía contra la población civil en Chocó.

Recientemente se dedicó a trabajar con otros desplazados de Chocó que habían llegado a Turbo a buscar refugio. Era un líder nato y se convirtió en el representante legal de la Fundación Nuevo Retorno, desde donde hizo denuncias recientes del maridaje entre las FARC las bandas criminales y narcotraficantes.

Desde el 9 de abril un grupo de investigación de la Policía al mando del general Nicolás Muñoz se desplazó hasta Turbo para comenzar a trabajar en retratos hablados y en declaraciones de personas que presenciaron el homicidio. Regaron 5.000 afiches por todo el Urabá antioqueño con el rostro del presunto agresor.

En tan solo dos semanas las pesquisas dieron frutos. Este martes fue capturado Ángel Antonio Palacio Ramos, alias ‘Kulilo’ de 27 años de edad. Para las autoridades este hombre de raza negra es el responsable material de este homicidio que arrastra el dolor de una comunidad que le había confiado a Quinto su representación como víctimas.

Palacios Ramos no opuso resistencia en el momento de su detención y un juez de control de garantías avaló la captura.

Se trata de un hombre que no tiene mayores antecedentes y que por años trabajó como carguero en el puerto de Turbo desde donde salen las embarcaciones a distintos lugares del Chocó. Es oriundo de Riosucio, municipio de ese departamento, y hasta ahora no se conocen las motivaciones por las que habría disparado contra el líder de tierras. Tampoco se sabe para quién trabaja.

Queda en manos de la Fiscalía determinar las causas que lo llevaron a cometer este execrable crimen que aún retumba en los pueblos de Chocó y el Urabá. Un irreparable daño para los desamparados y desplazados de la violencia.