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tp Keith Stansell se perdió la adolescencia de sus hijos Lauren y Kyle.

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Carta de ilusiones

Por primera vez una hija de uno de los tres contratistas gringos secuestrados cuenta qué siente al tener a su papá en manos de las Farc. Exige su liberación inmediata.

6 de mayo de 2006

El 13 de febrero de 2003, las Farc derribaron un avión Cessna 208 en las selvas de Caquetá. Con el tiempo se sabría que sus cinco ocupantes estaban realizando operaciones del Plan Colombia. Al final, los estadounidenses Keith Stansell, Thomas Howes y Mark Gonsalves fueron secuestrados.

Desde ese momento, las familias de los contratistas, al igual que las de los policías, militares y políticos colombianos en poder de las Farc, empezaron a vivir un drama que aún no termina. Los estadounidenses fueron incluidos dentro de la lista de personas que las Farc piensa intercambiar por guerrilleros en cárceles colombianas.

Por primera vez un miembro de las familias norteamericanas, Lauren Stansell, expresa su angustia en una carta abierta:

"Hace más de tres años que secuestraron a mi papá. Hace unos días recibimos una llamada diciéndonos que habían descubierto varios cadáveres en una fosa en Colombia, y que era posible que entre ellos estuvieran los norteamericanos. Yo no estaba preparada para enfrentar la posibilidad de no volver a ver a mi padre. Más tarde nos comunicaron que ellos no estaban entre los cadáveres hallados, y sentimos un gran alivio.

"Posiblemente hayas visto la foto de mi papá en un video que tomaron de los tres norteamericanos a los seis meses del accidente aéreo. Lucía un poco más delgado y más canoso, pero se veía bien. El video fue filmado en julio de 2003.

"Mucha gente vio la entrevista grabada que hizo un periodista que visitó el campamento guerrillero. Las Farc vistieron a mi papá, a Mark y a Tom con uniformes del Ejército, pero ellos no son militares. Cada vez que las Farc hablan de ellos dicen que son agentes de la CIA. Pero mi papá no está en la CIA, ni tampoco lo son sus compañeros Mark y Tom.

"Durante este tiempo he podido entender y compartir el sufrimiento de miles de familiares de secuestrados colombianos.

"Mi padre y sus colegas cayeron sobre las selvas de Caquetá mientras llevaban a cabo una misión antinarcóticos para un contratista privado, Northrop Grumman. Yo tengo edad suficiente como para entender que sin demanda no habría oferta y que los países consumidores, como Estados Unidos, son en buena parte causantes del problema del tráfico de drogas, pero ¿por qué una persona que es contratada para observar y medir el éxito de una campaña de fumigación de cultivos de hoja de coca termina secuestrada por la guerrilla durante tres años? Yo quiero que las Farc suelten a mi papá y a Mark y Tom.

"Durante estos años de cautiverio de mi padre han pasado tantas cosas en mi vida... Mi papá no pudo estar presente para verme ganar concursos de belleza en el colegio, no me vio con brackets y no estuvo cuando me gané premios académicos en secundaria. Yo tenía 14 años la última vez que vi a mi padre, medía 1,60 y apenas comenzaba la secundaria. Hoy día tengo una estatura de un 1,80, voy a cumplir los 18 años y en octubre entro a la universidad.

"Mi hermanito Kyle también extraña mucho a papi. Kyle apenas tenía 10 años y era estudiante de primaria cuando papi se marchó. El año entrante Kyle ya entra a la secundaria. Papá no ha podido ver a mi hermano jugar fútbol americano, basquetbol o béisbol, y no ha podido estar con nosotros para ayudarnos en el proceso de crecimiento. Si se me concedieran algunos deseos, yo pediría lo siguiente:

• Les pediría a las Farc que nos entreguen una prueba de supervivencia. Por favor, déjennos saber que los tres norteamericanos están vivos, sanos y salvos

• Segundo, quiero que mi papá, Mark y Tom sean puestos en libertad, sanos y salvos, para que mi padre pueda verme en la ceremonia de graduación de mi colegio.

• Tercero, quiero que todos los colombianos que están secuestrados en manos de la guerrilla sean liberados.

"Yo creo, al igual que miles de colombianos, que una liberación humanitaria auspiciada por la comunidad internacional sería un paso importantísimo hacia la paz en Colombia.

"Por favor, suelten a mi papi pronto".