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Clara Rojas puso una tutela contra la película 'Operación E' porque supuestamente vulnera los derechos de su hijo. | Foto: SEMANA

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La absolución de Crisanto deja un sabor amargo: Clara Rojas

Así califica la exsecuestrada el fallo de la Corte que declaró inocente a quien supuestamente retuvo a su hijo.

17 de diciembre de 2013

Un día después de que la Corte Suprema de Justicia absolvió a José Crisanto Gómez, el hombre que tuvo por seis meses al hijo de Clara Rojas, la exsecuestrada se mostró en desacuerdo con la decisión jurídica. Ella, quien estuvo en cautiverio al lado de Íngrid Betancourt por tantos años y quien parió a su hijo en medio de la selva, considera que el fallo es desafortunado.

“La Corte no estudió en profundidad las circunstancias que se dieron, desestimó totalmente todos los testimonios de los trabajadores del ICBF y de los médicos facultativos. Entonces queda uno con un sabor medio amargo”, aseguró Clara Rojas en entrevista con Caracol Radio. 

Lo que sucedió el pasado lunes 16 de diciembre es que la Corte tumbó el fallo del Tribunal Superior de Villavicencio, que había condenado a José Crisanto a 33 años de cárcel por los crímenes de secuestro extorsivo, fraude procesal y falso testimonio. Sin embargo, la Corte Suprema no encontró pruebas suficientes para vincular al campesino con las FARC.

Pero otra cosa piensa Clara Rojas. Sus dudas surgen porque, a su parecer, José Crisanto sí cometió dos delitos que estaban comprobados: fraude procesal y falso testimonio. 

Según Rojas, José Crisanto incurrió en fraude procesal cuando registró a su hijo ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) bajo otro nombre y con una familia diferente. Mientras habría cometido falso testimonio al indicar que el niño era sobrino suyo, cuando en realidad era el hijo de Clara Rojas. 

“Si al niño lo dejaron las FARC, pues lo entrega. Así habríamos ganado seis meses en los que ni él estaría en este rollo ni el niño habría padecido todo lo que padeció y mi hijo habría recibido la atención médica que no recibió, porque no lo podía atender sin permiso de los familiares”, aseguró Rojas en la entrevista radial.

En cuanto a los vínculos de José Crisanto con las FARC, la ahora aspirante al Congreso de la República tiene la seguridad de que el campesino sí estuvo relacionado con la guerrilla. “Eso es difícil de establecer, pero había al menos 15 testimonios que había tenido la Fiscalía. Él mismo (José Crisanto) reconoce que era una persona que sembraba coca. O sea, sí tenía una relación con las FARC, así fuera a título de sembrador”, opinó Rojas. 

Clara Rojas aseguró que en el expediente que le entregó el ICBF se relata que cuando el niño fue entregado, tenía maltrato severo, quemaduras en el cuerpo y sufría desnutrición. “Mi hijo estuvo en manos de Crisanto por lo menos seis meses. Sus condiciones de salud eran tan graves, que por eso se lo quitaron a José Crisanto, pero ni ahí asume una responsabilidad”, expresó Rojas. 

Por su parte, cuando José Crisanto Gómez habló con Semana.com en marzo pasado, fue enfático en que él nunca maltrató y mucho menos secuestró al niño. “El comandante guerrillero ‘Martín Sombra’ narró cómo al bebé se le fracturó el brazo al nacer y cómo contrajo leishmaniasis. Incluso, él mismo fue el partero. El maltrato viene desde entonces. Yo lo único que hice fue brindarle afecto y cariño a Emmanuel. Yo tenía cinco hijos y ninguno ha sufrido maltrato”. 

Esta posición es respaldada por la Corte Suprema, que, en su sentencia, declara que “la conducta de Gómez Tovar en los hechos que se analizan encaja bien con su versión integral de los acontecimientos, desde cuando los guerrilleros le dejaron al menor enfermo en su vivienda del caserío La Paz […]  coaccionado por las serias amenazas de ese poder armado ilegal, para preservar su vida y la de sus seres queridos, decidió callar la verdad e inventarle un pasado y un nombre a un niño del que después sabría que era el hijo de Clara Leticia Rojas González”.

A pesar de los argumentos de la Corte para fallar a favor de José Crisanto, Clara Rojas se mantiene en su posición de que el campesino sí tuvo una relación con las FARC, y considera que él pudo haber actuado de mejor manera para que su hijo no resultara tan afectado de lo que padeció en la selva.