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Colombia vs. El Salvador

Joaquín Villalobos, ex militante de la guerrilla salvadoreña FMLN y quien fuera clave en las negociaciones de paz de ese país, dio una conferencia en días pasados en París, haciendo una comparación entre los conflictos de El Salvador y Colombia...

Joaquin Villalobos
8 de octubre de 2001

Joaquín Villalobos, ex militante de la guerrilla salvadoreña FMLN y quien fuera clave en las negociaciones de paz de ese país, dio una conferencia en días pasados en París, haciendo una comparación entre los conflictos de El Salvador y Colombia para dar algunas luces prácticas de cara a cómo abordar el tema. Este es el documento. Estructura de la negociacion en conflicto En el caso de El Salvador, podríamos decir que había una especie de exceso de Estado, teníamos un régimen autoritario, y esto tenía una implicación en la organización del ejército. En El Salvador había un control absoluto del territorio por parte del ejército, mediante una estructura paramilitar de carácter legal. Eso tenía que ver con el contexto fundamentalmente agrícola y otras razones que no hay necesidad de ahondar. Pero quiero referirme a lo que para efectos prácticos he llamado exceso de Estado, en el cual teníamos un ejército de no más allá de unos 12.000 o 15.000 hombres, pero la estructura paramilitar era de 150.000. Con 150.000 hombres desplegados sobre 21.000 Kilómetros cuadrados, no se movía una mosca sin que el general de turno que teníamos de presidente se enterara. Eso obviamente tiene una cantidad de implicaciones en el ejercicio del poder. De eso y otras cosas se origina el conflicto. Este punto es una diferencia sustancial con el caso colombiano. En Colombia, en mi opinión, hay ausencia de Estado. Si hacemos una relación porcentual de cómo era el gobierno de El Salvador bajo el régimen autoritario y cómo es Colombia bajo el régimen democrático, nos daríamos cuenta que en Colombia no existe el poder coercitivo del Estado en gran parte del territorio, lo que tiene que ver también con la densidad de población. En El Salvador el problema era la neutralidad del poder coercitivo y en Colombia la ausencia de este en el campo. En el caso de El Salvador, viendo la naturaleza del conflicto, a pesar de que en las visones menos enteradas del tema se llega la conclusión de que se trataba, digamos, de un conflicto entre una guerrilla radical marxista y un gobierno alineado con los Estados Unidos, la verdad es que la guerra en El Salvador tiene por origen el conflicto dentro del mismo bloque de poder: Era el conflicto entre los terratenientes y los industriales. Antes de que la guerra comenzara en el Salvador, al revisar la historia ustedes verán una larga lista de golpes de Estado, que eran los golpes de Estado que se daban por la disputa del control del ejército entre los terratenientes y los que estaban por la industrialización del país. En eso el peso de los Estados Unidos fue también muy grande. Nuestro conflicto se generó a la luz de cuatro políticas distintas de Estados Unidos. La de Kennedy, con la de la Alianza para el Progreso, que fue estimular los cambios; la de Nixon con "la seguridad nacional", que fue detenerlos y apoyar a los terratenientes; la de Carter que fue la de "derechos humanos" y volvió a estimular los cambios; y la de Reagan, que fue hacer la guerra con lo que llamó "conflictos de baja intensidad". Si a ustedes a una sociedad le aplican una política que dice "¡Cambien!" y luego dice "¡No!", y así sucesivamente, al final lo que van a tener es un conflicto enorme. El conflicto tenía que ver entones con luchas de poder adentro del propio país. Incluso, simplificando, la paz se produce cuando los agro-industriales, que a esas alturas ya eran banqueros, llegan al poder. ¿Por qué? Porque hay prácticamente una coincidencia programática entre las transformaciones que proponía la guerrilla y el grupo que estaba en el Gobierno. Eso terminó en una agenda común de negociación. En ese sentido, en el caso de Colombia, la impresión que yo tengo es que el conflicto es más claramente una conflicto campo – ciudad. Incluso el dato que ahora me dan sobre la proporción de la población urbana en Colombia confirma esa impresión. El Salvador se urbanizó como