CICR se desmarca del 'conejo' que las FARC le hicieron al gobierno

Luego de la tormenta política que desataron las imágenes de tres delegados de las FARC en el corregimiento Conejo, en La Guajira, escoltados por guerrilleros armados, una de las partes esenciales en el proceso de paz se pronuncia.

Desde cuando se dio inicio a los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC, el CICR actúa como intermediario neutral. Tras el escándalo que produjo un acto político de las FARC con armas y el rechazo del jefe negociador Humberto de la Calle, el CICR se desliga este sábado de las decisiones políticas que se dan durante el proceso.

En un comunicado de cinco puntos ese organismo internacional explica en detalle que el movimiento del grupo de integrantes de las FARC se dio por “petición explícita de ambas partes implicadas, el Gobierno de Colombia y las FARC-EP, que depositaron su confianza para que, en su papel de intermediario neutral y con toda la confidencialidad y profesionalismo, el CICR realizara este movimiento”.

Además resalta que su papel “se limita a realizar el acompañamiento logístico y no decide sobre las actividades que realizan los negociadores durante estas visitas”.

Uno de los puntos que confirma lo revelado por Semana.com el pasado viernes es que el CICR “continúa a la espera de que las partes lleguen a un acuerdo para llevar a cabo la operación de traslado de estas personas a Cuba”. Pese a la advertencia del Gobierno para que esos delegados vuelvan inmediatamente a La Habana, el movimiento no se ha hecho y por ello siguen en Colombia.

En su último punto el organismo dice continuar dispuesto para brindar sus buenos oficios para ayudar a que llegue a buen puerto el proceso de paz.

A pesar de la aclaración, las reacciones de diferentes sectores siguen teniendo eco en el marco de este hecho que empañó en la opinión pública las labores de pedagogía por la paz que venía haciendo esa guerrilla.