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Clara López | Foto: Guillermo Torres

ELECCIONES 2015

Clara López ya es candidata a la Alcaldía de Bogotá

El principal reto de la candidata del Polo será mantener la continuidad de la izquierda, tras 12 años en el poder en la capital.

23 de julio de 2015

“Este es uno de los días más importantes de mi vida política”, dijo Clara López al inscribir oficialmente su candidatura a la Alcaldía de Bogotá. Es la primera vez que lo hace, pese a que ya fue la mujer que más tiempo ha durado en la alcaldía, seis meses, y en calidad de encargada, no de elegida. La dirigente capitalina, sobrina del expresidente Alfonso López Michelsen, llevará sobre sus hombros un difícil reto. Mantener la izquierda democrática en el gobierno del segundo cargo de elección más importante del país, después de la Presidencia.

Un reto nada fácil. A Clara López, que no sólo representa al Polo Democrático, sino un frente más amplio de la izquierda, en el que está la Unión Patriótica, parece perseguirla la sombra de tres gobiernos de izquierda, los de los alcaldes Lucho Garzón, Samuel Moreno y Gustavo Petro, muy cuestionados y que para otros sectores de centro y de derecha han supuesto el descalabro de la ciudad.

Clara López fue secretaria de Gobierno de Samuel Moreno, alcalde que terminó preso por el carrusel de contratos en las obras de infraestructura de la ciudad durante su administración. Sus opositores la atacan con dureza por este hecho y le cuestionan que se hubiera callado ante el escándalo de los hermanos Samuel e Iván Moreno. Será un asunto que obviamente seguirá enfrentando en esta campaña, donde también deberá resaltar los logros de los gobiernos de izquierda, incluido el de Petro, al que alguna vez acompañó como fórmula a la Presidencia.

Acompañada por congresistas como Iván Cepeda, Alirio Uribe, Germán Navas Talero y Jorge Robledo, la excandidata a la vicepresidencia Aída Abella, del ex viceministro de Justicia Miguel Samper, hijo del expresidente Ernesto Samper, así como decenas de militantes y hasta unos barristas de Millonarios, la exsecretaria de Gobierno y exalcaldesa dijo que el retroceso para Bogotá sería si la derecha volviera al poder, la cual, en su criterio, está representada en las próximas elecciones por al menos tres candidatos.

"Conozco íntimamente Bogotá y sé que podemos aprender de los errores del pasado, podemos construir sobre los aciertos y podemos gobernar con una visión de futuro. Los meses que fui alcaldesa me dejaron esa lección, asumí las riendas de la Alcaldía en uno de los peores momentos".

Tras 12 años de gobierno de la izquierda en la capital y voces de partidos que reclaman por un cambio de ideología política en el gobierno, la candidata en su discurso de 30 minutos reconoció que Bogotá estaba en una etapa difícil, pero que se debían mantener los cambios en la ciudad.

"Es posible hacer compatible el crecimiento económico con la justicia social", dijo la candidata del Polo, en cuyo programa está la alianza con empresas privadas.

López destacó la labor de antiguos alcaldes, incluso la de Gustavo Petro, de quien dijo que
ayudó a "concienciar a la ciudad por el cambio climático".

Su discurso tuvo cabida para referirse a uno de los candidatos. De Enrique Peñalosa dijo que reconocía algunos cambios en infraestructura, pero cuestionó que no avanzó en la construcción del sistema metro y haya dejado un lío con las losas de Transmilenio.

La inscripción de Clara coincidió con la publicación de una nueva encuesta sobre intención de voto en la capital, realizada por la firma Datexco y publicada por el diario El Tiempo. La candidata del Polo, que lleva meses liderando las preferencias de los bogotanos en esta precampaña, apareció ahora en un empate técnico con Rafael Pardo y Enrique Peñalosa. Pese a que se mantiene en la punta, Clara no ha podido superar el techo del 25 % en el que parece estancada. 

Hace un año, Clara López fue a la Registraduría para inscribirse como candidata a la Presidencia de la República. Sacó la nada despreciable votación de dos millones de votos. Ahora volvió, pero a inscribirse a la Alcaldía de Bogotá, el segundo cargo en importancia en el país, que por lo visto en los últimos años se ha convertido en el premio de consolación de los perdedores en las presidenciales o en trampolín para las mismas.