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El largo camino que le espera al magistrado de la Corte Constitucional. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

Caso Pretelt: así será el juicio contra el magistrado

Estos son los pasos que siguen en el juicio político contra el togado en el Senado. Él asegura que no renunciará.

16 de diciembre de 2015

Con la decisión de la Cámara de Representantes que determinó acusar al magistrado Jorge Pretelt ante el Senado, apenas comienza el vía crucis del magistrado en el Congreso. Ahora se avecina un proceso en el Senado que no deja de ser exótico, pues la cámara alta jamás se había visto sometida a iniciar este trámite.

Tras aprobarse la acusación, el presidente de la Cámara tiene dos días para enviarla al Senado. Allí será recibida por el presidente de la Comisión de Instrucción, que, a propósito, no ha sido conformada.

Allí se nombrará un senador instructor que tendrá que estudiar el caso y presentar un proyecto de resolución que pueda estar en dos sentidos: admitir o rechazar la acusación. En este último caso, deberá proponer la cesación de procedimiento.

Pero de aceptarse la acusación, se remitirá el expediente al presidente del Senado, quien tendrá cinco días para convocar a la plenaria. Sólo en este momento se procederá a la suspensión del magistrado en el cargo y se iniciará el juicio.

Según el reglamento del Congreso, la Cámara de Representantes oficiará como fiscal del caso. Las audiencias prevén la práctica de pruebas, el testimonio de testigos y la presentación de recursos e impedimentos por parte de los senadores.

La decisión del Senado se debe adoptar con los votos de las dos terceras partes de la plenaria. Sólo así se producirá la sentencia.

Si el magistrado Pretelt pierde este juicio político, se le levantará el fuero y las conductas penales serán de conocimiento de la Corte Suprema de Justicia. Por eso, a pesar de la histórica decisión de la Cámara de Representantes, el caso Pretelt apenas comienza.
 
No renunciaré…

 
A balada sonó la respuesta del magistrado de la Corte Constitucional Jorge Pretelt luego de que su colega Jorge Iván Palacio expresó en una carta la necesidad de exigirle su salida del alto tribunal. “No renunciaré”, le contestó enérgico el togado, quien insiste en hacer ver su caso como una emblemática persecución de las instituciones.
 
De hecho, Pretelt dijo que fue demasiado ingenuo al confiar en que la institucionalidad resolvería su caso con transparencia y siguiendo los cánones del debido proceso. Además, asegura que la decisión de los representantes a la Cámara de apoyar la acusación no está exenta de la influencia que, indirectamente, pueden ejercer las altas cortes sobre los parlamentarios.
 
"Quienes consideraban que aún no contaban con información suficiente puesto que no habían podido estudiar a fondo el expediente, se vieron comprometidos a votar por una resolución de acusación por temor a acabar empapelados ante la Corte Suprema y poner en riesgo su curul ante el Consejo de Estado", precisó.
 
Según él, hay abundantes evidencias de las arbitrariedades que se han cometido en su contra en este proceso. Es más, según dijo, la actuación del Congreso en su contra se adelantó de manera clandestina. A su juicio, el interés del fiscal Eduardo Montealegre en perjudicarlo jugó un papel preponderante a la hora de que se examinaran las pruebas en su contra.
 
“Como ciudadano, como jurista, como magistrado de Altas Cortes, respeto pero no me inclino ni respeto ni la arbitrariedad. Y contra mí se han cometido todos los atropellos; me prejuzgaron en los medios, me condenaron ante la opinión pública; mi juez natural, el Congreso de la República, me irrespetó el derecho sagrado y humano a la presunción de inocencia y el debido proceso”, precisó.