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Así fue la infiltración que permitió la captura de un jefe militar del Clan del Golfo

Con la captura de Jaime Quintero, alias El Zarco, se frena la intención de la organización de apropiarse de los terrenos dejados libres por las FARC en el occidente antioqueño.

17 de julio de 2017

Desde hace casi ocho meses, Yeison comenzó a hacerle favores a los delincuentes del Clan del Golfo ubicados en la zona de Peque e Ituango. Primero se hizo pasar por un mercader encargado de subministrarles bienes y víveres para así ir ganando su confianza, en previsión de la siguiente fase de la operación de infiltración que llevaría a la captura de Jaime Alberto Quintero Posada, alias el Zarco, jefe militar del grupo en la región.

Luego se les acercó nuevamente en mayo a través de una persona muy cercana al primer grupo de escoltas del capo y por eso fue que lo aceptaron sin hacer demasiadas preguntas. Aunque no puede decir exactamente a qué se dedicaba, -para no hacer peligrar a su agente- el líder de la operación explica que Yeison se encargó de realizar soportes logísticos, aprovechando el hecho de que podía moverse libremente, a diferencia de los miembros de la organización que contaban con órdenes de captura.

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Durante el tiempo en que duró la infiltración, Yeison pudo acercarse al anillo de seguridad principal de El Tigre, como también le dicen a Posada y descubrir sus planes para tomar el control del occidente antioqueño, después de que las FARC dejaran el terreno tras los acuerdos de paz y que cayeran las cabecillas Luis Gabriel Hernández Medina, R15 y Sebastián con injerencia en la zona.

De esa forma se enteró de que el Zarco había llegado hace unos meses a Ituango junto con 25 hombres armados disfrazados de campesinos y que comenzó a dirigir una serie de asesinatos selectivos para tomar el control de la venta de estupefacientes y de la extorsión del lugar. Incluso se acercó suficientemente como para hablar directamente con Posada en un par de ocasiones y conocer sus gustos y sus movimientos.

Esta información se reveló ser de suma importancia a la hora de organizar la captura del jefe local del Clan del Golfo, quien fue arrestado por hombres de la Dijín y del Grupo de operaciones especiales (GOES) cuando se dirigía a visitar a unos familiares en el sector de Cañasgordas el 16 de julio. Después de su arresto comenzó a desarticularse el grupo que conformó, para evitar una segunda ola de capturas y así se viciaron los planes del Clan del Golfo para tomar el control operativo de la zona, detalló el coronel Wilson Pardo, comandante de la policía en Antioquia.

Aunque nunca tomó clases de actuación, Yeison –un hombre moreno, de mediana estatura con acento Chilapo, como le dicen a la mezcla de antioqueño y costeño-  adquirió experiencia sobre cómo debía manejar su relación con hombres armados durante el conflicto y esa disciplina fue la que le permitió mantener su fachada durante todo el tiempo de su infiltración el Clan del Golfo.

Ahora que ha concluido la operación, se le mantendrá incomunicado durante un tiempo antes de premiarlo con alguna estancia en una zona más tranquila, dentro o fuera del país, mientras concluye las “capas de enfriamiento” que es el nombre que se da al procedimiento de alejamiento del caso que viven los agentes encubiertos. Con su trabajo, asegura el mayor que lideró la operación de infiltración, se pone un límite a la expansión del Clan del Golfo en la nueva zona en la que pretendía tener injerencia.

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¿Quién es Jaime Alberto Quintero Posada, alias el Zarco?

Jaime Alberto Quintero Posada es un delincuente curtido que inició su carrera hace cerca de 18 años en el bloque Elmer Cárdenas de las AUC y que se unió a las Bandas Criminales de Córdoba inmediatamente después de la desmovilización, antes de unirse al Clan del Golfo, en donde trabajó muy de cerca con Luis Gabriel Hernández Medina. El conocimiento militar adquirido durante su militancia paramilitar fue el que le permitió llegar a dirigir las operaciones de expansión del negocio de su organización en 25 municipios del occidente y el norte de Antioquia. Así como a planear los ataques en contra de la fuerza pública como parte del “Plan Pistola” decretado a raíz de la muerte de alias Pablito, en mayo de 2017.

Según reconoció en la audiencia en la que se allanó a cargos, Posada reconoció ser el autor del atentado realizado en contra del teniente coronel Néstor Pineda en abril pasado. En esa ocasión, varios de sus hombres esperaron emboscados en una zona rural el paso de su camioneta, pero fueron repelidos por los disparos que hicieron el propio coronel y su conductor, el patrullero Ober Bejarano.

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También se le acusa de haber atacado con ráfagas de fusil a una patrulla en Anza en julio de 2016, así como a una ambulancia en donde creyeron que se transportaba a uno de los policías heridos, además de a otra unidad de policía en el municipio de Belmira, a la cual agredieron con cargas explosivos y tiros en ese mismo mes. En ambos casos resultaron lesionados por lo menos dos uniformados y una enfermera.

Al ser el cuarto cabecilla de todo el frente, encargado de la parte militar, era el que daba las órdenes para realizar cualquier atentado en la región y por eso le fueron sindicados los delitos de concierto para delinquir con fines de homicidio, desplazamiento forzado, desaparición, extorsión y tráfico de estupefacientes, que aceptó enseguida, en el momento de su presentación ante la Fiscalía.