Caso Colmenares: la otra versión

Tras dos años de investigación, de estudiar miles de folios y decenas de elementos técnicos, de hablar con todas las partes involucradas en el caso Colmenares y de seguir las audiencias judiciales, el periodista José Monsalve llegó a una conclusión reveladora: en la noche de Halloween de 2010 no hubo crimen, el joven estudiante de la Universidad de los Andes Luis Andrés Colmenares sufrió un accidente seguido de negligencias y de turbias manipulaciones con las que se ha engañado a la opinión pública. Esa es la tesis central del libro que llegará a las librerías esta semana.

El texto, publicado por la Editorial Grijalbo, junta las piezas trascendentales –unas conocidas, otras inéditas– de lo ocurrido en el caso desde la noche en que murió Luis Colmenares, y llega a una conclusión que levantará ampolla y mucha polémica. El libro sale justo cuando está comenzando el juicio y cuando la cúpula de la Fiscalía, incluyendo al propio fiscal general Eduardo Montealegre, afirma públicamente que el ente acusador demostrará con evidencia el supuesto crimen.

La investigación de Monsalve revela la totalidad de las declaraciones de los testigos que la Fiscalía llevará a juicio y escudriña cómo fue que estos llegaron al caso, sus inconsistencias y la particular “evolución” de sus testimonios. Tras disponer todas esas piezas en orden cronológico el periodista plantea que se trata de un eslabón del llamado cartel de falsos testigos que merodea a la Justicia colombiana.

La conclusión coincide con la denuncia de Napoleón Botache Díaz, quien fue fiscal de apoyo en el caso (hoy es fiscal 223 de Bogotá) y ha dicho a las autoridades por escrito: “Me permito poner en su conocimiento una serie de irregularidades que tuve conocimiento (sic) cuando actué como fiscal de apoyo del caso conocido como ‘Colmenares’ que adelantó el fiscal 11 de vida doctor Antonio Luis González Navarro específicamente en lo que tiene que ver con la consecución de los testigos José Wilmar Ayola, Jonathan Martínez y Jesús Alberto Martínez Durán”.

Botache sostiene que cuando trabajaba en el caso con el fiscal González este “sugirió en aproximadamente tres ocasiones la necesidad de conseguir unos testigos a como fuera (…). Nos trenzamos en una discusión con el doctor González, quien argumentó que había mucho en juego y no podía perder ese caso por nada del mundo, que estaba en juego su orgullo y profesionalismo, y que esos h.p. se habían portado muy mal con él”.
Desde junio pasado empezaron a aparecer testigos de excepción para respaldar la tesis de la Fiscalía de que Colmenares fue asesinado. Agrega Botache que cuando pretendió abordar al fiscal González para preguntarle, sorprendido por los testigos que habían surgido, este le habría dicho: “¡Me gané la lotería!”.

El ente acusador actualmente tiene procesados a tres estudiantes de la Universidad de los Andes por el supuesto crimen. Laura Moreno y Jessy Quintero permanecieron privadas de la libertad por más de un año, hasta hace unos días cuando la recuperaron por vencimiento de términos. Por su parte, Carlos Cárdenas, el tercer estudiante señalado por la Fiscalía, y quien fue recluido en una celda de máxima seguridad de la cárcel La Modelo de Bogotá, también quedó libre cuando su abogado logró poner en entredicho a uno de los testigos. Sin embargo, los tres estudiantes próximamente deberán enfrentar un juicio que les puede significar décadas de cárcel.

El libro de Monsalve, Nadie mató a Colmenares, aborda no solo lo referente a los testigos. Buena parte del texto se ocupa de establecer las circunstancias en que se dio el deceso del joven y la participación que tuvieron muchas personas en los hechos inmediatos y posteriores. El periodista contrasta los relatos de los involucrados con una serie de pruebas técnicas que demuestran dónde y a qué hora estaba cada personaje cuando se dio la trágica muerte de Luis Colmenares.

“A diario personas en la calle e influyentes periodistas hacen afirmaciones sobre el caso con dos características: son apasionadas y cargadas de prejuicios. El libro le rehúye a eso y trata de perseguir la verdad desde la evidencia. La Justicia tendrá la última palabra, pero a nivel de la opinión pública es importante que se abra un debate sobre lo que ha sido este caso para el país”, dice el autor. José Monsalve es periodista de la Universidad de Antioquia, trabajó seis años en SEMANA en temas judiciales y actualmente lo hace en Verdadabierta.com, un medio especializado en paramilitarismo y conflicto armado, auspiciado por SEMANA y la Fundación Ideas para la Paz.

Aunque el de Colmenares es sin duda uno de los casos judiciales más divulgados en los últimos años en Colombia, este es el primer trabajo periodístico que en diez capítulos junta y revela un cúmulo de piezas (testimoniales, técnicas, científicas y de contexto) sopesadas por el autor para tratar de establecer dónde está la verdad. El resultado de sus pesquisas se advierte en sus primeras páginas: “Este libro plantea la tesis, ciertamente nada popular, de que probablemente la Fiscalía y las víctimas estén equivocadas. Y adicionalmente abre el interrogante de si los tres estudiantes que hoy son señalados como victimarios terminan siendo víctimas”, dice Monsalve.
 
Con una escritura ágil el libro es en el fondo una apasionante investigación periodística que le permite al lector ir armando el rompecabezas del caso judicial más sonado en los últimos años, y que consolida, contra viento y marea, una tesis para muchos incómoda. Para que cada quien saque sus propias conclusiones.