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“Una mujer en la política se enfrenta al machismo y el poder”: Ruiz

Incrementar y garantizar la participación política de las mujeres es un desafío que la sociedad colombiana no ha logrado superar.

25 de noviembre de 2014

Dicta la ley que las listas de los partidos deben estar compuestas al menos en un 30% por mujeres. Sin embargo esta cifra sigue siendo lejana.

De acuerdo con un estudio de la Corporaicón Sisma mujer, presentado este año momentos antes de consolidación total de la Cámara de Representantes, en el Congreso ejercen labores parlamentarias 52 mujeres y 206 hombres. Es decir un 19,40% frente a un 76.86%, respectivamente.

A pesar de que este conteo es el mayor que se ha registrado en los últimos 12 años, ¿por qué aún resulta tan difícil alcanzar una mayor igualdad de género en esta materia?

Según Catalina Ruiz Navarro, Columnista de El Espectador y exoficial de Comunicaciones de Women's Link Worldwide, ese desequilibrio responde a varias situaciones: el machismo, el poder y la educación.

“Una mujer que se meta en la política corre un riesgo muy grande pues tiene que sacrificar mucho de su vida personal. Se dice que se quedan solas por el poder, pero eso se debe a que se enfrentan al machismo y la presión de los hombres”, explicó en Semana en Vivo.

Navarro precisó que esa costumbre viene de familias que se educan con base en tradiciones que, en la mayoría de veces, ven a la mujer como un objeto de morbo, sin plenitud de derechos y que lo consideran como “algo normal e inofensivo”.

Por su parte, Rodrigo Uprimny, director de Dejusticia, reconoció que “la jurisprudencia ha mejorado mucho en el tema de género”. No obstante indicó que a esta discusión deben incorporarse más a los hombres, pues el machismo los tiene “alienados”.

En este orden de ideas, si bien la Constitución decreta igualdad entre hombres y mujeres (artículos 13 y 43) y la obligación de garantizar la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios de la Administración Pública, los cálculos siguen sin dar y el porcentaje de curules femeninas es escaso. A esto se suma el hecho de que estos escaños no son sinónimo de que se vayan a ejecutar iniciativas para el beneficio de la mujer.

Este es el caso de la controversia originada por el hundimiento del proyecto de ley que busca implantar las listas cremallera. En efecto, la idea de que en jornadas electorales las corrientes políticas manden sus listas con un igual porcentaje de hombres y mujeres no tiene buena recepción parlamentaria, a pesar de que la propuesta arrancó con fuerza cuando el Congreso inició la discusión de la reforma al equilibrio de poderes.

Entretanto, varias voces esperan que el ejercicio democrático respete los derechos de las mujeres y que se erradiquen los feudos electorales y sociales que atraviesan por esta situación.