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En la noche del pasado 31 de octubre la familia y amigos de Luis Colmenares se reunieron en el parque El Virrey, donde se encontró el cuerpo del universitario, para conmemorar los dos años de su muerte.

JUDICIAL

Caso Colmenares: misterio sin fin

Dos años después de la muerte del universitario Luis Andrés Colmenares lo único claro es que cada día ese caso está más contaminado y se ve lejano el momento de saber qué ocurrió realmente esa noche de Halloween.

3 de noviembre de 2012

Desde hace dos años el parque El Virrey, en el norte de Bogotá, se volvió un punto de referencia no solo para los capitalinos sino para toda Colombia. La razón es simple. El 31 de octubre de 2010 allí ocurrió la muerte del estudiante de Los Andes, Luis Andrés Colmenares. Desde ese momento hasta ahora son pocas las semanas que han pasado sin que el célebre parque y el joven universitario no acaparen los espacios noticiosos y sean tema obligado de conversación en todos los rincones del país.

El miércoles de la semana anterior se cumplieron dos años de la misteriosa muerte de Luis Andrés y del que se ha convertido sin duda en uno de los casos judiciales más llamativos y mediáticos de las últimas décadas. Con una ceremonia en ese lugar sus familiares y amigos recordaron al joven, pero también pidieron claridad y justicia en un proceso que a lo largo de 24 meses ha estado marcado por todo tipo de especulaciones, irregularidades, dilaciones, demandas y protagonismos desmedidos de abogados y fiscales. La única certeza que hoy existe es que nadie sabe qué fue exactamente lo que ocurrió.

Las únicas arrestadas por el caso son Laura Moreno y Jessie Quintero, compañeras de Colmenares, quienes están en detención domiciliaria desde el 7 de octubre de 2011. El exnovio de la primera, Carlos Cárdenas, fue detenido el 6 de julio de este año y ocho semanas después recobró la libertad, aunque continúa vinculado al caso. Para sustentar esa determinación un juez consideró que varios de los tres testigos que aparecieron más de un año después de la muerte no eran confiables y por el contrario tenían múltiples contradicciones. Algo que es evidente. En mayo, estas y otras irregularidades, obligaron al fiscal general, Eduardo Montealegre, a relevar del caso al fiscal Antonio Luis González y encargar a Martha Lucía Zamora, coordinadora de la unidad de fiscales delegados ante la Corte y quien incluso llegó a ser fiscal general en propiedad por unas semanas. Sin embargo, ese intento por darles celeridad y transparencia a la investigación y al caso tampoco ha servido.

Son tantas las pasiones que ha despertado el caso que se ha abierto un nuevo capítulo de demandas: la fiscal fue denunciada por los abogados de las dos detenidas por supuesto ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio, entre otros. Y ella a su vez también resultó enfrascada en una discusión con dos medios de comunicación que filtraron los detalles de su testigo estrella, Jesús Alberto Martínez. Según Zamora, dichas publicaciones pusieron a su testigo en bandeja de plata a la contraparte para que armara su defensa. Y por eso Zamora compulsó copias para que se investigara quién había filtrado ese video a los medios. Como en este caso se ha visto una gran tendencia a la manipulación, la actitud de la fiscal que no era contra los medios sino contra la parte procesal que hizo la filtración, le mereció duros rechazos de los medios y agremiaciones que calificaron su determinación como un intento por limitar la libertad de prensa. Las continuas filtraciones de piezas procesales que usaran las partes durante el juicio, especialmente la Fiscalía, también ha sido una constante por parte de algunos de los abogados de los involucrados.

Todo este tipo de hechos, entre muchos otros, siguen teniendo al caso Colmenares como el principal show mediático del momento. Pero sobre todo han torpedeado y dilatado el caso al punto en que hoy, podría considerarse, un proceso "manoseado". Lo más lamentable es que todas las irregularidades que han rondado la investigación y el comienzo de los juicios, así como el protagonismo que le han querido dar los abogados en los medios, hacen pensar que será muy difícil saber con certeza qué fue lo que realmente pasó.