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Seis datos no tan conocidos de la relación entre Colombia y Reino Unido

El presidente Juan Manuel Santos llega a Londres en la primera visita de Estado de un mandatario colombiano a Reino Unido. Natalio Cosoy, corresponsal de 'BBC Mundo' cuenta detalles del vínculo entre ambas naciones.

Alianza BBC
31 de octubre de 2016

"Los ricos se creen ingleses, la clase media se cree gringa, los intelectuales se creen franceses y los pobres se creen mexicanos", bromeaba acerca de sus compatriotas el humorista colombiano Jaime Garzón (asesinado en 1999 por "incómodo", pero esa es otra historia).

Para alguien que pertenece a la élite de este país, entonces, ser el primer presidente de Colombia invitado a una visita de Estado a Reino Unido, entre el 1 y el 3 de noviembre, tiene que tener un sabor más que dulce.

Juan Manuel Santos y su esposa serán recibidos por la Reina Isabel II y habrá también un encuentro entre el mandatario y la primera ministra británica, Theresa May, entre otros eventos.

Será todo pompa y circunstancia (Santos ya había estado en Reino Unido, pero no en visita de Estado).

Santos habla un perfecto inglés y tiene una estrecha relación con Reino Unido, donde estudió en la London School of Economics y fue delegado de la Federación de Cafeteros de Colombia en la capital británica; también es cercano al ex primer ministro Tony Blair, quien colaboró en un libro que escribió el mandatario.

Pero los vínculos entre Colombia y Reino Unido van mucho más allá de la historia particular del presidente – si aquí "los ricos se creen ingleses" ciertamente tiene que haber más.

Esta es una selección de hechos históricos, económicos, sociales, urbanos y culturales que dan cuenta de la relación entre Reino Unido y Colombia, algunos más conocidos que otros (y, como extra, un reciente episodio polémico).

1. La Legión Británica y un préstamo

Aunque en épocas coloniales piratas ingleses, así como la armada de ese país, atacaron el territorio de la actual Colombia (de eso va el episodio polémico del que hablamos más abajo), las cosas cambiaron en la época de la independencia.

En 1817 Londres envió hacia América decenas de navíos con 5.000 soldados voluntarios; en 1819 algunos de estos hombres participaron de la liberación del actual territorio colombiano.

Se los conoció como la Legión Británica, hombres que formaron parte de las huestes de Simón Bolívar.

Pocos quedaron después tras la guerra, dice el historiador británico experto en Colombia Malcolm Deas en un artículo publicado en la revista Semana en 2006. "Nunca después llegaron ingleses en masa", agrega.

Reino Unido contribuyó al desarrollo de trenes en el país: 321 kilómetros de ferrocarril fueron completados por empresas británicas entre 1860 y 1915, de acuerdo con la embajada Británica en Bogotá.

Por otra parte, durante el siglo XIX y hasta 1920 los préstamos originados Reino Unido fueron la principal fuente de financiamiento para Colombia, según datos de la embajada.

En 1822 Francisco Antonio Zea – el entonces el primer vicepresidente del país– negoció con la británica Herrings, Graham y Powles un crédito de 2 millones de libras esterlinas para ayudar al establecimiento de la joven república.

Muchos políticos –y no sólo políticos– que lo sucedieron han sugerido que no fue un gran negocio para Colombia, escribe en su sitio web Matthew Brown, profesor de historia latinoamericana de la Universidad de Bristol, en Reino Unido. De hecho, agrega, consideran que dejó sobrecargada de deudas a Colombia desde su origen.

Según lo investigado por Brown, Zea fue enterrado en la abadía de la ciudad inglesa de Bath, donde murió en el mismo año en que consiguió el empréstito que lleva su nombre.

2. Cementerio Británico de Bogotá

La historia de este lugar está vinculada a la de la Legión Británica, puesto que el terreno del camposanto fue cedido en primer lugar para enterrar a sus soldados.

