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"Todos tenemos que obrar con grandeza en esta coyuntura", asegura Humberto de la Calle en la misiva | Foto: Archivo SEMANA

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La elocuente carta de De la Calle antes de viajar a Cuba

El jefe del equipo negociador escribió un documento sobre los miedos y las esperanzas que genera la construcción de un “nuevo acuerdo” de paz. “Todos tenemos que obrar con grandeza”, dice.

22 de octubre de 2016

El viernes en la tarde los negociadores del gobierno volvieron a La Habana. Hasta antes de que ganara el No en el plebiscito se suponía que el trabajo en la isla había finalizado. Sin embargo, los inesperados resultados electorales abrieron una nueva mesa de negociación quizás tan compleja como la anterior y en todo caso con mucho menos tiempo para discutir.

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El presidente Santos cerró el plazo para enviar propuestas el pasado jueves. Y al otro día, sus delegados partieron para reunirse con las Farc. El ambiente está tenso. Por un lado, el presidente Santos en una alocución esta semana aseguró que había recibido  propuestas viables, pero otras imposibles.

Uribe ha mantenido un tono cordial, pero también ha dicho cosas duras: aseguró que Santos les estaba dando un “ultimátum” y que sentían que había “chantaje”. Hace unos días presentó un documento de 26 páginas que reúne sus propuestas. La más difícil: replantear la Jurisdicción Especial para la Paz.

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Antes de salir a ese encuentro, Humberto de la Calle hizo pública una carta que explica en términos sencillos en qué va el proceso. También las expectativas que tiene el gobierno de lo que viene

 “Como lo ha venido comunicando al país el Presidente Juan Manuel Santos, durante las últimas semanas hemos estado escuchando a los diferentes sectores, organizaciones y voceros que han manifestado reparos y observaciones al Acuerdo Final puesto a consideración de los colombianos el pasado 2 de octubre.

Estamos convencidos de las bondades para Colombia del Acuerdo Final. Creemos que contiene las transformaciones necesarias para sentar las bases de una paz estable y duradera. También reconocemos que el resultado del plebiscito nos obliga a hacer ajustes y precisiones al Acuerdo, como lo anunciamos en el comunicado conjunto del pasado 7 de octubre.

Ajustes y precisiones que haremos sobre la base de las decenas y decenas de propuestas que han presentado diversas organizaciones y personas, incluyendo por ejemplo, el Centro Democrático, que ha hecho propuestas que nos han parecido responsables y constructivas, sin que necesariamente estemos de acuerdo con ellas, así como de la Fundación Víctimas Visibles, el Ex Presidente Andrés Pastrana, el Ex Procurador Alejandro Ordoñez, la Doctora Martha Lucía Ramírez, en fin, diferentes grupos religiosos entre otros.

Todas estas propuestas las hemos clasificado y estudiado minuciosamente. En forma metódica. En todas encontramos un ánimo patriótico de contribuir a la discusión.

Hoy viajaremos a La Habana para dar inicio a las conversaciones con las FARC sobre los diferentes temas que han sido planteados. Esta discusión se dará en los términos definidos en el pasado comunicado conjunto a fin de lograr, lo repito, ajustes y precisiones con el propósito de lograr un nuevo acuerdo que permita abrir la etapa de consolidación de la paz estable y duradera. Un nuevo acuerdo.

Hemos examinado las diversas posturas con un genuino deseo de buscar las mejores soluciones. También hemos considerado en profundidad las razones que han sido expuestas en los múltiples encuentros con diferentes voceros, lo que garantiza que estamos haciendo un ejercicio cuidadoso, con mente abierta, con respeto, enorme respeto, de todas las iniciativas. Quiero destacar el tono constructivo de las comunicaciones que hemos recibido así como el ambiente en el que se han desarrollado las reuniones con los representantes de los diferentes grupos.

Sin perjuicio del examen abierto, no debemos olvidar que lo acordado, más allá de los temas bilaterales para superar el conflicto contiene iniciativas muy útiles para Colombia. No debemos abandonar el compromiso, por ejemplo: de recuperar el campo, limpiar la política, contribuir a la superación del problema mundial de la droga, reparar a las víctimas e impartir justicia.

Nos satisface detectar que nadie se ha opuesto a la búsqueda de un acuerdo de paz. Incluso, pese a los reparos, encontramos también un gran reconocimiento a la generalidad del documento.

Nos comprometemos a informar sobre la marcha de las conversaciones en La Habana y sobre sus resultados.

Trabajaremos con compromiso y celeridad para conseguir ese nuevo acuerdo a la mayor brevedad. Entendemos que la incertidumbre sobre el rumbo de la paz debe terminar. Aunque por fortuna el cese de fuego se ha cumplido, no podemos ocultar que la situación es frágil. La necesidad de consolidar un nuevo Acuerdo de manera eficaz y rápida, no solo corresponde al deseo de la mayoría de los colombianos, sino que atiende también al propósito de evitar un retroceso que reinicie el horror de la violencia.

La ciudadanía debe tener la certeza de que haremos un esfuerzo genuino para superar esta situación y consolidar de manera irreversible un proceso que garantice una paz firme. Para eso se necesita generosidad de todos. Como alguna vez lo dijo el profesor Antanas Mockus, refiriéndose a un juego infantil, hoy sí que es verdad que para el éxito, todos ponen. Todos tenemos que obrar con grandeza en esta coyuntura”.