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| Foto: Mebog

ORDEN PÚBLICO

Capturan a 18 miembros de la sanguinaria banda los Caleños de Suba

Se les acusa de por lo menos 5 asesinatos, algunos de los cuales quedaron grabados en video. El arresto responde a la puesta en marcha de un nuevo modelo de investigación de homicidios en Bogotá

28 de junio de 2017

Los Caleños formaban una banda particularmente salvaje que operaba en la localidad de Suba, en el noroccidente de Bogotá, en una olla situada en el barrio de Villa Hermosa. Durante años, la organización familiar fue liderada por alias Javier, quién heredó el negocio de su padre y tuvo que dejarlo durante el tiempo en el que estuvo encarcelado, hasta que salió libre en 2011 y retomó el control de la empresa.

Casualmente, su liberación coincidió con el repunte de homicidios que inició en 2012, hasta que nuevamente lo detuvieron los agentes de la SIJÍN el 28 de junio, junto con 15 integrantes de su combo.

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Según se desprende de la investigación llevada a cabo por la Policía, en una ocasión, los sicarios del grupo propinaron 45 puñaladas a un expendedor de drogas que les quedó mal con un pago destinado al segundo al mando del grupo, conocido bajo el alias de Don Carlos y luego lo degollaron.

En otro momento, uno de los homicidios que ordenaron incluso quedó grabado en video. En la cinta se ve a uno de los vendedores perseguido por otro hombre entrar a un supermercado en el que pensó que estaría seguro, hasta que el asesino lo alcanza y lo remata de dos tiros en la cabeza frente a los presentes.

Unas semanas después, el dueño de la tienda que entregó el video a las autoridades también apareció muerto.

De acuerdo con el investigador en cargo del operativo, lo que buscaba esta banda era infundir terror en la población y sobre todo en sus bandas rivales para mantener el control de su zona de influencia. Según él, en años recientes, el negocio del microtráfico cogió auge cuando se empezó a volver más difícil exportar droga hacia el exterior, lo que llevó a varios grupos menores como el de los Caleños a crear sus propias redes de sicarios para poder mantener el control de su territorio a través del miedo.

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En ese punto coincide el experto en seguridad ciudadana de la universidad del Rosario, Juan Carlos Ruiz Vázquez, quien explica que para combatir ese fenómeno, la policía de Bogotá adoptó una estrategia conocida en el mundo como Hotspot Policing, consistente en determinar zonas críticas de alta criminalidad a las que se debe atacar en prioridad. Con Samuel Moreno se visualizaron 31 de entre ellas, las cuales se fueron afinando hasta dividirse en 745 zonas críticas en la administración de Enrique Peñalosa, precisa.

En el caso de la unidad de SIJIN encargada de investigar los homicidios, además de ver crecer su presupuesto y el número de sus integrantes, el cambio se vio reflejado sobretodo en la metodología empleada para combatir el crimen a partir de 2013. Siempre según el investigador en jefe del caso de los Caleños, la nueva táctica consistió en dejar de estudiar cada homicidio por separado a fin de poder juntar información y detectar patrones de muertes violentas en ciertos cuadrantes, lo que que les permitió atacar a los grupos criminales responsables de la violencia.

En esta ocasión, con esta estrategia detectaron una red compuesta por al menos 35 elementos, entre los que se encontraban cabecillas que ordenaban la compra y venta de estupefacientes, sicarios encargados de concretar los homicidios decretados por sus líderes, taquilleros, informantes y los llamados carritos, generalmente menores de edad encargados de cargar pequeñas dosis de mercancía o de vigilar la llegada de autoridades. Aunque sólamente les fueron sindicados 5 crímenes, el mayor en cargo de la operación considera que los Caleños pudieron incurrir en por lo menos 15 asesinatos desde 2012.

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Así se desarticularon también las bandas de los Occidentales y los Profetas en San Cristóbal sur, explica, lo cual ha contribuido a disminuir en un 50 por ciento la violencia de la localidad en un año -se contabilizaron 110 homicidios en 2016 frente a los 14  que ocurrieron en el primer trimestre de 2017-.

Sin embargo, el investigador de la fundación Ideas para la Paz, Rodolfo Escobedo advierte de los límites del sistema y de la prevención que se debe tener frente a la idea de que se tratara de una estrategia definitiva de combate al crimen.

A pesar de que reconoce las ventajas del nuevo modelo, Escobedo explica que hace 3 o 4 años ocurrió una situación similar en Bosa cuando se presentó una oleada de homicidios que llevó a la desarticulación de bandas locales. Pero estas se regeneraron- alerta- y probablemente existirán mientras haya un mercado lucrativo que copar.

Por eso es que según Juan Carlos Ruíz Vázquez, la policía en conjunto con la alcaldía tienen ahora el reto de implementar la segunda parte de la estrategia conocida como "policiamiento orientado a la resolución de problemas", consistente en encontrar y combatir las condiciones de vida que llevan a que una zona sea de alta criminalidad, además de atacar efectivamente los delitos de alto impacto.

Por el momento, la SIJÍN ha presentado los resultados de su trabajo en Suba con la captura de 16 integrantes de la banda los Caleños, arrestados en 19 allanamientos realizados en 5 barrios diferentes, con los que esperan llevar a la sindicación de los imputados por los delitos de homicidio, concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y porte ilegal de armas.