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Vía Buenaventura | Foto: Luis Ángel Murcia

TRANSPORTE

Los líos de la vía a Buenaventura

Esa carretera del Valle, por donde se mueve la mitad de las exportaciones del país, estará cerrada 13 horas diarias durante seis meses. ¿Por qué?

26 de junio de 2015

La carretera que conduce a Buenaventura no deja de ser una paradoja. Pese a ser una de las vías más importantes de Colombia, que mueve la mitad de las exportaciones, sigue envuelta en polémicas y sumando penosos récord.

Primero se convirtió en el proyecto de infraestructura vial más “diabólico”, tal como lo catalogó el presidente Santos, ya que en tan solo 118 kilómetros de vía, (Buga-Buenaventura) aparecen 13 firmas en cuatro contratos de obra y dos concesiones.

Pese a ello, la entrega de esa carretera en doble calzada padece una de las demoras más vergonzosas en la historia reciente del país. Se contrató en el 2008 y su entrega estaba prevista para el 2013, pero debido a los incumplimientos, si acaso estará lista en el 2018.

Para rematar, ese proyecto vial está lleno de controvertidos lunares como el de tener la concesión vial más extensa del país, la cual durará 660 meses, es decir, 55 años, y absurdos inimaginables como el que un mismo tramo carreteable tenga dos contratistas, uno para rehabilitar la vieja calzada y otro para ampliar la nueva.

Y si todo lo anterior no era suficiente, a esa vía le salió otra perla reciente que tiene con los pelos de punta al gremio exportador, los transportadores y el comercio valluno: Para agilizar los trabajos de construcción en el tramo seis (Loboguerrero-Mediacanoa), Invías autorizó el cierre total de la vía durante 13 horas diarias (de 7:00 a. m. a 20:00 p. m.) por un período de seis meses.

En plata blanca eso quiere decir que la vía estará cerrada en promedio 90 días. La polémica medida se hará efectiva a partir del primero de julio próximo y, como era de esperarse, agremiaciones como Andi, Cofelcar y empresarios del Valle pusieron el grito en el cielo, “aún no entendemos cómo un tema tan sensible no se concertó”, expresó Víctor Julio González, gerente de la Sociedad Portuaria de Buenaventura.

Desde cuando se conoció la noticia, los gremios han realizado tres reuniones de alto nivel con el Gobierno y este nombró un gerente logístico para coordinar el tema, pero lo que está claro es que los cierres son inevitables para terminar la vía, “sin este cierre, la construcción tardaría siete años”, explicó el vicepresidente Germán Vargas en una de esas reuniones.

El lío es que se deben dinamitar varias montañas para remover 5,4 millones de metros cúbicos de roca y tierra. Y ese trabajo lo realizarán en el día y no en la noche, como sería lo indicado, porque la licencia ambiental no permite detonaciones nocturnas debido a que en el entorno viven comunidades.

Pero transportadores y empresarios piden que se disminuya el número de horas y se liberen aquellos días de mayor movimiento de carga. En el informe que presentaron la ANI y el concesionario sobre flujo de tránsito, se nota claramente que varias de las decisiones se basaron en datos del primer semestre del 2015, pese a que los cierres se harán en el segundo semestre, que es la época del año que presenta varios días a la semana de mayor congestión portuaria.

Pero hay otro lío: tal como están los horarios, los tractocamiones no pueden avanzar en el día “y resulta que la mayoría de la carga que movemos está asegurada y la póliza nos prohíbe conducir en las noches”, argumentó Juan Carlos Ramírez, vocero de Asociación Colombiana de Camioneros (ACC), en esa zona del país.

Lo irónico de la polémica actual es que los cierres de esa carretera no son nuevos y, por el contrario, cada año son el pan de cada día ya sea por atentados de la guerrilla, paros camioneros, derrumbes invernales, protestas comunitarias o hasta un simple accidente de tránsito. Sólo por citar un caso, en el 2006 esos cierres sumaron 45 días.

La paradoja es que ahora los cierres se deben hacer de manera programada para superar todos esos inconvenientes que le han servido para ganar mala fama. De ahí surge la famosa frase entre los propios transportadores “en un viaje Bogotá-Buenaventura sabemos cuándo salimos, pero no sabemos cuándo regresamos”. Y recientemente el medio británico BBC publicó un artículo en el que parodiaban una cruda realidad: resulta más barato llevar un contenedor de Colombia a China, que transportarlo desde Bogotá hacia Buenaventura.

En conclusión, el próximo semestre la carretera hacia el puerto de Buenaventura seguirá siendo un nudo gordiano con 3.000 tractomulas paradas todos los días a un costado de la vía.