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| Foto: Policía Nacional

JUSTICIA

La banda de 'Los Universitarios' que intentaron secuestrar a un rey vallenato

Los dos presuntos cabecillas del grupo fueron arrestados por haber planeado el rapto del hijo del ex alcalde de Riohacha, del rey vallenato 2014 y de dos personas más.

4 de junio de 2017

Calmides de los Santos Barros Epieyu y su sobrino, Calmides Rafael Barros Ipuana podrían ser los nombres de los personajes de una novela de Álvaro Mutis. Durante meses planearon una serie de secuestros de alto impacto en la ciudad de Riohacha, en la Guajira, que nunca llegaron a ejecutar.

Entre sus propósitos se encontraban los de raptar al hijo menor del exalcalde de la ciudad, Rafael Ceballos Sierra, por quien pensaba reclamar un rescate de 800 millones de pesos; al acordeonista José Gregorio Gutiérrez, rey vallenato del Festival Francisco el Hombre 2014; a su propio familiar, el médico Luis Manuel Ávila Barros y al hijo de 9 años de un joyero de la región. Esos eran los planes de la banda conocida como Los Universitarios para conseguir dinero urgente, según detalló uno de los investigadores del caso.

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Durante todo ese tiempo diseñaron cuidadosamente cada una de las operaciones. Realizaron estudios económicos de sus futuras víctimas para saber cuánta plata podrían juntar en poco tiempo, estudiaron sus trayectos cotidianos, robaron una camioneta Toyota en el país vecino para ejecutar el crimen, compraron tres pares de guantes de látex para no dejar huellas, una cinta adhesiva y un arma.

Pero fueron interceptados por el GAULA de la Policía en el camino a su destino, poco antes de cometer el primer secuestro. Los aprehendieron junto con dos presuntos cómplices, Abraham Obediente Henríquez, alias Macuara y Tomacito Ipuana, alias el Way, en el corregimiento de la Gloria, entre Riohacha y Maicao.

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Luego, cuando comparecieron ante el juez de garantías para que la Fiscalía presentara las pruebas en su contra, se dieron cuenta de que habían sido infiltrados durante todo ese tiempo por un agente encubierto. Un investigador que avisó a sus superiores de cada uno de sus movimientos y advirtió del instante en el que se disponían a pasar a la acción.

Durante la audiencia también se escucharon audios y se mostraron videos que daban cuenta de su actuación. En uno de ellos, se escucha al líder del grupo hablar con otro miembro de la banda.

“- Loco entonces mira, la vaina (…) a ver si está el hijueputa médico allí, para que tú te grabes las placas del carro. (…) él es primo mío, el otro que hizo el puente con el si sabe donde vive, pero yo no puedo llegar y preguntar mire acá, ¿donde es que vive este man? Porque tú sabes que la gente es maliciosa, primo, la gente es maliciosa…

- Claro ajá,  preguntas hoy y le pasa algo mañana o pasado mañana, ¿allí que pasó? (risa).

- Y es que el man es primo mío, pero el man no es que se va a comer el cuento que yo estoy preguntando nomás de (inaudible) algo tiene que ver este man con él y él sabe bien que tiene la casa empeñada y que en cualquier momento lo voy a poder presionar (…)” se alcanza a descifrar.

Por estos motivos es que la Fiscalía les imputó los delitos de de concierto para delinquir con fines de secuestro y tentativa de secuestro, así como de fabricación, tráfico y porte de armas o municiones.

Aunque en un primer tiempo podría parecer la obra de unos criminales amateurs, esa es no es la opinión del comandante del GAULA en la región Guajira, el mayor Guzmán, quien se hizo cargo de la operación.

Para él se trata de los herederos de una dinastía dedicada al crimen que ya había patrocinado varios secuestros. Nunca se les había podido sindicar los raptos como tal, "porque a los bandidos arrestados les daba miedo denunciar",- así como a las propias víctimas, temerosas de que otros miembros de la familia ejerzan represalias en su contra. "Pero ya se tenían órdenes de captura en contra de dos de sus integrantes en el momento de la operación", explica el oficial.

Además, "se necesita de mucho conocimiento técnico para volverse secuestrador, probablemente sea la carrera criminal más complicada", agregó el mayor, quien asegura que estos hombres tenían el conocimiento y la infraestructura necesaria para cometer los crímenes. Cuando se le pregunta porque hay tantos secuestros en la Guajira, cuando el índice del delito ha disminuido de 3.400 casos anuales en el 2000 a 188 raptos registrados en 2016 en el país, Guzmán explica que ese es el caso de todas las zonas fronterizas como Nariño o el Norte de Santander, donde los delincuentes se trasladan a otros países para evitar ser aprehendidos por las fuerzas del orden.

Al respecto, una periodista reconocida de la región, quien solicitó el anonimato por cuestiones de seguridad, afirmó que en efecto se trataba de una familia Wayúu reconocida por dedicarse al robo de vehículos por los que han pedido rescates. También se les había acusado de secuestros.

Los dos familiares, quienes eran conocidos como “Calmides” y “Calmidito” han negado las acusaciones, pero el juez de control de garantías les impuso medida de aseguramiento en el centro carcelario de Riohacha, mientras inicia el juicio en su contra.

Con esta captura se completa un ciclo de 19 años de existencia del GAULA de la Policía, durante el cual han realizado 2.805 rescates y desarticulado 1.792 bandas delictivas con más de 45 mil capturas, entre las que podría encontrarse la de los miembros de la banda Los Universitarios, –el nombre les fue dado porque los dos presuntos cabecillas adelantaban estudios de procesos administrativos públicos y administración marítima y portuaria- en caso de que el juez ratifique la teoría de la Fiscalía sobre su intención de secuestrar a 4 personas en el municipio de Ríohacha.