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| Foto: Archivo SEMANA

SALUD

Colombiana que recibió primer marcapasos gástrico de España perdió 25 kilos

Una joven colombiana que fue la primera paciente a la que se implantó un marcapasos gástrico en España consiguió perder 25 kilos y mejorar su calidad de vida en el plazo de un año.

5 de junio de 2012

Alejandra, de 22 años, se benefició en el 2011 de este innovador sistema contra la obesidad -el marcapasos gástrico Abiliti-, que le ayudó a perder el 45% del peso que los médicos consideraban que le sobraba cuando fue intervenida y la báscula marcaba 119 kilos.
 
La cirugía se realizó en la clínica La Luz de Madrid, pionera en el uso de esta técnica y que hasta el momento ha implantado el 25 % de los dispositivos de este tipo en España.
Hasta ahora se han colocado en el país unos 40 marcapasos y en Europa más de 200 y los resultados son positivos, según constataron hoy los doctores en una rueda de prensa en la que explicaron el funcionamiento del sistema.
 
Se trata de un dispositivo similar a un marcapasos, que es implantado en el estómago y que detecta cada vez que el paciente ingiere cualquier tipo de alimentos y envía impulsos eléctricos que causan la sensación de saciedad.
 
Alejandra aseguró que esos leves estímulos eléctricos que siente en el estómago "no son molestos, ni dolorosos", sino que transmiten "la sensación de haberte tomado mucha agua de golpe y que estás lleno".
 
La joven consiguió perder diez tallas, de la 58 a la 48, después de llevar desde los 16 años luchando contra el sobrepeso y la obesidad, a los que decidió poner coto cuando en un verano, según reconoce, engordó 30 kilos.
 
"Empiezas a ver que poco a poco subes más de peso y el año pasado ya me agotaba mucho, me costaba subir escaleras", comentó la joven, quien no dudó un minuto en someterse a esta técnica que permite comprobar a su médico desde el ordenador -el doctor Manuel Serrano, jefe de la Unidad de Medicina Interna de La Luz- si sigue el tratamiento.
 
El sistema registra automáticamente si el paciente come, bebe o hace ejercicio, y por medio de una simple conexión inalámbrica, el médico y el paciente pueden ver los datos de consumo y ejercicio.
 
El tratamiento es totalmente personalizado porque a la semana de la intervención el paciente debe ir a consulta para programarle la estimulación y el horario de comidas, sin que se restrinja en principio ningún tipo de alimento, sólo los que no son propios de una dieta normal.
 
El doctor Manuel Miras, responsable de la Unidad de Cirugía Laparoscópica de la Obesidad Mórbida de la clínica, subrayó las ventajas de este implante que se realiza mediante una cirugía "mínimamente invasiva" y sólo supone un día de estancia en el hospital. Pero, además, no altera la anatomía ni la fisiología del estómago.
 
Por ello, tampoco hay complicaciones en el posoperatorio y los pacientes no manifiestan efectos secundarios de tipo nutricional.
 
El dispositivo puede permanecer todo el tiempo que sea preciso y además se puede activar y desactivar en función de las necesidades del paciente y si es necesario retirarlo, es factible y se hace de forma más sencilla que la implantación.
 
Pero "esto no es un método milagro", reconoció Alejandra, porque "hay que poner mucho de tu parte para controlar esos impulsos de abrir la nevera y no coger nada".
 
"La obesidad es una enfermedad porque sientes la necesidad de comer a todas horas, aunque ahora, gracias al marcapasos, he conseguido mirar la nevera de lejos y decir ¡no voy a coger nada! y eso ayuda mucho a tu autoestima porque, además, aprendes a comer bien. Yo antes me comía tres o cuatro platos de comida y ahora me como uno como una persona normal", comentó contenta.
 
Alejandra ganó confianza en sí misma, se pone ropa que antes no se ponía. Hace, incluso, deportes de alto riesgo, como escalada libre y se ha tirado en paracaídas, su sueño, además de ganar muchas amistades nuevas: "Ahora me siento mucho más a gusto conmigo misma". EFE