Más aún, para fabricar la reja de hierro que divide en dos el terreno del cementerio se usaron los fusiles y bayonetas que empuñaron aquellos militares.

El primer terreno para la necrópolis fue cedido en 1825 por el gobierno de entonces. En 1829 encontró su lugar definitivo. Recién más tarde, en 1936, fue inaugurado el Cementerio Central de Bogotá.

En el británico hoy en día sólo se entierran a miembros de esa comunidad. Pero en el pasado protestantes de otros orígenes también fueron sepultados allí, ya que no había lugar para ellos en camposantos católicos; el cementerio también acogió a fieles de la iglesia ortodoxa y judíos.

"Todavía no han muerto en Bogotá suficientes ingleses para llenar el Pequeño Cementerio Inglés", dice Deas en su artículo de 2006. En estos diez años el cementerio sigue con espacios vacíos.

Según la embajada Británica en Colombia, hoy residen en este país aproximadamente 1.000 ciudadanos británicos.

3. Alta sociedad "a la inglesa" y "politeness"

A pesar de que vinieron pocos británicos a Colombia, Deas dice: "Su influencia ha sido desproporcionada frente al pequeño número de inmigrantes registrado".

Quedó, como dice Garzón, esa idea entre las esferas de la alta sociedad bogotana –en particular– de que lo inglés es lo bueno.

Ana María Otero Cleves, profesora del departamento de historia de la Universidad de Los Andes, aclara que las clases altas bogotanas eran selectivas respecto a los usos y costumbres europeos.

"Escogían bien de esa herencia qué les servía como élite", dice a BBC Mundo.
Deas intuye semejanzas en el carácter: "Puede ser que haya cierta afinidad de temperamento entre los ingleses y los colombianos".

No es el único que lo ha pensado. La cortesía a veces desmesurada del colombiano, especialmente del bogotano, recuerda mucho a la politeness británica, el "qué pena con usted" al "I‘m sorry".

Hay un elemento económico también. Cuenta Deas que Inglaterra fue durante años el primer socio comercial de Colombia más o menos hasta la Primera Guerra Mundial –esto puede tener algo que ver.

"Incluso antes de la independencia el comercio era muy fluido con Jamaica (colonia británica)", señala Otero Cleves. Cree que eso también ha aportado a la influencia británica sobre Colombia.

En el libro "Bogotá, la ciudad", el escritor, periodista y diplomático Plinio Apuleyo Mendoza, que no nació en Bogotá recuerda la primera mitad del siglo XX en la capital.

"Los bogotanos de pura cepa no se parecían a nadie en el país", cuenta. "Salvo a ellos mismos y quizás a ciertos elegantes ingleses que uno veía en las películas... Vestían admirablemente con trajes cortados en Londres... Calzaban zapatos fabricados a la medida en Londres".

De ahí viene el término "cachaco", por el uso de las casacas estilo inglés, dice Otero Cleves.

"Los que vestían de casaca eran de élite y los artesanos vestían de ruana (una especie de poncho)".

Apuleyo Mendoza recuerda la vida en las casas de esos cachacos: "Hasta el aire del crepúsculo parecía trémulo e inglés a la hora de tomar el té o de servirse un primer whisky".

4. Casas estilo inglés

Durante la época republicana hubo primero un rechazo a lo español y el primer modelo arquitectónico que se imitó fue el francés.

Cuando las clases altas comenzaron a desplazarse hacia el norte de Bogotá en torno a los años 30 del siglo XX, la tendencia viró hacia lo inglés.

En los barrios de Quinta Camacho, La Merced, Teusaquillo, La Magdalena, Palermo comenzaron a levantarse grandes casas estilo inglés, especialmente Tudor.

"Eran modelos literalmente copiados de casas inglesas", me explica el arquitecto Fanor Serrano, "se trabajaba con catálogos".

Hoy las paredes de ladrillo a la vista de esas casas imitación combinan en color con los modernos edificios que exhiben esos mismos bloques terracota.

