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El universitario Luis Andrés Colmenares murió en el caño del parque El Virrey la noche de Halloween de 2010. Un año y medio después comenzó la investigación, gracias a que su mamá insistió a la Fiscalía por una corazonada que tuvo.

JUSTICIA

Colmenares: el fin de la telenovela

Aunque queda la apelación, el fallo del juez que absolvió a Carlos Cárdenas pone punto final al sonado caso.

6 de junio de 2014

Uno de los escándalos judiciales más taquilleros de las últimas décadas en Colombia, el juicio por la muerte de Luis Andrés Colmenares, la noche de Halloween de 2010, llegó a sus últimos capítulos con la absolución de Carlos Cárdenas, quien hasta el viernes era el supuesto perpetrador del crimen.


El veredicto del juez no solo declara inocente a Cárdenas sino que en la práctica deja sin piso otro juicio, el que se adelanta contra Laura Moreno y Jessy Quintero -la novia del universitario fallecido y una amiga de él-- a quienes les cambió la vida desde que la Fiscalía decidió involucrarlas con el asesinato. Aunque ellas están todavía a la espera de su propio juicio, no tendría lógica que las condenaran por ser coautora y encubridora, respectivamente, de un homicidio que no se pudo probar.

El juez que resolvió el caso de Carlos Cárdenas fue contundente: “No existe certeza, más allá de toda duda razonable, de que la muerte sea producto de un homicidio”. Y más adelante insistió: “Las lesiones pudieron ser producto de la caída (de Colmenares al caño). Y si se tratara de asesinato no se probó que el responsable sea Carlos Cárdenas”.

En el juicio la defensa demostró, entre otras cosas, según los registros de las celdas de celular de Cárdenas, que él no estaba en cercanías del parque El Virrey esa noche. Asimismo, la tesis de la Fiscalía de que a Cárdenas lo habrían movido los celos contra Colmenares por haberle quitado su novia, se desvirtuó con los testimonios de quienes estaban en la fiesta con el estudiante fallecido.

El juez fue incluso más allá y dejó mal parada la actuación de la Fiscalía. “Los indicios planteados se desvanecen, pues se quedan en el campo de la especulación, de la imaginación, de la suposición, porque no cuentan con respaldo jurídico alguno”. Y remató diciendo que la “delegada de la Fiscalía desconoció el principio de la objetividad”.

Pero el fallo del viernes pasado no es el único elemento que indica que el caso Colmenares se está derrumbando. En mayo pasado, mientras el país se concentraba en la campaña presidencial y en si Falcao sería convocado o no al Mundial, pasaron desapercibidas tres noticias de alto impacto en este caso. Dos de ellas fueron las condenas de Jesús Martínez Durán y de Johnatan Martínez Ortiz a siete años de prisión cada uno por falso testimonio y fraude procesal. Y la tercera, la confesión de Wilmer Ayola de que él también era un falso testigo.

Se trata, ni más ni menos, de las tres personas que la Fiscalía tuvo como testigos estelares de que lo ocurrido en el caño del parque El Virrey, en el norte de Bogotá, no había sido una mortal caída sino un asesinato. Gracias a esos testimonios, que apenas se conocieron en 2012, dos años después de lo ocurrido, buena parte de la opinión pública quedó convencida de que en efecto se trataba de un crimen.

La primera condena se conoció el pasado 4 de mayo contra Jesús Martínez, el mismo que hizo estremecer al país en octubre de 2012, cuando delante de una cámara contó con lujo de detalles cómo, según él, Carlos Cárdenas, había golpeado a Luis Colmenares con una botella para luego montarlo inconsciente en una camioneta. “Le pega dos veces, una de frente y otra de costado. Levantan al muchacho y lo agitan y lo zarandean”. Su testimonio por momentos fue tan creíble que, incluso, bajo la gravedad de juramento, aseguró “tener fotografías tomadas en un teléfono celular que registraban el momento en que la víctima fue subida a una camioneta Ford Explorer de placas BOV 358”. Todo resultó ser mentira.

La segunda noticia se conoció el pasado 9 de mayo cuando noticias RCN reveló un video en el que José Wilmer Ayola confesó que también hacía parte del complot para acusar a Carlos Cárdenas, Laura Moreno y Jessy Quintero del homicidio. Según él, ese cartel de testigos era financiado por allegados a la familia del fallecido estudiante y por el primer fiscal que tuvo el caso, Antonio Luis González. “Muchos pagaron esto, amigos del doctor González y amigos de la familia Colmenares. Cada testigo tenía un sueldo”, aseguró.

Ayola había sido el primer testigo en aparecer en junio de 2012. En ese entonces, también montó una historia llena de detalles. “Colmenares casi no se podía sostener de pie. No alcanzó a correr sino a unos cinco metros, se tropieza y cae el suelo. Cuando se estaba levantando llegaron los otros y lo levantaron a patadas. La mujer se acercó, le arrebató el celular y le dio una cachetada. Colmenares estaba arrodillado y la persona que estaba dentro de la camioneta se baja con una botella en la mano y le da un golpe en la cabeza. No sé si la botella se rompió”. Esa historia, como la de Martínez, también resultó ser mentira.

Y la tercera noticia, que se conoció el pasado 13 de mayo fue la condena, de Johnatan Martínez Ortiz, el otro falso testigo que un mes antes había reconocido también haber mentido a la Fiscalía.

Cabe anotar que los testigos llegaron al caso en junio de 2012 cuando el fiscal Antonio Luis González les dio validez. Desde un primer momento, González fue bastante polémico, y la fiscal general de entonces, Viviane Morales le quitó el caso y se lo entregó a la fiscal Marta Lucía Zamora.

Si bien las inconsistencias de los testigos fueron puestas en evidencia por la defensa a través de los medios desde el principio, fue la fiscal Zamora, con el paso de los meses, la encargada de ponerles ‘tatequieto’ a esas mentiras y ordenó sus capturas en enero de 2013.

Incluso, desde el 31 de octubre de 2012, el fiscal de apoyo Napoleón Botanche, que trabajó hombro a hombro en el caso Colmenares con el fiscal Antonio González, envió una carta al fiscal general Eduardo Montealegre en la que quedó mal parado el fiscal titular, González. Según Botanche, González “sugirió en tres ocasiones la necesidad de conseguir unos testigos a como fuera (…) Nos trenzamos en una discusión con el doctor González, quien argumentó que había mucho en juego y no podía perder ese caso por nada del mundo, que estaba en juego su orgullo y su profesionalismo, y que esos h.p. se habían portado muy mal con él”. Después de esa discusión aparecieron los tres testigos falsos.

Antonio Luis González renunció el pasado 2 de abril a la Fiscalía. Tanto él como la familia Colmenares han negado de manera reiterada haber participado en alguna irregularidad.

Es posible entonces que en el último capítulo de esta historia se descubra que el universitario Luis Andrés Colmenares no fue asesinado como muchos han dicho. Entre otros, el periodista José Monsalve quien publicó un libro titulado Nadie mató a Colmenares.