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Tregua con el ELN: humo negro

Pese a los insistentes llamados de la sociedad caducó el primer tiempo para extener el cese al fuego. Sobre la Mesa de Negociación recaen el cambio de ritmo y los ejes que se abordarán en este nuevo ciclo.

9 de enero de 2018

Termina el cese al fuego con el ELN sin acuerdo de su renovación. Se quedaron sin eco los llamados que hizo la sociedad civil para proteger el activo más importante que arrojó la Mesa de Negociación desde que se instaló. Este 9 de enero, como se tenía previsto, caducó la primera posibilidad que se tenía a la vista para extender la tregua.

En medio del conflicto, con la antesala de un enfrentamiento con disidencia de las Farc en Nariño, arranca el quinto ciclo de diálogos con un equipo negociador renovado. En saco roto cayó la propuesta que enviaron organizaciones como: La Paz Querida, Indepaz, la ONU, el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz y una carta enviada por más de un centenar de académicos, escritores, empresarios, víctimas y congresistas a los negociadores del Gobierno y el ELN.

Aunque el país, por primera vez en este proceso, hizo pública la necesidad de conservar cualquier esfuerzo en pro de desescalar el conflicto, la decisiones siguen siendo exclusivas de la Mesa. Sobre ella recae el cambio de ritmo y los ejes que se abordarán en este nuevo ciclo que tiene en su coración la interlocución social.

"Bienvenido el nuevo ciclo de conversaciones con @ELN_Paz. Su primera tarea será la extensión del cese bilateral del fuego para proteger el proceso de vaivenes electorales. Así mismo, hacer realidad mesas humanitarias regionales para protección de líderes sociales", trinó el expresidente Ernesto Samper.

A diferencia del proceso con las Farc, en este caso se trata de un medio para alcanzar un fin. Es decir, con la tregua bilateral que suscribió por primera vez la guerrilla en 26 años, se busca crear condiciones más propicias para avanzar hacia un acuerdo de paz. En el mar de escepticismo sobre el que flota la mesa, por cuenta de las violaciones al cese al fuego, las declaraciones del ELN y las advertencias del Gobierno; prorrogarlo es un alivio para algunas regiones del país y abstrae la guerra de la contienda electoral que comienza a calentar motores.

"No renovar el cese al fuego no sólo afectaría confianza en el proceso de paz sino que tendría consecuencias humanitarias desastrosas. Sería muy difícil entender que no fuera renovado", manifestó el abogado Rodrigo Uprimy. Pero no es el único que está parado en esa línea. Para el analista Víctor de Currea Lugo "es altamente preocupante que las múltiples voces de la sociedad y de las regiones no hayan sido escuchadas. Esperábamos declaración del Comando Central. Desde 2014 el ELN pidió un cese bilateral, lo obtienen y lo finalizan. Muy difícil de entender su postura".

El jefe del equipo negociador del ELN, Pablo Beltrán, por su parte, dijo este martes a Caracol Radio que espera que la mesa de diálogo que debía reanudar sus actividades en la capital ecuatoriana, pero que las aplazó para mañana, evalúe el cese al fuego para programar otro. Beltrán considera necesario revisar lo que funcionó y lo que no en el primer cese el fuego bilateral pactado con el ELN para mejorarlo y "darle continuidad".

Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos anunció este fin de semana no sólo a los nuevos integrantes del equipo negociador del Gobierno tras la renuncia de quienes estuvieron al frente del proceso en 2017, sino que dejó abierta las posibilidad de continuar con la tregua.

"Estamos más que dispuestos a prorrogar el cese al fuego con el ELN y a renegociar las condiciones de un nuevo cese", manifestó sobre esa medida, cuya continuidad reclaman diferentes sectores de la sociedad.

Pese a que todavía no hay cifras consolidadas de la tregua, de acuerdo con el CERAC se sabe que el ELN la ha violado dos veces con el asesinato de un líder indígena en Chocó –por el que la guerrilla se disculpó– y la masacre perpetrada en Magüí Payán (Nariño), que dejó 13 muertos. No se han presentado enfrentamientos con la fuerza pública. Los secuestros pasaron de ser el 46 por ciento del total de registros en 2016 a 51 el año pasado. Y mientras en 2016 hubo 62 atentados contra oleoductos en Caño Limón-Coveñas, durante el cese no ocurrió ninguno.

Bajo este contexto, la canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, informó que las delegaciones del Gobierno y el ELN analizarán la posibilidad de "sostener y prolongar" el cese al fuego bilateral. "Ventajosamente hay la decisión y la voluntad política de ambas partes", dijo Espinosa, que no profundizó pero dijo que espera que la medida se concrete al término del nuevo ciclo de diálogo.

La Conferencia Episcopal y la Misión de Verificación de la ONU también llamaron al Gobierno y a la guerrilla para mantener los logros alcanzados con el cese el fuego bilateral, que permitieron la "reducción de la violencia" durante sus meses de vigencia.

"Un cese bilateral de fuego y hostilidades en el estado del proceso, faltando madurar un acuerdo, no puede ser sino flexible y abierto como el pactado, las partes lo pueden ajustar pero seguirá siendo flexible", señaló Luis Celis, asesor de la Redprodepaz.