5. Británicos en la guerra contra las drogas en Colombia

Ya en años más recientes, Reino Unido ha cobrado un rol central en temas de seguridad en Colombia, especialmente en la "guerra contra las drogas".

Agentes británicos operan en el país desde 1989 con esa función, que hoy está en manos de la National Crime Agency (Agencia Nacional contra el Crimen) británica, dedicada a perseguir el crimen organizado y de gran escala en Reino Unido y en el mundo.

se trata de un pequeño grupo de expertos que brinda especialmente asistencia en inteligencia. En el ámbito de la seguridad se afirma que los británicos participaron de la implementación –y ahora del mantenimiento– del sistema de escuchas telefónicas Esperanza, utilizado por la Fiscalía colombiana (algo que las agencias de Reino Unido no han confirmado).

Los británicos también dan apoyo técnico y capacitación a sus pares colombianos. Los comandos Jungla de la policía antinarcóticos colombiana fueron en sus inicios entrenados por fuerzas especiales británicas.

Las autoridades colombianas reconocen que la contribución británica en la lucha contra el crimen organizado es invalorable.

6. Colombianos en Reino Unido

Cifras precisas no hay, pero varias fuentes estiman que los colombianos representan el más grande grupo de personas nacidas en el extranjero provenientes de América Latina (sin contar a los brasileños) en Reino Unido.

Siempre hubo colombianos allí, desde el nacimiento de la nación sudamericana (como es el caso de Zea). Pero durante la década de 1970 llegaron muchos a trabajar en empleos no calificados. En los 80 siguieron arribando como refugiados y estudiantes, muchas veces aprovechando los contactos de aquellos que habían llegado antes.

Y en dos décadas siguientes la intensificación del conflicto interno implicó que aún más refugiados de Colombia decidieran trasladarse a Reino Unido.

Cualquiera que conozca bien Londres sabrá de las comunidades colombianas asentadas en torno a la estación de metro de Elephant and Castle en el sur y de Seven Sisters al norte del río Támesis.

Los venezolanos que buscan harina de maíz para las arepas saben que la encuentran en las tiendas colombianas, al igual que los argentinos que necesitan yerba mate.

No faltan los colombianos que alcanzaron o consolidaron su fama en Reino Unido, como los futbolistas Radamel Falcao, David Ospina o Juan Pablo Ángel (por nombrar sólo tres), el bailarín del Royal BalletFernando Montaño y la artista Doris Salcedo, que ha expuesto en el pabellón central de la Tate Modern.

La polémica

"Esta placa fue develada por sus altezas reales el príncipe de Gales y su esposa la duquesa de Cornualles, en memoria al valor y sufrimiento de todos los que murieron en combate intentando tomar la ciudad y el Fuerte de San Felipe bajo el mando del almirante Edward Vernon en Cartagena de Indias en 1741", decía el texto de una placa descubierta por el príncipe Carlos en su visita a la ciudad de Cartagena, en el Caribe colombiano, en noviembre de 2014.

El almirante Vernon había llegado a Cartagena con 186 barcos y unos 28.600 hombres. Se enfrentó a unas 3.600 tropas españolas, que lo derrotaron tras dos meses de confrontación. Los españoles perdieron la mayor parte de sus hombres en la defensa de la ciudad, según historiadores de la época.

Para muchos cartageneros la placa glorificaba un ataque que consideran colonialista, y cuestionaban que no hablara de los caídos en defensa de la ciudad. Tampoco les parecía bien que hubiera sido colocada cerca de la estatua del almirante Blas de Lezo, quien estuvo al frente de las tropas españolas.

Menos de una semana tardaron las autoridades de Cartagena en retirar la polémica placa.

De todos modos, la cosa no pasó a mayores y el episodio no logró dañar las relaciones colombo-británicas, que hoy gozan de buena salud, como lo prueba la visita del presidente Santos a Reino Unido.