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"Castaño está muerto"

Fuentes paramilitares sostienen que fue secuestrado y asesinado dos días después del ataque en su contra en una base de las AUC. Como consecuencia, se pronostican enfrentamientos entre algunas facciones del grupo armado ilegal.

2 de mayo de 2004

"A Carlos Castaño lo mataron en una base de entrenamiento llamada ECA (Escuela de Capacitación Acuarela), ubicada en la finca conocida como La 35, en los alrededores del caserío El Tomate, dos días después de su retención", relata una persona que conoce en detalle los sucesos recientes ocurridos entre las autodefensas. Según las versiones de esta y otra fuente cercana a las AUC recogidas por SEMANA, quedan pocas dudas de que Castaño fue asesinado, así como siete de sus escoltas. Como ya se sabe, sólo dos lograron huir y se entregaron: Jorge Antonio Ramos, alias 'El Tigre', de 21 años, y Jairo Vladimir Rojas, alias 'La Vaca'. El hombre de las autodefensas aseguró que "a Carlos lo tuvieron maniatado, en interiores. Luego de dos días de humillaciones y acusaciones de traición fue ahorcado". Dijo que la acción la había ejecutado personalmente 'Monoleche', también conocido como '18', que fue quien dirigió desde el comienzo el ataque a Castaño, en Rancho al Hombro, en la vía San Pedro de Urabá-Arboletes. Otra fuente dijo que Castaño pasó sus últimas horas en uno de los calabozos de la ECA, ubicada en la vereda San Pablo, en una construcción hecha de cemento y con rejas. "Su enterrador fue el paramilitar conocido como 04". Sin tantos detalles, el ex jefe del Bloque Metro de las AUC, alias 'Rodrigo Franco', también aseguró a SEMANA que Carlos Castaño está muerto y que sólo los autores del crimen tienen idea sobre el paradero del cadáver. (Ver entrevista). Un miembro de los grupos de autodefensa comentó que el cadáver de Castaño fue enterrado en un sitio en inmediaciones de la base donde se le retuvo, pero que luego lo desenterraron y lo trasladaron a un lugar desconocido. ¿Por qué Castaño se descuidó al punto de ser asaltado con tanta facilidad por sus enemigos? La clave parece estar en su jefe de escoltas, 'Cariaca', quien, según se deduce del relato a las autoridades de Jorge Antonio Ramos Montes, apodado 'El Tigre', no se encontraba junto a Castaño el día del ataque en Rancho al Hombro. Otra fuente dijo a los medios que "Cariaca se le torció" al jefe paramilitar. Según las indagaciones de SEMANA, 'Cariaca', de 23 años, hijo de un paramilitar muerto en un combate en el que también hirieron a 'Monoleche', era miembro de la escolta personal de Castaño desde hacía varios años. "Fidel Castaño prácticamente crió a 'Cariaca' y por eso Carlos lo reclutó y era de su confianza", relató otra fuente. Varias de las personas conocedoras del mundo paramilitar consultadas por SEMANA coincidieron en que 'Cariaca' "se vendió a quienes planeaban el atentado", como dijo una de ellas. Sus versiones son comunes al asegurar que las tropas para el ataque las habían desplazado del frente Abibe, hacía más de 10 días. "Sólo esperaban una oportunidad en la que 'su hombre' les informara el itinerario de Carlos para las siguientes 24 horas, pues él cambiaba constantemente las rutinas y los sitios de reunión, y sólo su jefe de escoltas podía saber qué planes tenía para el día siguiente", dijo otra. Personas que trataron a Carlos Castaño en los meses previos a su desaparición afirman que se había transformado desde que nació su hija con Kenya Gómez, su última esposa y quien, ante la inminencia del peligro que corría, abandonó el país hace una semana. "Se volvió un hombre obsesionado con desmontar lo que llamaba 'un producto que nos salió chimbo", dijo alguien que lo vio en sus último días. "Tuvo el poder para ser uno de los hombres más ricos del país y a su muerte sólo tenía con qué escasamente costear su seguridad". Sube la temperatura El pasado lunes 26 de abril esta redacción recibió un comunicado de un grupo que se identificó como Colombia Libre de Narcotraficantes, Colina. En el documento la supuesta organización relató estar compuesta por 16 personas -con rango de comandantes dentro de las AUC- dispuestas a revelar los secretos que Castaño, según su versión, dejó a salvo y de manera compartimentada entre varias personas de su confianza. 'Colina' advirtió que denunciaría la relación entre narcotraficantes, autodefensas y políticos corruptos y que respondería por la vía militar, de ser necesario. Al tiempo, indicó que en Urabá ya se preparaba una agresión de las AUC contra el Bloque Élmer Cárdenas, cuyo jefe es Alfredo Berrío, 'El Alemán', hoy por fuera de la mesa de negociación con el gobierno. Fuentes en esa región dijeron a SEMANA que en efecto había una concentración de tropas en el sitio El Volcán, cerca de San Pedro de Urabá, y en El Carmelo, entre los municipios de Canalete y Arboletes. Al ambiente enrarecido que produjeron estos anónimos se sumó la denuncia la semana pasada del gobierno de que habría un plan, de sectores del narcotráfico y de las AUC, para atentar contra el presidente Álvaro Uribe. Las AUC respondieron que no existe ningún plan para atentar contra el Presidente y expresaron su interés de seguir en la mesa de negociaciones, aunque, como lo calificó el propio jefe militar de esa organización, Salvatore Mancuso, el proceso se encuentra en su momento más crítico. En efecto, luego de que el gobierno les exigió a las AUC que pasaran a concentrar sus tropas para hacer viable la verificación del cumplimiento del cese del fuego por parte de la OEA y ratificó que la extradición no es negociable, se ha escuchado más de una voz descontenta dentro de ese grupo armado ilegal. El gobierno, como lo dio a entender el ministro del Interior y de Justicia, Sabas Pretelt, al interpretar las declaraciones de Mancuso como una expresión de interés de las AUC en ajustar y seguir adelante con el proceso de paz, está de todos modos tratando de mantener vivo el proceso, aun con Castaño muerto. Incluso SEMANA supo que en una reunión privada, en Medellín, el martes 27 de abril, un funcionario clave de la administración Uribe en el tema de la paz reconoció con crudeza que Carlos Castaño "ya no tronaba ni sonaba" en la negociación y que era visto por los demás jefes 'paras', incluso, "como un aliado del gobierno". No va a ser tarea fácil porque la muerte del jefe paramilitar, de confirmarse, va a producir remezones en la organización, que a juzgar por los personajes de los que se trata, y el nivel de violencia que manejan, se harán sentir por fuera de esta. Si algo dejó en claro la amarga experiencia reciente de la negociación con las Farc es que es una misión imposible mantener un proceso de paz andando con un actor ilegal, si éste persiste en su violencia armada contra la sociedad.