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Colombia: etnia indígena prohíbe la ablación femenina

Tras años de reflexión, los indígenas embera chamí, una comunidad de 25.000 personas, prohibieron la mutilación genital femenina, que durante siglos practicaron las parteras.

Alianza BBC
4 de diciembre de 2010

Ellas decidían cuándo había que "curar" a las bebés recién nacidas, extirpándoles el clítoris, le explica a BBC Mundo Esmeralda Ruiz, una asesora de género y derechos del Fondo de Población de Naciones Unidas.

A diferencia de países como Egipto, donde la prevalencia de la ablación es del 70 al 90 por ciento, no hay datos fidedignos sobre las mujeres embera chamí que han sufrido mutilación genital, anota Ruiz.

De hecho, la experta le comenta a BBC Mundo, que muchas mujeres embera chamí no saben si les practicaron o no la ablación cuando eran bebés.

La práctica de ablación femenina está muy extendida en África y Asia. Hasta el 2008 se contabilizaban 140 millones de mujeres que la habían sufrido, según Naciones Unidas. El de los embera chamí era el único caso reportado en América Latina, aunque no se descarta que haya pueblos que lo practiquen de manera encubierta.

Muertes

La decisión de los embera chamí respecto a la ablación se comenzó a discutir a comienzos del 2007, a raíz de la muerte de una bebé por la infección que le produjo el procedimiento.

Sin embargo, Ruiz señala que "murieron otras niñas" y que se estima que cada año fallecían tres o cuatro bebés debido a la ablación.

"Los embera chamí identificaron que la ablación violaba los derechos a la vida, la integridad y la salud de las mujeres", indica Ruiz, quien añade que se estima que cada año morían tres o cuatro niñas del pueblo después de la extirpación de su clítoris.

Pero, además, llegaron a la conclusión de que esa no era una práctica ancestral. "Entendieron que es una práctica que vino implantada seguramente por sacerdotes españoles en la época de la Colonia y que no tiene nada que ver con su dios ni con su cosmogonía", subraya.

El anuncio de la prohibición de la práctica se produjo en la ciudad de Pereira, 332 kilómetros al suroeste de Bogotá. En una ceremonia oficial, el Consejo Regional Indígena de Risaralda comunicó que la comunidad decidió sancionar a quienes practiquen la ablación.

Pedagogía

"No fue un proceso fácil", declara a BBC Mundo Gabriel Mujuy, un ex senador que dirige los asuntos indígenas del Ministerio del Interior y de Justicia.

"Cuando comenzó el diálogo nos decían que nos preocupáramos por las muertes que producían el hambre o la desatención en salud. Las parteras se oponían y alegaban que era un asunto cultural", añade Mujuy, quien también es indígena.

Mujuy descarta que la ablación femenina se practique en otros pueblos indígenas de Colombia –donde hay un centenar-, pero anota que existen otras prácticas que "violan los derechos de las niñas y los niños, especialmente el de la igualdad".

El proceso de toma de decisión de los embera chamí implicó hacer pedagogía con las mujeres, los jóvenes, las parteras, los docentes y las autoridades indígenas, explica Ruiz.

Ella considera que es muy plausible que los embera chamí hayan tomado la decisión, teniendo en cuenta el contexto en el que viven, pues se trata de un pueblo muy pobre, que la Corte Constitucional de Colombia declaró en peligro de extinción