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El careo Bustos-Moreno

Estos son los detalles de la audiencia reservada en la que se enfrentaron el exmagistrado Leonidas Bustos y el exfiscal Gustavo Moreno. El delator está entregando documentos, fotos y nuevos nombres involucrados en el escándalo del cartel de la toga.

12 de noviembre de 2017

Gustavo Moreno acudió al Congreso de la República como si fuera a la guerra. Llevaba un chaleco antibalas, un casco militar y la mirada angustiosa de quien debe enfrentar una misión de alto riesgo. La particular escena se presentó el pasado jueves a las 8:30 de la mañana, cuando el exfiscal llegó, conducido por agentes del CTI, a la Comisión de Acusación de la Cámara para seguir cumpliendo su compromiso como delator estrella del llamado cartel de la toga. A la diligencia también asistió el expresidente de la Corte Suprema de Justicia José Leonidas Bustos, el principal acusado de encabezar la organización criminal que retorció procesos judiciales en el máximo tribunal a cambio de cuantiosas sumas de dinero.

Bustos llegó acompañado de su abogado, Eduardo Curtidor Argüello, pero a lo largo de las nueve horas de diligencia este no dijo una sola palabra, pues el propio exmagistrado se ocupó de intervenir e interrogar a Moreno. Bustos y Moreno se encontraron cara a cara por primera vez desde que estalló el escándalo. Como se recuerda, en junio pasado las autoridades capturaron al entonces jefe de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía, Gustavo Moreno, en su propio despacho, luego de que la DEA probó en un operativo que había recibido el primer abono de una coima en Miami.

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Nadie sospechaba en ese momento que la captura pondría a temblar tres expresidentes de la Corte Suprema, a un par de magistrados en funciones, a una decena de congresistas y a otros tantos funcionarios judiciales señalados de tener nexos con el cartel de la toga. Moreno decidió buscar beneficios judiciales a cambio de delatar y se ha centrado en tres altas personalidades: el exmagistrado Francisco Ricaurte, ya capturado y enviado a la cárcel La Picota; el magistrado titular de la Sala Penal de la corte Gustavo Malo, quien debió apartarse de su cargo ante las investigaciones en su contra; y el expresidente de la Corte Suprema de Justicia José Leonidas Bustos, a quien Moreno señala de dirigir la empresa de corrupción.

En calidad de testigo, Moreno ha insistido ante la Corte Suprema y la Fiscalía que tuvo una relación muy cercana con Bustos. Y que le ayudó a cometer graves delitos como magistrado y luego como exmagistrado, al retorcer el destino de casos tramitados en el máximo tribunal contra senadores y representantes a los que les cobraron cientos de millones de pesos por favorecerlos judicialmente. Bustos, en su defensa, ha dicho que sí conoció a Moreno y que tuvo una relación académica con este, pero niega tajantemente cualquier cercanía con él. Ese, justamente, fue el primer punto por el que se enfrentaron frente a los miembros de la Comisión de Acusación, jueces de Bustos dado su fuero de exmagistrado.

Desde el primer momento la tensión dominó la diligencia. El exmagistrado empezó recriminando a Moreno por afirmar que habían sido amigos y le preguntó por qué estaba repitiendo esas mentiras en las instancias judiciales. “Lo he dicho porque es la verdad”, respondió el testigo. “¡No, señor, mentira!”, replicó Bustos, perdiendo la compostura. Ante el choque, el presidente de la comisión, Fabio Arroyave, intervino para reconvenir a Bustos en estos términos: “Doctor, este no es su despacho, acá mandamos nosotros”. Fue solo el primer revés del exmagistrado. Los momentos más difíciles vinieron luego cuando pidió a Moreno probar la supuesta cercanía que habían tenido.

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Para respaldar sus afirmaciones, el exfiscal sacó una carpeta con documentos y fotos. Moreno expuso y entregó a la comisión todo ese material, al tiempo que explicó que regularmente visitaba el apartamento de Bustos a altas horas de la noche “cuando los esquemas de seguridad ya se habían ido”. Dio las direcciones de varios domicilios donde se encontraban, y señas exactas del interior y exterior de los mismos. También habló de varias oficinas en las que se reunían para discutir sobre los casos en cuestión y hasta entregó documentos de “un apartamento de soltero” en el edificio Panorama de la calle 32 con 13 de Bogotá, que el exfiscal asegura que le prestaba regularmente a Bustos.

Moreno señaló, además, que para poder hablar con tranquilidad algunas veces se reunieron en el exterior. Habló de viajes a Miami y Panamá (ver fotos). Explicó, por ejemplo, que en diciembre de 2014 se hospedaron en el hotel JW Marriott Marquis, en la zona de Biscayne, con sus respectivas familias, y que compartieron la cena de Navidad con familiares de Bustos en Miami.

Otro episodio mencionado tiene que ver con un escolta que protegía a Bustos, y Moreno dice haber conocido cuando visitaba regularmente al entonces magistrado en su despacho. Según Moreno, eso sucedió al comienzo, pues a medida que acaparaban más casos en la Corte Suprema tuvieron que adoptar una discreción extrema. Moreno asegura que le prestó 20 millones de pesos al escolta de Bustos y que luego lo tuvo que demandar para reclamarle la plata. El dato resulta importante porque es fácil documentar si la persona demandada por Moreno trabajó en ese cargo de protección.

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Moreno explicó, además, que cubrieron los gastos de la oficina que montaron para atender los casos retorcidos con un contrato por 139 millones de pesos (23 millones mensuales) que le otorgó el entonces fiscal Eduardo Montealegre por petición de Bustos y del exmagistrado Francisco Ricaurte. Moreno ya había relatado este episodio hace unos días ante la corte, y produjo la vehemente reacción del exfiscal Montealegre, quien aseguró que solo había visto una vez a Moreno y que decidió contratarlo como asesor externo luego de que uno de sus libros le dejó muy buena impresión. Montealegre y su vicefiscal, Jorge Perdomo, negaron enfáticamente cualquier cercanía con Moreno y anunciaron acciones legales contra él por difamación.

Entre los documentos que el testigo aportó a la Comisión de Acusación también hay papeles de carros que habrían intercambiado con la esposa de Bustos, tiquetes aéreos, fotos de celebraciones, contratos, y el recuento de varios episodios en los que Moreno asegura que le llevó al exmagistrado Bustos, a su apartamento, cientos de millones de pesos producto de los casos manipulados.

Al cabo de nueve horas, hacia las 7:30 de la noche, la diligencia concluyó. A la salida, el exmagistrado Bustos se limitó a dar una breve declaración a la prensa: “(Moreno) se abstiene de abordar ciertos temas. Nunca vamos a saber todas las motivaciones que tuvo para declarar en contra de los magistrados y para fabricar toda suerte de mentiras”. Los agentes del CTI, por su parte, sacaron a Moreno del lugar, con las mismas medidas de seguridad, de regreso a su celda en la guarnición militar donde permanece detenido al sur de Bogotá. La próxima semana está programado un nuevo cara a cara para concluir formalmente la diligencia. Y una vez termine, la Comisión de Acusación cerrará la investigación y tomará decisiones.