consecuencia de la quiebra de la agricultura y la guerra y esto ocurre al final. En el caso Colombia, el problema es que más del 74% de la población ya es urbana. El resto es rural, dispersa en un territorio enorme con ausencia de Estado. Obviamente entonces donde no hay Estado, el poder coercitivo surge de otras partes. ¿Por qué surge? Puede ser por la disputa de un recurso natural, la coca, marihuana, las esmeraldas. Cualquier cosa de esas puede originar inmediatamente algo que sustituya al Estado. Ese no era nuestro caso. En El Salvador se dividieron los empresarios, la iglesia, el ejército, los intelectuales; las guerrillas nacen del Partido Demócrata Cristiano, etc. Esa división del poder es la que genera el conflicto. Incluso a la guerrilla entran oficiales del ejército. Es completamente distinto de lo que tienen ustedes en Colombia. Teniendo eso en la base, las estrategias que se confrontan en el caso de Colombia y en el caso de El Salvador también son distintas. En el caso de El Salvador, como era una clara división de la sociedad en sus instancias de poder, el conflicto fue empujado a una modalidad de guerra y negociación. Ambos bandos hacían la guerra en serio y luego pasaron a hacer una negociación en serio. Uno antes, otro después, a veces como recurso táctico primero, eso no importa, porque finalmente el resultado fue la negociación. En el caso de Colombia, la cuestión es distinta. No hay una división en el centro del poder, o mejor, no hay una división acerca de qué hacer con Colombia en el sentido más general, quizás haya división acerca de cómo atender el conflicto. Ustedes no tienen una gran división de la sociedad, como en El Salvador. En El Salvador, era distinta la visión del sector agro-industrial de la de los terratenientes, que ya no tenían ninguna posibilidad de hacer algo con el país. En el caso de ustedes con seguridad existen diferencias, pero en un plano democrático, más manejable. Para darles una idea del fraccionamiento del poder, en el conflicto salvadoreño hay cinco casos muy reveladores: un miembro de las "catorce familias", asesinado por la derecha, por haber intentado una reforma agraria; un ex ministro de educación que llevó la educación media las áreas rurales, le mataron los escuadrones de la muerte; un coronel, jefe de una de las principales guarniciones militares, que se rebeló, y lo mató también la derecha; el arzobispo, que era un arzobispo conservador que venía de la derecha; y seis jesuitas, que educaban a la clase alta. Más claro no está. Es un fraccionamiento del poder. Reflejaba que había una división de qué hacer con el país. Esto no está reflejado en el caso de Colombia, lo que conduce a fenómenos de polarización mucho más graves. A riesgos como la perdida de sensibilidad con relación al otro en la forma de hacer la guerra y a la voluntad de buscar una solución. En Colombia, la polarización campo - ciudad y el modelo de guerra con negociación al no haber descubierto una agenda común conduce a que haya una guerra en serio con una negociación de mentiras y esto sólo conduce a más guerra. Las FARC hace la guerra y no negocia y el Gobierno sólo busca la negociación, incluso con una conciencia culpable sobre la pobreza, etc. Esto lo ha hecho actuar en mi opinión con un cierto grado de ingenuidad. Muchas concesiones sin tener una contrapartida y esto ha sido aprovechado muy bien por las FARC. Si miráramos el espectro de los fenómenos guerrilleros más importantes de América Latina, tendríamos en un extremo a los Tupamaros, como la guerrilla más elegante digamos, la más cercana al fenómeno Robin Hood. El "26 de Julio" también jamás hizo un secuestro más que el de un corredor de carros, que fue una cosa de propaganda. En el Salvador, en el FMLN anduvimos ya en la frontera de ciertas maldades, porque la guerra fue muy larga, muy cruenta, muy difícil. Pero en Colombia, como en el caso de Sendero, la guerra está en el otro extremo. Casi como si fuera la guerra de dos mundos completamente distintos. En la medida en que la confrontación se convierte en un conflicto entre la sociedad rural y la sociedad urbana la disciplina, actitudes y reglas de los bandos son distintas, los entendimientos más difíciles y a veces el rechazo al contrario es mayor. Lea el documento completo