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CITA EN CANNES

Con una cinta sobre el sicariato, Colombia vuelve al festival de los grandes del cine.

21 de mayo de 1990

De pronto en este país, en el que hasta un ministro de Comunicaciones llegó a decir que solo habia que hacer cine comercial porque lo otro era un desperdicio de dinero, sus habitantes se despiertan leyendo que una-pelicula de un colombiano, "No futuro", fue seleccionada para participar en la muestra oficial del Festival de Cannes, evento que con el de Berlin son hoy los certamenes mas importantes de cine de autor en el mundo.
Victor Gaviria, el creador de No futuro, un paisa descomplicado y afable perteneciente a las nuevas generaciones de cineastas, fue seleccionado para representar a Colombia en el Festival del presente año, por primera vez desde cuando "Cóndores no entierran todos los días", de Francisco Norden, fue exhibida en el mismo escenario y premiada con una Mención en la categoria de Opera Prima. Al lado, y en competencia hombro a hombro, con directores como David Lynch, Alan Parker, Clint Eastwood, los hermanos Paolo y Vittorio Taviani y Jean Luc Goddard.
No futuro habla de un país desde sus entrañas. Gaviria camina junto a adolescentes de las barriadas de Medellin y va armando poeticamente vivencias de una generación sin futuro.
La moto y el arma son elementos necesarios para sobrevivir y la muerte es otro compañero cotidiano, algo tan natural como la vida. No es una mirada pornomiseria para vender en el exterior. Fue hecha por sus mismos protagonistas, actores naturales que habitan las laderas de Medellín. Con ellos y entre ellos, Gaviria hizo los guiones y rodó la película. Durante la filmación fueron encarcelados varios de los protagonistas y hasta ahora --cinco años después de iniciado el trabajo--cuatro de ellos han muerto en la vida real en hechos violentos.

Lo que hace Gaviria en esta pelicula es construir, no con palabras sino con personajes e imagenes de carne y hueso. El agua, las luces de la noche, la silueta de una ciudad que se desdibuja al verla desde las empinadas calles de los barrios proletos. Y viene la acción. Un rock duro, pesado y a la vez acelerado que se mete por todos los fotogramas. Robos y bala. Pero tambien ternura y solidaridad. E, inclusive, una ética propia. No Futuro recuerda que nuestra realidad es mas compleja que los titulares tendenciosos con que nos bombardean a diario. En últimas, el filme es un pedazo de nuestra realidad: la historia de quienes son instrumentos de la muerte en una Colombia azotada por la violencia. Hijos legitimos de esta sociedad.

NARRATIVA PROPIA
Una característica de No futuro es su forma narrativa particular, no comercial. Se trata de un continuo sin aparentes eclipses o climax en el relato. Como apoyo técnico y visual esta la labor en la imágen de Rodrigo Lalinde, Olmo Cardoso y Jorge Mario Alvarez, quienes logran que la intención conceptual del director tenga su correspondencia en lo que se ve.
No es una película fácil. Por su tema y su forma causa cierto desasosiego. Como elemento negativo habría que anotar fallas en el sonido, cortes, interrupciones. Aunque la película es interesante por su temática, no hay que olvidar, sin embargo, que se trata de cine tercermundista con las implicaciones que esto tiene. Los que esperan una producción de Hollywood para entretenerse saldran desilusionados, porque lo que encontraran sera simplemente un documental extenso que si bien trata un tema serio tiene todas las fallas técnicas que imponen los presupuestos reducidos y la falta de trayectoria de nuestra cinematografía.

Pero esto no disminuye su mérito. Victor Gaviria es un poeta, cineasta autodidacto, que empezó a trabajar con las uñas a partir de la necesidad de expresarse. En 1985, bajo la administración de María Emma Mejía en Focine, ganó el premio en el concurso de guiones y comenzó a rodar la película "Rodrigo D", que luego se llamaria No futuro y que finalmente seria coproducida por Focine con Tiempos Modernos y Foto Club 76. En trabajos anteriores suyos se destacaba la presencia de un director con afan de penetrar en el alma de los personajes: Habitantes de la noche, Que pase el aserrador, Los músicos, Poetas en Medellín y Darío Lemus, un retrato, se cuentan entre sus anteriores obras.