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La Universidad de los Andes organizó el conversatorio "Cese al fuego, ¿Qué está en juego?". | Foto: Archivo SEMANA

POLÉMICA

Cese al fuego: por qué sí y por qué no

Desde el principio de los acercamientos de paz el presidente Santos excluyó un cese al fuego antes del acuerdo final. Sin embargo, las FARC han propuesto que se llegue a este acuerdo desde un principio. ¿Qué argumentan los expertos?

4 de octubre de 2012

El cese al fuego es uno de lo aspectos que puede convertirse en el epicentro de la polémica de los acercamientos de paz entre el Gobierno y la guerrilla. Más aun cuando el presidente Santos ha excluido esa posibilidad antes del acuerdo final, y las FARC han manifestado a través de diferentes voceros su intención de contemplar esa alternativa.
 
Con el fin de aportar insumos y de entender los pros y los contras de esa postura, la Universidad de los Andes organizó el conversatorio "Cese al fuego ¿qué está en juego?", el cual contó con la participación de el exministro Fabio Valencia Cossio, del coronel (r) Carlos A. Velásquez y de los profesores Page Fortna y Carlo Nasi.
 
A favor del cese
 
Con base en su experiencia como negociador de paz para el gobierno del expresidente Andrés Pastrana en los diálogos del Caguán, el exministro Fabio Valencia Cossio señaló que "en el caso colombiano es muy difícil negociar en medio del conflicto".
 
Al respecto, recordó que la zona de distención del proceso de 1998 se dio en un país "donde se seguía secuestrando, extorsionando y atacando a la población civil", lo cual, dijo, llevó a una pérdida de credibilidad y de confianza, y a la postre al fracaso de los diálogos.
 
El exministro del gobierno de Álvaro Uribe llamó a su vez la atención sobre dos conceptos diferentes referidos por la expresión "cese al fuego". Una cosa es 'parar la guerra' desde el punto de vista militar, y otra el 'cese de hostilidades', que tiene un sentido más humanitario.
 
Así, "en gracia de la discusión podría postergarse el cese al fuego, pero si debería haber un cese de hostilidades" que debe ser unilateral y corresponde a la guerrilla, que es la que hostiga a la población civil, con violaciones a los derechos humanos y destrucción de la infraestructura.
 
Cossio llamó a su vez la atención sobre la importancia del tráfico de estupefacientes para las FARC, que ha desdibujado su carácter político, y señaló su percepción de que solo está negociando “una parte de la guerrilla mientras que por fuera hay un sector recalcitrante, muy apegado al narcotráfico, que no ve con buenos ojos internamente el proceso”.
 
Suspender las misiones Beta
 
Desde una perspectiva estratégica, el coronel retirado Carlos A. Velásquez advirtió por su parte sobre "el juego de la guerrilla según el cual es el Gobierno el que no quiere terminar el conflicto", lo cual puede ser un mensaje que puede favorecer a las FARC desde el punto de vista político.
 
Adicionalmente, Velásquez puso de manifiesto que un eventual cese al fuego puede ayudar a restablecer el concepto de seguridad "oscurecido hasta la fecha", que debe tener su centro a la sociedad civil y sus recursos. "Llevamos más de ocho años confundiendo seguridad con guerra". 
 
En plata blanca, la propuesta del coronel consistió en "buscar acuerdos públicos o confidenciales para ‘desescalar’ paulatinamente la intensidad militar del conflicto". ¿Cómo?
 
Por un lado, precisó Velásquez, en el apoyo aéreo (aerotáctico) empleado para atacar a los guerrilleros que van a pie existen misiones de tipo Beta -con metralla y bombardeo con armamento pesado- y de tipo Alfa -solo con metralla. "El gobierno podría ofrecer la suspensión, no la eliminación, de misiones Beta durante las negociaciones sobre los campamentos".
 
A cambio, la guerrilla se comprometería a suspender "asaltos a puestos de policía o bases militares permanentes o temporales ubicadas no más lejos de un kilómetro de áreas pobladas, sean estas cabeceras municipales, veredas o corregimientos".
 
Esta parte del proceso podría acordarse por tres meses. "Luego pueden también suspenderse las misiones Alfa en cualquier situación, excepto si la guerrilla está copando una organización militar o policial que ejerce operaciones no ofensivas, sino de control y seguridad disuasiva".
 
Por su parte, la guerrilla suspendería como contraparte sus ataques contra la infraestructura energética y vial.
 
En contra del cese (por ahora)
 
"La situación militar de las FARC, la forma en que se optó por una agenda aterrizada, realista y acotada, y -paradójicamente- el tema del cese al fuego dan razones para ser optimistas", afirmó por su parte el profesor Carlo Nasi. ¿Por qué?
 
Nasi recordó que dos de las tres veces que las FARC suspendieron las conversaciones del Caguán lo hicieron por actos de violencia generados por los grupos paramilitares, erosionando la confianza pública y con ella las posibilidades de concretarse del proceso.
 
Aunque en su exposición fue enfático en que el sentido común invita a desear el final de las acciones violentas que podría generar un cese al fuego, el profesor Nasi recordó que la historia de las FARC está repleta de violaciones a las dos treguas que han declarado.
 
Además de la previsible y perturbadora violencia, un cese al fuego daría pie a que a cada acto violento aparezcan sectores ‘antiproceso’ de paz subrayando el engaño y desgastando el proceso. A su vez, señaló Nasi, los perturbadores también pueden venir de "una derecha muy fuerte, sobre todo representada por los sectores uribistas, que cada vez que hay un acto violento por parte de las FARC" sale a realizar afirmaciones alarmistas. 
 
"Frente a esto es preferible que solo haya factor de perturbación por la violencia y no con el engaño que seguramente sucederá", concluyó este especialista en el impacto de los acuerdos de paz entre Estados y grupos guerrilleros en América Latina.
 
Por su parte, el coronel Velásquez, llamó la atención sobre el desgaste que producen en un cuerpo militar largo periodos de inactividad, y sobre la oportunidad que constituiría para la guerrilla de "recuperarse y sobreponerse en la correlación de fuerzas negativas, y la desmotivación de las fuerzas oficiales".
 
Velásquez señaló sin embargo que si bien en ese argumento hay una gran parte de verdad, la desmotivación también afecta a los miembros de las FARC, "de modo que la inactividad militar de la guerrilla en el fondo es perjudicial para su motivación de combate, sobre todo si llegara a haber por delante un compromiso de tipo político".
 
El análisis de Page Fortna
 
Page Fortna, de la Universidad de Columbia y experta en la durabilidad y la consolidación de la paz tras conflictos armados, realizó por su parte un análisis de las variables que favorecen la consolidación de los procesos de paz, que aplicó a la situación colombiana.
 
Con base en su estudio de 94 conflictos en diferentes países del mundo, esta especialista encontró que la larga duración de la guerra colombiana es un factor que favorece un buen desarrollo de su proceso de paz.
 
Son también parámetros que invitan al optimismo que el país sea una democracia, que esté relativamente desarrollado y que su conflicto no esté basado en elementos de identidad.
 
Según el mismo análisis, la profesora Fortna identificó como elementos adversos la imposibilidad de una victoria militar absoluta por parte de alguno de los contrincantes, la alta tasa de mortalidad que ha caracterizado el conflicto y la cantidad de insumos ilegales que pueden alimentar los presupuestos bélicos. 
 
Otros elementos desfavorables identificados por Fortna son las dificultades geográficas del territorio y la acumulación de diálogos fracasados.