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Cayó la banda de los Rolex

Con pistola en mano robaban costosos relojes en el norte de Bogotá. Entre sus víctimas recientes estaba el exarquero de la Selección Colombia, Faryd Mondragón, quien fue atracado en un almacén de ropa a plena luz del día.

10 de agosto de 2017

Este jueves la Fiscalía anunció una serie de capturas que dejarán tranquilos a decenas de habitantes del norte de Bogotá. El ente acusador notificó que tras varios meses de una investigación adelantada con la Sijín de la Policía Metropolitana de Bogotá, arrestó a los integrantes de una peligrosa red de delincuentes que sembró el terror en gran parte de la capital.

Conocidos como la banda de los Rolex, se trataba de un organizado grupo delincuentes que con pistola en mano y violencia asaltaba a sus víctimas para robarlos. Su especialidad eran costoso relojes, en especial, los de una marca en particular de donde obtuvieron el alias con el que las autoridades denominaron la banda.

En los primeros meses de este año los delincuentes protagonizaron cinematográficos atracos. Desde ese momento el grupo contra atracos y varios investigadores fueron desplegados por el comandante de la policía de Bogotá, el general Hoover Penilla, para dar con ellos. Durante varias semanas los sabuesos acudieron a sus fuentes y realizaron vigilancias con agentes encubiertos con el fin de dar con los delincuentes.

Fue así como lograron establecer que para tratar de bajar su perfil y despistar a las autoridades los tres integrantes de la banda decidieron establecerse en Medellín. En esta ciudad también cometieron varios atracos. Sin embargo, gracias a los seguimientos, el pasado 6 de agosto la policía con la colaboración de la fiscalía los localizó y los arrestó.

A comienzos de mayo pasado SEMANA había contado cómo operaba y cuál era el impacto que estos delincuentes estaban teniendo sobre la seguridad ciudadana.

La banda de atracadores actuaba de forma violenta y coordinada. Su objetivo es uno solo: costosos relojes. Su lugar de ‘operaciones‘ está localizado es un sector específico del norte de Bogotá que va desde la calle 69 hasta la 93 entre carreras 5 y la Caracas. En estos lugares están algunos de los barrios más exclusivos y concurridos de la capital, como las conocidas zona G, T y el parque de la 93, entre otros.

Una de las víctimas más recientes de este grupo de delincuentes fue el exarquero de la Selección Colombia, Faryd Mondragón. El pasado 20 de abril, a plena luz del día, el jugador estaba cerca a las inmediaciones del Centro Andino en un almacén de ropa. Un hombre con pistola en mano entró y tras apuntarle le exigió que le entregara el costoso reloj que el ex guardameta portaba. Tras despojarlo, el ladrón salió y abordó una moto que lo esperaba y escapó escoltado por otras dos motos en las que iban cuatro cómplices. Mondragón fue la víctima más visible de esta banda. Pero no ha sido el único.

En mayo al menos cuatro hombres más fueron víctimas de esta banda especializada en robar relojes de alto costo. A comienzo de ese mes en la carrera novena con calle 78, cerca al Gimnasio Moderno, un comerciante que caminaba por la acera fue cercado por dos motos en las que iban cuatro hombres. Dos de ellos descendieron y tras encañonarlo lo despojaron de su Rolex avaluado en 15.000 dólares. A pocas cuadras, un grupo de escoltas presenció la escena y se desató una balacera entre ellos y los asaltantes. Nadie resultó herido.

La última víctima conocida de esta banda se conoció la semana pasada. Se trataba de un ejecutivo que viajaba en su camioneta con su conductor rumbo a su casa. Estaba siendo seguido por un carro y una moto. Lo cierran. Los encañonan y en menos de un minuto le roban el reloj que costaba más de 10.000 dólares.

No se trataba de una banda de atracadores cualquiera. Su modus operandi comienza por una especie de labor de inteligencia sobre sus víctimas. Los delincuentes acudían a los restaurantes, a las áreas comunes de los centros comerciales o sobre la vía pública. Allí analizaban qué tipo de reloj llevan las personas y de esa forma establecen su blanco. Una vez el ‘marcador‘, que es como se conoce a quien hace esa labor, determina quién porta ese reloj, le avisaba a sus secuaces quienes discretamente comienzan a seguir al incauto. Lo perseguían hasta cuando veían el momento oportuno para lanzarse como una jauría y atacarlo.

Otro de los métodos usados consistía en que en algunas de esas zonas hay vendedores callejeros que ofrecían relojes en las esquinas. Ellos buscaban a una persona, le mostraban su mercancía y le pidían al incauto que les dejara ver qué tipo de reloj utiliza. Ingenuamente muchos cayeron en la trampa sin saber que esa es la primera fase de un atraco.

Aunque varias de las víctimas usaban Rolex, esta no es la única marca de relojes que buscaba la banda. Otras similares y costosas estaban en las listas. Estas joyas que en promedio pueden rondar los 15.000 dólares eran vendidas por la banda en el centro de la ciudad y allí eran comercializados en establecimientos en donde fueron revendidos por entre 1 o 3 millones de pesos.