Caso del superbebé en la lupa de Supersalud

El drama de la familia de Santiago Mendoza, un bebé de 22 meses y más de 19 kilos de peso, llamó la atención del país el año pasado cuando se conoció a través de los medios nacionales.

Ha pasado más de un año desde cuando se conoció su historia que todavía tiene expectantes a muchos, especialmente en la costa, porque una EPS se niega a atenderlo.

Los riesgos de su sobrepeso van desde un paro cardíaco hasta la diabetes, por lo que tuvo que ser remitido por la Fundación 'Gorditos de Corazón' a Dinamarca para empezar un tratamiento que le permitiera alcanzar su peso ideal.

Pero los esfuerzos no han sido suficientes. Santiago aún no camina y aunque ha bajado considerablemente de peso, se requieren más recursos para continuar con el proceso.

Por si fuera poco, la familia del 'Superbebé' de Codazzi le contó a El Heraldo que además de la lucha que emprendieron para que Santiago alcance su peso, han tenido que lidiar con la EPS Comparta, que, según su mamá, no ha respondido con unas terapias que el menor necesita.

“Mientras él tenga la mente ocupada no molesta por comida”, relata Eunice, "quien hace lo posible por entretenerlo mientras llega la orden de la EPS para someterlo a hidroterapias y un tratamiento para que siga bajando de peso", señala el rotativo.

Un día después de que la noticia se tomó los medios regionales, la Superintendencia de Salud se interesó en el asunto y logró comunicarse con la familia afectada. La idea es investigar por qué la Empresa de Salud no ha atendido este lamentable episodio.
 
En los próximos días se sabrá si la entidad abre una investigación o logra que la EPS atienda, de una vez por todas, al menor.
 
Santiago es el quinto de los cinco hijos de Eunice Fandiño, de 39 años, ama de casa, quien junto con sus hijos vive en la población de Codazzi, en Cesar. “A veces no puedo con él, no camina y me toca tenerlo cargado”, señaló Eunice, quien busca ayuda para continuar con el tratamiento que desde el año pasado recibe su pequeño.
 
Carmen Alicia Solano, nutricionista del centro zonal del ICBF en Codazzi, quien asiste en la parte alimentaria a Santiago, indicó que “el niño necesita las terapias físicas, porque nada se hace con la dieta sino realiza los ejercicios. A sus 22 meses todavía no camina”, relata El Heraldo que ha hecho seguimiento minucioso a este tema.

Dice esta profesional al medio de comunicación que los servicios profesionales los presta al pequeño gracias a un programa de atención del instituto para familias vulnerables. La entidad le entrega 320.000 pesos mensuales a Eunice Fandiño para la alimentación y las necesidades básicas, toda vez que la dieta que requiere resulta costosa para una familia de escasos recursos como la que pertenece.