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CITA CON PACHECO

Rueda de prensa del M-19 en el Capitolio parece anticipar la legalización del movimiento

8 de noviembre de 1982

La aparición oficial y legal del M-19 en la rueda de prensa del 6 de octubre, mostró que las consecuencias de la amnistía se están anticipando a la propia materialización de ésta.
Aunque el espectáculo no fue en la Media Torta sino en el Capitolio, contó con la animación de Pacheco y con la emoción de un Sabariedades.
Los protagonistas, siete máximos dirigentes del M-19, hicieron su aparición saludando de abrazo a quien oficiaba de anfitrión, Germán Bula Hoyos, y a los demás parlamentarios presentes, con quienes aspiran, según declaraciones de Ramiro Lucio, a compartir escaños a partir de las, próximas elecciones.
Esta conferencia del 6 de octubre se transformó en los hechos en el lanzamiento legal del M-19 como partido político, y en ella sus dirigentes se presentaron como tales y expusieron lo que serán las bases de su política.
Se trataría, según sus declaraciones, de una orientación "nacionalista, democrática y popular" cuya meta inmediata sería convocar desde los trabajadores hasta los empresarios, pasando por la Iglesia, los "militares progresistas"y el conjunto de los partidos políticos, para un gran acuerdo nacional que garantizara la apertura democrática.
En medio de su entusiasmo patriótico, los dirigentes del M-19 hablaron de las armas y del monte casi como de un espejismo en la memoria. La nueva imagen que presentaron llevó a algunos observadores a opinar que la declaración que en días pasados hiciera Bateman, en el sentido de que tras la amnistía conservarían las armas como garantía de la paz, quedaba reducida a una mera frase simbólica, la necesaria para "salvar el honor".
Aunque sería prematuro augurar éxitos o fracasos para esta corriente política recién asomada a la legalidad, puede decirse, sí, que cuenta con un grado no despreciable de simpatía, que logró gracias a la espectacularidad de algunas de sus acciones. Sin embargo, hay quienes aventuran la opinión de que el M-19 puede perder su carisma cuando cambie los tiros por los discursos y el uniforme de combate por la corbata, y que va a encontrar, como mínimo, difícil competir por un espacio político que es, en último término, el mismo que hoy llena y personifica el propio presidente Betancur. Pero si la aceptación de la amnistía y la consecuente legalización puede significarle a esta corriente senos riesgos para su rentabilidad política, aparece en todo caso como la única salida viable que tenía por delante. Un balance retrospectivo indicaría que la resonancia de sus éxitos propagandísticos había tendido a bajar de tono durante la última época, opacada por las derrotas militares sufridas por el grupo, que incluían la frustración del más audaz de sus planes, la entrada de hombres y armas por el litoral Pacífico.
El paso a la legalidad implicará para el M-19 todo un proceso de readaptación no sólo de su política sino también de su estructura interna. La noticia dada a conocer por "El Siglo" sobre la nueva cabeza del movimiento podría obedecer a estos cambios: la máxima figura pasaría a ser Andrés Almarales, ideólogo y hombre de ideas, mientras que sobre la ubicación de Bateman, el guerrero, queda planteada una incógnita.
Todo parece indicar que esta amnistía, si se logra cristalizar como promete, cobijará al M-19 y como mínimo al más importante sector de las FARC, el que responde a sus dirigentes históricos Jacobo Arenas y Manuel Marulanda, quienes han manifestado su inclinación favorable a la propuesta.
Si esto resulta así, podrá hablarse de un gran éxito, independientemente de la decisión que finalmente tomen grupos como el ELN, el EPL y el ADO --hasta ahora reticentes-- los cuales posiblemente no signifiquen, todos juntos, ni el 15% de los alzados en armas en el país.--