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El menor deberá cumplir su pena por el delito de extorsión. | Foto: SEMANA.

ORDEN PÚBLICO

Se le acabó la fiesta a 'Tin-Tin', el terror de Quibdó

Extorsiones y secuestros llevaron al director del Gaula a encargarse del asunto en la capital chocoana.

17 de septiembre de 2013

Hace pocos días Semana.com reveló la increíble historia de Tin-Tin, un menor de edad que tenía azotado a Quibdó, la capital chocoana. Su prematura pero sangrienta carrera delictiva llegó a su fin, tras una operación del Gaula de la Policía que desmanteló la banda de este menor compuesta por 11 delincuentes que se hacía pasar como miembros de la Bacrim Los Rastrojos en el Chocó.

Tin-Tin se había vuelto incontrolable. Y aunque varias veces había estado en centros de reclusión de menores, las rejas no eran impedimento para continuar delinquiendo. Por esta razón, las autoridades lo condujeron a una cárcel de menores en Pasto, Nariño. Allí, según los cálculos de las autoridades, deberá pasar tres años, hasta que cumpla mayoría de edad, momento en el cual un fiscal decidirá qué pena y qué nuevo delitos le imponga.

Por ahora deberá cumplir su pena por el delito de extorsión. Sin emabrgo, el menor está asociado a una serie de homicidios que han impactado a una sociedad que, como la quibdoseña, no estaba acostumbrada a la violencia generada por bandas delincuenciales.

Tin-Tin y su combo estaban acostumbrados a extorsionar a comerciantes de la capital chocoana con montos que oscilaban entre 100.000 y 10 millones de pesos. A quienes no cumplían con esa cuota, automáticamente se convertían en objetivo de la banda. El caso se volvió de tal importancia que el propio director del Gaula en Bogotá, general Humberto Guatibonza, designó a un grupo de sus mejores investigadores para acabar de raíz con este grupo, el azote de Quibdó.

¿Quién es Tin-Tin?

Por su edad, 15 años, podría inspirar ternura o al menos consideración, aunque en realidad lo que provoca es temor. Usa sendos aretes como le gustan al cantante Justin Bieber, pero no es un capricho de adolescente, sino la marca de su banda.

Tez negra, cejas gruesas, ojos negros y boca amplia. Con estos rasgos se podría confundir entre cualquiera de los muchachos de Quibdó, pero la cicatriz que le atraviesa la frente lo delata: ¿Una cuchillada? ¿Una herida con un vidrio? Las respuestas varían según quien suministre el testimonio. En lo que sí hay coincidencia es en que ese niño es el mismo “diablo”.

Nadie sabe por qué tanta maldad. Algunos dicen que tiene más muertos encima que las mismas cuentas del rosario de su abuela. Con semejante prontuario, no hay duda de que ‘Tin-Tin’ simboliza el deterioro de la seguridad en el departamento de Chocó, que hasta hace muy poco tiempo era un oasis en las estadísticas de criminalidad del resto del país.

El día que fue capturado, ‘Tin-Tin’ prácticamente secuestró a los guardias del centro de reclusión donde fue conducido. Según se supo, pidió que le autorizaran una visita conyugal y al no obtener respuesta, alteró el orden en ese lugar. Fue por esto que las autoridades decidieron trasladarlo a Pasto, donde seguramente dará de qué hablar.